Hola, amigos de mis historias, buenas tardes de este verano que ya se nos escapa de las manos. ¿Sabéis una cosa? Pues que la verdad es que siempre me han gustado los faros y lo que de misterioso y romántico tienen. Cuando planeo una excursión o me acerco sorpresivamente, me refiero para mí, sin haberlo planeado, a un lugar costero siempre busco si tiene un faro o la mala suerte no le ha colocado un punto importante en la costa que le permita tenerlo…aunque sea feo, muy feo, como el de la historia que hoy os quiero contar. Pero, aunque feo, este pueblo que os propongo adivinéis, como ya hicimos en el pasado, a través de vuestros comentarios, tiene faro.
Revista Cultura y Ocio
Hola, amigos de mis historias, buenas tardes de este verano que ya se nos escapa de las manos. ¿Sabéis una cosa? Pues que la verdad es que siempre me han gustado los faros y lo que de misterioso y romántico tienen. Cuando planeo una excursión o me acerco sorpresivamente, me refiero para mí, sin haberlo planeado, a un lugar costero siempre busco si tiene un faro o la mala suerte no le ha colocado un punto importante en la costa que le permita tenerlo…aunque sea feo, muy feo, como el de la historia que hoy os quiero contar. Pero, aunque feo, este pueblo que os propongo adivinéis, como ya hicimos en el pasado, a través de vuestros comentarios, tiene faro.