Revista En Femenino

La Maternidad de la A a la Z: P de PAPÁ

Por Conmdemamá @CONMDEMAMI

Mi 16 AZ de la Maternidad sólo puede tener sentido si es con la P de PAPÁ. Y esta vez voy a dejar de lado definiciones y razones supuestamente de peso por las que la palabra PAPÁ está por fuerza en este diccionario. Tampoco voy a relacionar acepciones con hechos cuotidianos, ni voy a dar listas numeradas. En mi AZ de hoy voy a dejar por escrito la GRANDEZA de un PAPÁ, el mío, y voy a compartir sensaciones, sentimientos y parte enorme de mi alma.

"Sábado 19 de octubre de 2013, 1:19 de mi reloj: Mi papi ha emprendido su viaje.
Le hemos deseado buenas noches y dulces sueños, le hemos pedido que estuviera tranquilo porque estábamos los cuatro con él, y que íbamos a dormir en plan "campamento" todos juntos para acompañarlo.
Nos hemos acostado, me he tumbado a su lado y me he abrazado a él como he podido. Y él, aún estando ya dormido, ha sacado fuerzas de donde no las tenía y ha seguido en su papel protector de padre y ha esperado a que nos durmiéramos los cuatro... Y, entonces, se ha ido. Y lo ha hecho cuando ha visto que los cuatro estábamos profundamente dormidos.
Ya está. Ya ha descansado. Ahora sí. Estoy tranquila. Y él en paz. Nos hemos podido despedir de él durante el día de hoy, los cuatro hermanos juntos, y luego cada uno por separado. Se va tranquilo, sabiendo que lo queremos hasta la luna y vuelta. Y nos ha hecho saber que él a nosotros nos quería también con locura."

