Revista En Femenino

La maternidad y la tele

Por Amormaternal
La maternidad y la tele
Naturalmente, todos, antes de ser padres, salvo que hayamos convivido muy de cerca con otros familiares que hayan tenido hijos y los hayan criado en nuestra presencia y con nuestra participación - tenemos una idea que dista mucho de la realidad en cuanto a la maternidad y a la crianza.
No sólo traemos un inmenso bagaje social en el que repetimos sin pensar, una y otra vez mitos y falsas creencias, que muchas veces no sólo rozan, sino que de plano son - bastante absurdas, sino que además, la manera en la que se retratan las situaciones familiares y todo lo que ronda la maternidad en la televisión dista años luz de lo que vivimos en carne y hueso cuando por fin engendramos a un hijo.
El embarazo
En la tele los embarazos - al igual que en el cine - suelen ser bastante dramáticos, tenemos los antojos más estrambóticos, o bien estamos radiantes y dormimos maquilladas, o bien sufrimos tremendamente y todo el mundo nos cuida hasta lo más mínimo. En la vida real, muchas tenemos embarazos normalitos, algunas náuseas, algún malestar y por el resto bastante bien =)
El parto
Los partos en el cine se desencadenan en un 90% (al menos de los que yo he visto), de la manera en la que se inician tan sólo un 10% (o tal vez menos) de partos en la vida real: la mujer rompe fuente en medio de la casa o de un centro comercial, o donde sea, y les toca echar a correr torpemente buscando "la maleta" e ir volando en pleno pánico hasta el hospital. En la vida real los partos transcurren de forma lenta, y si nos dejamos llevar, si dejamos hacer nuestro cuerpo, lo que tan sabiamente está diseñado para hacer, puede ser bastante llevadero, incluso placentero. Así que tenemos usualmente (salvo casos concretos), tiempo de sobra para ir al hospital, o ir afinando detalles en la casa para parir allí mismo...
Los dolores de parto también se retratan en el cine de manera exageradamente dramática, la mujer sufre, insulta a todo el mundo, aprieta la mano de su acompañante hasta casi estriparla, y grita desesperada. En la vida real, si bien muchos de nosotros vocalizamos durante el parto, suele ser un grito visceral, primal, gutural, no sé muy bien cómo describirlo, pero a mi parecer, no se asemeja en nada a lo que solemos ver retratado en la televisión.
Los partos así, en los que la mujer incluso llega a decir a su pareja que lo odia, y cosas por el estilo, en los que luego le ponen encima un niño que es mucho más grande que un recién nacido, nos dan una falsa percepción de lo que podemos esperar al ser madres. Mejor mirar videos de partos reales en YouTube para hacernos una idea =)
La lactancia materna
Tras casi un siglo de fórmulas lácteas y boom del biberón, con todo lo que aquello implica, vemos cómo incluso en la tele y en el cine, se ha normalizado tanto la lactancia artificial que muy pocas veces vemos madres amamantando de manera normal a sus hijos. Y digo de manera "normal", refiriéndome a dar el pecho a demanda, dentro de "a demanda", evidentemente englobamos "hasta" cuando el niño quiera, por ejemplo niños de 2, 3 o incluso 4 años. ¿Se lo imaginan?
Sería bonito que lo retrataran con naturalidad, pero usualmente no es así. Haciendo memoria, recuerdo una escena de la serie americana Desperate Housewives, en la cual una trabajadora de oficina lleva a su niño de 5 años a la empresa y el pequeño pide el pecho. Su jefa, quien encuentra muy incómoda esta situación, se anticipa cuando el niño se acerca, desde donde estaba jugando, a llamar a su madre y le da a escondidas un batido de leche de vaca con cacao y se regocija diciendo que el niño ya no pedirá más pecho después de haber probado semejante delicia.
La crianza
Los niños suelen ser retratados como seres viles, manipuladores a quien tenemos que disciplinar, o bien seres maleables sin mucha personalidad, ni verdaderas necesidades. No se refleja de manera justa, salvo en algunas películas, toda la dimensión (hermosa) que tienen en realidad los niños. No me extenderé más hablando de mi desacuerdo con la manera en que varios realities, como por ejemplo Supernanny retrata a los niños en la tele, porque ya lo he hecho en un artículo anterior, que pueden leer aquí.
Las nanas, canguros y cuidadores
Una situación a mi parecer particularmente mal retratada en la televisión son las escenas en las que unos padres, cogen tan simplemente una agenda, llaman por teléfono a un vecino, le piden que le recomienden a una niñera, y acuerdan en otra llamada que la niñera venga a cuidar a sus hijitos. La nanny llega, saluda, y los padres tan amorosos dan un abrazo de buenas noches a sus hijos, dejándolos super contentos y serenos con una extraña a quien ven por primera vez.
No sé a ustedes, pero dudo mucho que haya en el mundo un niño pequeño que se quede tan tranquilo así. ¿O sí? Tal vez los niños sin un apego seguro sí que aceptarían estas situaciones... ¡qué tristeza! Lo que me molesta, es que nos "vendan" esto como normal, y que tanta gente acabe creyendo que sus hijos no son normales, o son "de alta demanda", por el simple hecho de que no acepten quedarse sin su madre, y/o con extraños.
Más de una vez, personas sin hijos - ni ningún conocimiento acerca de cómo son en realidad los niños (cuando se les deja ser, y se respetan sus necesidades) - me han sugerido a la ligera que llame a una nana de vez en cuando, la deje "cuidando" de mi hijo y salga a distraerme. No es que no necesite distracció, es que por un lado no soy capaz de dejar a mi hijo con alguien que no conozca muy bien, que sepa que lo vaya a respetar y a tratar como merece. Por otro lado, respeto a mi hijo lo suficiente, y lo conozco lo suficientemente bien como para saber que no se quedará a gusto - por lo que yo tampoco lo estaré - con una persona que no sea de SU plena confianza.
Para ello, tal y como comento en mis talleres, debe haber un contacto constante y regular entre los tres: madre, hijo y futura cuidadora en el que vaya poco a poco estableciéndose un vínculo de apego, afecto, cercanía, confianza. Una vez establecido este vínculo, intuyo que el niño aceptará quedarse de buena gana durante ratos progresivamente más largos, en ausencia de su mamá.
Los castigos
No me agrada la manera en la que se castigan a los niños en la tele, quitándoles "privilegios" como ver tele en su habitación: en primer lugar: ¿para qué tiene tele en su habitación el niño? Eso es algo que no comprendo tampoco... Luego, dejarles sin cena o sin postre tampoco me parece nada respetuoso. Los que me leen habitualmente ya saben que estoy en contra de los castigos, sean físicos o no. Soy más bien partidaria de hablar las cosas y de encontrar puntos medios, de la manera más respetuosa posible...
Creo que he acabado de quejarme por hoy.
Gracias por leer mi desahogo, ¿tienen la misma impresión cuando ven estas escenas? ¿Qué opinan ustedes?
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