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La maldición de béla guttman

Publicado el 13 junio 2017 por Bloguero Libre @chunhingo
Cada año que el Benfica se clasifica para una final (y en las últimas décadas a muchos grandes clubs europeos les gustaría acercarse a lo que han conseguido las águias) siempre planea el mismo nombre: Béla Guttman.
LA MALDICIÓN DE BÉLA GUTTMAN
Un nombre de otra época, pues este jugador, entrenador nació en Budapest, todavía con el imperio austrohúngaro en pie (año 1900) en una familia judía (lo cual no es algo baladí si tenemos en cuenta donde ha nacido). Como jugador debutó en el mítico MTK Budapest, en el que jugó durante dos años hasta incorporarse al Hakoah Viena, un equipo formado porla comunidad judía de austria (Hakoah significa "Fuerza" en hebreo) que tenía tanta repercusión que se dedicaba a hacer giras por distintos países. En una de estas giras, algunos jugadores decidieron establecerse en Nueva York, donde fue fundado el Hakoah New York. Uno de estos jugadores fue el propio Béla Guttman que acabaría su carrera futbolística en Estados Unidos.
Ya como entrenador, fue el propio Hakoah Viena el primero en darle una oportunidad, entrenando posteriormente en Holanda (al Enschede, actual Twente) y regresando a su país para hacerse cargo de equipos de más lustre como el Ujpest Dosza con el que conseguiría sus primeros títulos de liga y copa antes del estallido de la primera guerra mundial.
Antes de enumerar todos los clubs por los que pasó, porque un análisis más profundo se escapa de mis posibilidades, sí me gustaría hacer referencia a una frase del propio entrenador que, sería aplicable a buena parte de los proyectos actuales en cualquier equipo de fútbol (con la excepción de Manchester United y de algún modo del Arsenal de Wenger), ya que en una entrevista a un periodista brasileño llamado Fábio Lima, declaró que tenía como regla para su carrera de entrenador, no permanecer más de tres años en un mismo equipo, y que este era el tiempo máximo antes de que la relación con los jugadores se deteriorase y estos perdiesen motivación.
Regresaría al Ujpest después del conflicto bélico, durante el cual se refugió en Suiza -evidentemente, dada su ascendencia judía, cualquier otra decisión hubiera sido suicida; ya su regreso a Hungría para entrenar en una época en la que el antisemitismo era el pan de cada día había constituido un riesgo cuando algunos de sus compañeros de equipo decidieron permanecer en Estados Unidos-. Después de entrenar al Vasas, tuvo un periplo en el extranjero para hacerse cargo del Dinanmo de Bucarest (creado a partir de otro equipo con raíces judías, el Maccabi de Bucarest), regresando a Hungría para hacerse cargo del poderoso Honved. Se dice que un enfrentamiento con Puskas por la sustitución de un jugador le hizo presentar la dimisión inmediata en el vestuario y partir en un periplo increíble por medio mundo.
Su primera estación fue Italia, donde entrenó, en una primera etapa, al Padua y a la Triestina. Partiendo posteriormente a Argentina para hacerse cargo de Quilmes. El Apoel de Nicosia fue el equuipo puente para su regreso a Italia, donde entrenó al poderoso Milán de la época del que fue despedido de manera fulminante y poco clara, probablemente debido a su especial carácter.
Después de entrenar al Vicenza y volver una temporada al Honved, su siguiente parada volvió a ser en el continente americano, ya que unió el fútbol ofensivo húngaro con la magia brasileña del Sao Paulo, con el que fue campeón con el mítico entonces ya con 35 años, Zizinho.
Y llegamos, por fin, a su etapa en Portugal que comenzó... en el FC Porto, sí, y no en el Benfica al que siempre se le asocia. Con los dragoes fue campeón de liga y ese fue el paso previo a que las entonces mucho más poderosas aguias se hiciesen con sus servicios.
LA MALDICIÓN DE BÉLA GUTTMAN
Su llegada coincidió con la del mítico Eusebio, y sobre la llegada de la Pantera hay como es de suponer numerosas leyendas, desde que el técnico tuvo conocimiento de la existencia del jugador en Lourenço Marques (antiguo nombre de Maputo) y el envío de ojeadores para traer a la perla africana, a birlarle a sus rivales lisboetas el contrato del jugador que ya tenía un pie para ser leao.
 
La mística del Benfica según Béla Guttman
Lo cierto es que de la mano de Eusebio y de otro mito de origen mozambiqueño, también fallecido este año, como Mario Coluna, Béla Guttman alcanzó por fin la gloria europea rompiendo la racha del mítico Real Madrid de los 60. En esta interesantísisma entrevista, Guttman ofrece una serie de ideas muy reveladoras sobre aquel Benfica glorioso.
Y aquí nace la leyenda de la maldición y es que después de haber ganado el segundo entorchado europeo, parece ser que pidió un aumento de sueldo que no sólo le fue negado sino que condujeron a su cese. Evidentemente, las relaciones entre el técnico y la dirigencia del equipo presidido entonces por António Cabral, estaban más que revueltas.
Cuando supo la noticia, el técnico húngaro, visiblemente indignado, lanzó la mítica frase que, ojo, tiene dos partes, una de las cuales ya se ha roto:
"Ni de aqui a cien años un equipo portugués será bicampeón europeo y el Benfica jamás
ganará una copa de Europa sin mí"
Como sabemos la primera parte la ha roto el FC Porto (Campeón de Europa en los años 1987 y 2004) y es la segunda la que sigue en boca de todo el mundo, puesto que el Benfica ha llegado a la friolera de siete finales, siempre perdidas: 1963, 65, 68, 88 y 90 de la Copa de Europa y dos de la UEFA/ Europa League (1983 y 2013), a las que hay que sumarle la que consiguió el 1 de mayo frente a la Juventus y que los llevara de nuevo a Turín para enfrentarse al Sevilla.
Hasta aquí la historia de la tan traído y llevada maldición pero, ¿qué fue de Béla Guttman después de entrenar al Benfica?
 
LA MALDICIÓN DE BÉLA GUTTMAN
Digamos que, sin conseguir títulos a nivel europeo, sí levantó algún trofeo más en Uruguay, una liga, y Grecia, una copa, y es que su fama de trotamundos lo acompañó en distintos periplos nunca superiores a los dos años por distintos equipos: Peñarol, la selección austriaca, regreso al Benfica (temporada 65-66), Servette, Panathinaikos, Austria de Viena y FC Porto, equipo que, lo que son las cosas, fue su última parada como entrenador.
En miles de sitios aparece referida la anécdota de la ofrenda floral que el propio Eusebio hizo en su tumba en Viena antes de la final frente al Milan en el año 90, así que también vamos a hacerlo nosotros, así como haremos referencia también, a la estatua erigida en su honor en el estaduo de A Luz en febrero de este año para conmemorar el 110 ª aniversario de las aguias (que a mí me parece bastante fea, por cierto)

Fuente: ligaportuguesafutbol.blogspot.com

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