Revista Libros

La maldición de las damas winslow iii, epílogo

Por Clochard
Aquella noche hubo fiesta en  la taberna del pueblo, corrió el vino, la cerveza y las mujeres.Diez hombres habían cobrado una bolsa de oro cada uno por un trabajo sencillo.Una chanza, una broma según les había explicado Tarik.Aunque a varios de ellos les resultó extraño aquello de cerrar a cal y canto dos estancias del castillo para luego, en plena noche cerrada, destruir los candados y cadenas e incluso echar abajo la puerta de la condesa, la mayoría no hicieron preguntas ante el prometido sueldo por Tarik.
Cuándo este hubo terminado de repartir las bolsas de oro se marchó de la taberna y dicen que lo vieron encaminarse bajo la luz de la luna hacia lo profundo del bosque.
Si ese observador hubiese seguido contemplando durante todo el recorrido a Tarik, sin duda se hubiera frotado los ojos creyendo que estos le engañaban debido a la bebida al ver a Tarik transformarse por arte de magia en una anciana gitana cuya edad sería imposible de adivinar.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revistas