Revista En Femenino

La manipulación como señal en la crianza

Por Amormaternal
La manipulación como señal en la crianza
tema de la manipulación y lo que opina Carlos GonzálezCómo y por qué los niños nos manipulandebemos alejarnos de la visión predominante en la sociedad actual de que la manipulación que ejercen sobre nosotros los niños era algo negativo
nuestros hijos son nuestro mejor espejoas actitudes poco deseables de nuestros hijos, aquellas que nos resulten desagradables, son casi siempre una señal de que algo va mal en nuestra relación en ese momentoel niño percibe nuestra ausencia y busca la manera de llamarnos para que volvamos y conectemos con él.
preciosa reflexiónScott Noelle, autor de The Daily Groove, Amor Maternal
Disfruta de la Manipulación
La palabra manipular significa "manejar adecuadamente".
Dado que la principal función de la infancia es la de aprender a manejar adecuadamente la vida, un niño "manipulador" es aquel que está haciendo lo que su naturaleza le dicta.
Una buena relación es aquella en la que ambas partes pueden manipularse el uno al otro de maneras que resulten placenteras para ambos. Danzan al unísono, aquello a lo cual Fred Astaire y Ginger Rogers se refieren: el estar entonados.
Cuando estamos bien entonados con nuestros hijos, la manipulación que pueda ocurrir entre nosotros será tan sutil que sólo percibiremos el placer involucrado en nuestra conexión. En cambio, cuando nos encontramos distraídos o estresados, nuestros hijos escalarán teniendo actitudes poco sutiles, tales como llorar o lloriquear - haciendo todo lo necesario para obtener nuestra atención.
La crianza convencional (aquella que considera a padres e hijos como adversarios) nos desaconseja ceder a tales manipulaciones. En esos casos, el padre "gana" cuando el hijo pierde toda esperanza de que su mensaje sea escuchado.
En cuanto comprendamos que las manifestaciones desagradables de manipulación provenientes de nuestros hijos son una señal de no estar bien entonados, cambia toda nuestra perspectiva:
  • Nos alineamos con nosotros mismos, es decir, con nuestro verdadero yo, con lo que nos dicta el corazón.
  • Nos entonamos con nuestros hijos, es decir, estando atentos a sus necesidades subyacentes.
  • Nos enfocamos en el placer de estar conectados.
  • Y así todos ganamos.

¿Y tú qué opinas? ¿Has notado que en ocasiones las manipulaciones de nuestros hijos son agradables y que cuando no lo son generalmente hemos estado ausentes (aunque no necesariamente de manera física)?

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