La mafia (II)

Los acólitos morados guardaron silencio ante la convocatoria de una manifestación rodeando el congreso, contra la investidura de D. Mariano Rajoy como presidente del gobierno; el lema, que pueden ver en la imagen que ilustra nuestra entrada fie “ante el golpe de la mafia, democracia”.

Siempre nos hemos referido en este espacio a la superioridad moral que se autoarroga la izquierda progresista. El Sr. Iglesias, con la colaboración del defenestrado D. Pedro, propuso en su día la formación de un gobierno “de progreso” (no puede ser de otro modo) como alternativa al Sr. Rajoy; incluso se habló en aquele ntonces, de un supuesto reparto de carteras entre podemitas y socialistas; el caso es que se precisaba la colaboración de los “naranjitos” que terminó no siendo posible. Caso de que el acuerdo se hubiese alcanzado, siguiendo las reglas más elementales de la democracia, tendríamos un gobierno con D. Pedro Sánchez de presidente y el Sr. Iglesias de vicepresidente, tal alianza, en ningún momento es un atentado a la democracia, ni un golpe de estado, sino el resultado simple y llano de aplicar la matemática parlamentaria según las leyes que rigen nuestro país. Pero naturalmente, a nadie se le hubiese ocurrido convocar una manifestación calificando el acuerdo de “golpe de estado”, algo que sí hicieron los militantes de ese progresismo incoformista que cada día tiene menos de demócrata y más de demagogo. Las palabras de Pablo Iglesias, del Sr. Rufián, aademás de destilar odio y resentimiento, demostraron un profundo desprecio por la esencia misma de unas reglas de juego que ellos mismos habían querido aplicar pocos meses antes. Conociendo su discurso, su escaso respeto a la democracia que dicen defender y el resultado que sus políticas han obtenido en diferentes países (Venezuela, Cuba, Ecuador, Grecia), solo espero que las urnas terminen por colocarlos en la formación minoritaria que jamás dejaron de ser.