Revista Comunicación

“La manera de empezar es dejar de hablar y empezar a hacer”

Publicado el 07 noviembre 2014 por Lorena White @lorenagwhite

Sin duda la cita que da título a este post (¿adivinas quién es su autor?), podría definir ese momento que experimentamos todos, sobre todo aquellos especialmente creativos, en el que, después de decir que queremos conseguir esto, o lo otro, o lo de más allá, nunca terminamos de pasar a la acción. Y el momento en el que nos decidimos a dar el paso, termina convirtiéndose en un momento que da tanto vértigo y tanto miedo, que nos dan ganas de arrepentirnos casi enseguida.

sueltalastres

Imagina tu objetivo como si quisieras escalar una montaña. Te has pasado la vida mirando la cima de la montaña y sientes, como se sienten las cosas de verdad, con la barriga, con las entrañas y con el corazón, que quieres llegar hasta la cima. A veces hasta les dices a la gente de tu entorno: “Algún día llegaré a la cima” y sin embargo, nunca te preparas el equipo de escalada, ni mucho menos te pones a escalar.

Hasta que un buen día, cansado de engañarte a ti mismo, decides ponerte en marca. Vas a escalar tu montaña y empiezas a meter todo lo que crees que vas a necesitar para el trayecto en tu mochila. Y esa mochila se vuelve muy, muy pesada. Y el día que te pones a escalar, resulta que apenas puedes avanzar unos metros sin que el peso de esa mochila te empuje, de forma inevitable, hacia abajo.

Encarar un proyecto, un objetivo o una meta en la vida, es igual que esta metáfora de la montaña. Una vez que pasas a la acción, te encuentras con una mochila (tú mismo) llena de cosas (tus prejuicios, tu miedo al fracaso, tu ansiedad, tu incertidumbre…) que no son más que lastres que te impiden avanzar.

Y al final te das cuenta de que para alcanzar cualquier cosa, hace falta despejar la mente. No digo que haga falta ser un optimista de manual, tan optimista que no es consciente de sus propias limitaciones. Pero vaciando la mochila (despejando tu mente, soltando tus lastres), te ayudas a ti mismo a ver con más claridad las cosas. ¿Nunca has oído eso de que un árbol no te deja ver el bosque?

Así que, recuerda:

1. Perdónate: no eres perfecto. Has cometido errores, algunos muy gordos, pero siempe hay tiempo para redimirse y empezar de nuevo (bueno, siempre no, así que ponte cuanto antes, por si las moscas).

2. Quiérete: siéntete capaz de escalar una montaña, de cumplir con tu objetivo o de llegar a tu meta marcada.

3. Abraza el miedo: el miedo es algo normal, a lo que todas las personas nos enfrentamos en un montón de situaciones muy dispares. No dejes que te paralice, sólo que te mantenga alerta.

4. Que la posibilidad de fallar no te impida intentarlo: Mark Cuban dice: “No importa cuantas veces fracases. No importa cuantas veces casi sale bien. Nadie va a saber ni le importan tus fracasos, y tampoco deberías hacerlo tú. Todo cuanto has de hacer es aprender de ellos y las personas que te rodean porque todo cuánto importa que salga bien una vez. Entonces todos podrán decirte la suerte que tienes”. Ya lo sabes, no te recordarán por tus fracasos si una sola vez te sale bien. Con lo cual, lo mejor es intentarlo cuanto más mejor, y aprender de los fallos.

5. Y al “qué dirán”, suéltalo el primero: recuerda que lo que diga la gente, por muy cercanas que sean esas personas, no debe importarte porque no son ellos los que van a vivir tu vida, los que van a escalar tu montaña o a tomar tus decisiones. Así que recoge las opiniones y las críticas de todo el mundo (siempre que sean constructivas) y después haz lo que te pida el cuerpo.

Y ahora me despido, esperando con ganas haberos inspirado para escalar todas vuestras montañas.

Hasta el lunes, almas cándidas :)

NOTA: El autor de la cita del título es Walt Disney.


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