Revista Cultura y Ocio

La maleta de un lector

Por Mientrasleo @MientrasleoS
La maleta de un lector
     Si estáis esperando un bonito relato sobre las historias que nos llevamos en la maleta, lamento deciros que no es así. Siempre he oído eso de que "de lo que se come se cría" y lo del árbol y la sombra y que todo se pega... pero nada, no es el caso. Yo no sé escribir, me limito a leer que es lo que realmente me gusta. Así que en este caso, la maleta, es mi maleta, la que coja para irme de viaje.
     Cuando un lector empedernido se va de viaje tiene un problema con la maleta. Nos ponen un límite de peso que no cuadra con nuestros gustos y nos obligan a pagar más dinero por poner una maleta extra con nuestras lecturas. Es lo que hay. Aquí se decía mucho eso de "el baúl de la Piquer" pero se ve que era un momento en el que uno podía viajar tranquilamente llevándose media casa a cuestas sin pagar por cada candelabro que decidiera llevarse. Ahora no nos dejan hacerlo con la misma tranquilidad. Así que llega el momento maleta.

     Puedes llevar una maleta que siempre parece demasiado pequeña y cuyo peso no exceda de 8 kilos, y resulta que estás fuera... casi 15 días. Metes lo indispensable y miras el hueco. Lo asumes rápido: toca llevar el lector. Con un libro para cada día, o mejor dos no sea que alguno de los libros elegidos nonos vayan a gustar. Total, no ocupan espacio. Vamos, que donde dije 15 acabo con 40 libros. Porque sí, los he contado. Y sí, sé que son muchos y que me voy de vacaciones a un lugar que dista mucho de ser un monasterio de recogimiento, así que me van a sobrar. Pero... ¿y si no me sobran? Y el cargador, claro. Ese que no se me olvide.
     Y entonces te das cuenta de algo importante: el viaje es en avión. Es decir, que medio viaje (vale, igual no es medio viaje) vas a tener que tener apagados los aparatos electrónicos porque pueden interferir en vetetuasaberqué, así que... hay que llevar un libro en papel. Bueno, uno no, dos: uno para el viaje de ida y otro para el de vuelta. Vamos, que son 4 porque igual lo empiezo en el aeropuerto que hay que llegar antes, o el libro no me gusta, que sea en papel no es una garantía de que vaya a gustarme más que los digitales. Dos conmigo y dos en la malet... espera, este tiene una segunda parte. No lo voy a dejar huérfano. Total, es uno más, tampoco se va a notar. Y me sobra sitio, o casi. Si saco esto de aquí, y coloco esto allá... incluso puedo meter un libro más para la piscina, no sea que se me moje el lector (de verdad, estos aparatitos son útiles en casa, porque en el avión se apagan, en la piscina se mojan y en la playa les entra arena). Lo meto. Cierro la maleta. Descubro un bolsillo fuera tamaño booket, no nos engañemos, hace tiempo que medimos el tamaño de los bolsillos con regla de formato. Meto otro. Maleta hecha y toca viaje en apenas unos días.
   
       Me voy hasta el día 5, pero seguiré compartiendo lecturas por las redes. De momento ya he pesado la maleta... 7,962 kg. Estoy en peso.
     Nos vemos a la vuelta. O nos seguimos viendo en twitter, por ejemplo. Os visitaré en la medida que pueda.
     Gracias a todos.
     PD. No recuerdo si he metido el camisón, que estaba junto al neceser que tampoco recuerdo si he metido. Pero no pienso decir nada. Ni abrir la maleta. He metido libros, con eso me vale.

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