Y así fue. Después de cuatro días viendo como te apagabas muy lentamente, tu cuerpo no pudo más y decidió partir.
Han sido días duros, muy duros, porque ver como tu luz se hacía cada vez más tenue ha sido una mezcla entre impotencia, rabia y dolor desgarradores. Y por eso hemos tenido momentos de llorar desesperados, porque nuestros corazones querían negarse a entender que tu lucha ya servía de poco.
Han sido días de sentimientos contradictorios, sensaciones y pensamientos subidos en la vagoneta de la montaña rusa sin sujeción ninguna, precipitándose al vacío de lo desconocido y la incertidumbre... Desear que dejaras de sufrir y saber que eso sólo era posible si te marchabas. Pedirte que me esperaras cuando me escapaba un rato a estar con Pichu y Rubiazo, y siempre con el miedo a no volver a cruzar mi mirada con la tuya, a encontrarte dormido para siempre al llegar y a no poder estar en tu último aliento.
Y sin embargo, ¡qué caprichoso es el destino! Te marchaste la única noche en que los cuatro nos dormimos profundamente. Emprendiste tu viaje después de un día lleno de emociones y de momentos irrepetibles contigo. Tuvimos una despedida por todo lo alto, preciosa y única. Y puedes estar tranquilo, PAPÁ, porque creo que los cuatro nos sentimos afortunados por poder tener, a pesar de la dureza que consigo lleva la muerte, un recuerdo dulce que tiene comienzo el viernes, cuando nos sentamos los cuatro junto a tu cama y fuimos poniendo una a una todas tus canciones preferidas: Por ti volaré y Vivo por ella de Andrea Bocelli, Mediterráneo de Serrat, Que tinguem sort de Lluis Llach, la banda sonora de La Misión, Bridge over troubled water de Simon&Gargunkel, Ave Maria de Bach-Gounod, la banda sonora de Brave Heart... Para después poder sentarnos uno a uno contigo, tener un rato a solas, poder hablarte y decirte todo lo que estos días hemos estado repitiéndote a cada momento, y aquello que podía haberse quedado en el tintero, compartir contigo una canción especial que desde ese momento forma parte de nuestra historia como hijos y PAPÁ y que siempre nos traerá a la cabeza ese abrazo y esas caricias.
CHIQUITITA
No puedo no tener un recuerdo bonito de este fin de la historia, PAPÁ. Porque lo hemos vivido juntos, unidos. Porque el amor que hemos sentido ha traspasado barreras, dejado de lado banalidades. Nos hemos concentrado en darnos paz. Hemos sacado fuerzas de flaqueza, cada uno para lo suyo: tú para seguir luchando hasta que nos has visto preparados (aunque creo que para esto, no hay preparación posible) y nosotros para hacerte saber y sentir (cuando tu consciencia quiso abandonarte) que estábamos contigo, que podías estar tranquilo, que confiaras en que todo iba a estar bien y que te podías ir en paz, retirarte a tu estrella a descansar y dejar de sufrir.
A la 1:19 pues se paró tu reloj y se encendió tu ESTRELLA. Ésa desde la que nos cuidas ya, y desde la que nos mandaste toda la fuerza del mundo para que pudiéramos aguantar estoicamente los momentos y los días que tenían que venir: esperar a la médico de urgencias, funeraria, tanatorio, crematorio y cementerio. Y como no podía ser de otra manera en esta despedida cargada de casualidades, señales del destino y movimiento de energías, diste tu adiós definitivo a tu gente el 20 de octubre, día de tu cumpleaños. Y fue increíblemente bonito poder celebrarlo con toda la gente que se acercó hasta allí, con todos los que vinieron a acompañarte y a acompañarnos, y que se fundieron en un largo y cálido aplauso, reconociendo con él tu fortaleza, tu valor, tu lucha, tu ejemplo, tus ganas de vivir, tu alegría y don de gentes y tu bondad, y felicitándote allí por tu 67 cumpleaños. Bueno, sí, ya sé lo que estás pensando, PAPÁ... Pues que es cierto que te cantamos "cumpleaños feliz" dos días antes, pero lo hicimos porque sabíamos que era tu deseo llegar a cumplirlos, así que tuviste tu tarta y todo, y así marchaste con 67 como tú querías. Además, poder soplar tus velas fue un regalo, porque así tuvimos la oportunidad de pedir un único y unánime deseo: que emprendieras tu viaje en paz y te fueras tranquilo, sintiéndote acompañado. Pues, PAPÁ, a pesar de la entereza con la que nos has premiado y de la que nos hemos hecho acopio nosotros estos días, a pesar de habernos sentido en paz, tranquilos y felices por el bonito y dulce fin de esta historia, a pesar de todo... Al final, ha pasado lo inevitable. He mirado la hora y he pensado lo que pensaba cada día en el momento 'cenas de los peques'... "voy a llamar ya a papá o no lo pillo despierto". Y en ese momento he sentido que mi corazón recibía un puñetazo, se paraba en seco y algo dentro de mí se hacía añicos. Y me he quedado paralizada y rota. Sabía que podía pasar en cualquier momento por la inercia de mi rutina contigo, pero no me lo esperaba tan pronto, y más después de estar minutos antes hablando con Pichu de ti. Ha sido muy raro. Y aunque me esfuerzo en pensar que, precisamente ahora, es cuando más cerca te tengo porque estás siempre conmigo... No puedo evitar sentirme así. Necesito verte, tocarte, abrazarte y besarte. Qué sentimientos más contradictorios. Sé que esto irá calmando poco a poco... O eso espero. Y de verdad que sigo pensando lo que he dicho hasta ahora: estoy feliz por como ha sido todo, porque aunque han sido días duros hemos podido despedirnos poco a poco, porque nos ha visto a los cuatro unidos gestionándolo todo como campeones y sin perder la sonrisa, apoyándonos en los inevitables momentos de bajón pero sacando también nuestro lado "cachondo" y riendo sin parar... PAPÁ, te doy las GRACIAS por tu ENORMIDAD y tu GRANDEZA. Por tu saber estar, tu lucha, tu ejemplo; por la LECCIÓN DE VIDA que nos has dado a todos y por enseñarnos con ella que ante las adversidades no hay que rendirse, sino que hay que levantar la vista y tirar hacia delante, sonriendo, a buen paso. GRACIAS por tu AMOR, porque es el mejor legado que nos dejas. GRACIAS PAPÁ por enseñarme, una vez más, que la PA/MATERNIDAD te da el poder del amor infinito, que puede con todo, te pone los pies en la tierra y te regala una capacidad de sacrificio y una empatía "a otro nivel". Ojalá tenga la mitad de capacidad que tú para adaptarme a lo que me venga en mi día a día como MADRE, porque si hay una persona a la que quiero parecerme es a TI, PAPÁ. GRACIAS PAPÁ por tus palabras: "... Vosotros no elegisteis venir a este mundo... Cuidaos y protegeos entre vosotros... El amor y el apoyo entre hermanos es lo más bonito que podéis tener... Sois maravillosos y me habéis hecho muy feliz... Mi bandera siempre ha sido decir que tengo unos hijos maravillosos... Siempre estaré vigilante para ayudaros allá donde esté...". Ahora sólo me queda pedirte algo, PAPÁ, que me sigas ayudando como hasta ahora a ver la vida de manera positiva y a aceptar sus circunstancias, por crueles e injustas que sean, que nos des fuerza a los cuatro para luchar contra las adversidades, sean del tipo que sean, tal como tú lo has hecho, que cuides de Pichu y Rubiazo, los protejas y vigiles, que vengas cada noche a darnos un beso y un abrazo, que me hables en sueños y pueda ver así tu sonrisa, la que nunca se apaga ni aún cuando la enfermedad te daba un nuevo golpe, que pueda volver a mirar tus ojazos y sentir así esa PAZ y esa calma que sólo siento cuando te miro a ti. Pero sobre todo voy a pedirte QUE SEAS FELIZ, que disfrutes de tu jubilación como no has podido hacerlo en tu vida terrenal, que sonrías mucho y no padezcas por nosotros, que vivas tu nueva VIDA en PAZ y con la seguridad de que eres la persona más GRANDE con la que he tenido la suerte de tropezar. GRACIAS POR TU INMENSIDAD Y TU HUMILDAD. Nos has dado a todos una lección de SABER ESTAR y de ENTEREZA que nos queda grabada de por vida. GRACIAS SIEMPRE, PAPÁ. TE QUIERO HASTA LA LUNA Y VUELTA.

La Maternidad de la A a la Z: P de PAPÁ

Volver a la Portada de Logo Paperblog