Revista América Latina

La mentira como arma política.

Publicado el 08 mayo 2013 por Jmartoranoster

ANTONIA MUÑOZ.

Seis cosas aborrece Dios, y aún siete le son abominables: los ojos altivos, la LENGUA MENTIROSA, las manos que derraman sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies que corren presurosos al mal, el testigo falso que dice MENTIRAS y el que siembra discordias entre hermanos ( Proverbios 6: 16 – 19). Por eso, el diablo vino a la tierra a mentir, dividir, destruir y matar. Al respecto, aclaro que el diablo no es un señor con cachos, rabo y un tridente. No, el diablo somos nosotros mismos, cuando los malos pensamientos se adueñan de nuestras mentes, almas y corazones, dando nacimiento a la envidia, a la ambición, a los celos, a las peleas, a la división y a todos esos sentimientos horribles que se describen en el libro de Gálatas 5 (Las obras de la carne y el fruto del espíritu): 16 -26. En relación al veneno altamente corrosivo que es la mentira (más que un coctel de ácido sulfúrico, clorhídrico y nítrico), recomendamos leer LA LENGUA en el Libro de Santiago 3: 1 – 12. La verdad es luz y vida, la mentira es oscuridad y muerte espiritual.
Para alguna gente, y muy especialmente para los disfrazados que medran en la política, el planteamiento anterior pudiera ser banalizado como un tema religioso, y por lo tanto, sólo para gente tonta y alienada, no para políticos de planteamientos sesudos y enjundiosos, que con ese pretexto “se orinan y se hacen lo segundo” sobre la ética y la moral política. No faltará quien agregue que en la política como en el amor se vale de todo; por eso en su morral político nunca falta como herramienta para conseguir sus propósitos maquiavélicos: la mentira, la calumnia, la intriga y el descrédito del adversario. Le recuerdo a quien pueda interesar, que así piensa la derecha en todo el mundo, y, Venezuela no es la excepción. Así piensa el imperio norteamericano y todas las naciones con vocación imperial que han basado su desarrollo en la ruina de los países que han invadido, dominado, masacrado, saqueado y arruinado.
La única vacuna, el único antídoto, contra esa forma tan perversa de hacer política es EDUCAR NUESTRO PUEBLO desde la familia, la escuela, los Medios de Comunicación, las comunidades, desde los partido, desde la cotidianidad; y lo que es muy importante, para que todo lo anterior tenga coherencia, todo aparejado con el ejemplo de los líderes, comenzando por los padres y los educadores que son los primeros maestros de nuestras niñas y niños. Los padres y los educadores son los grandes modeladores de conducta. Tenemos que enfrentar desde la CONCIENCIA, esa política basada en la tergiversación, en la mentira, en la calumnia, en la guerra sucia, ya que esa es una política para subyugar y dominar a los pueblos.
¿Cómo olvidar las enseñanzas que nos impartiera nuestro Libertador Simón Bolívar en el Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819? “Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más que por la superstición…Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción. La ambición, la intriga abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil”. ¿Cómo olvidar lo que tanto nos repitió nuestro amado Comandante Chávez? “Hay que estudiar, porque el estudio produce conocimiento y el conocimiento crea conciencia”.
La primera fuente de conocimiento es el hogar y la comunidad. La segunda fuente es la escuela, que se constituye en el segundo hogar de nuestras niñas y niños. En tercer lugar, están los medios de Comunicación; donde ocupa un lugar estelar la televisión o “la niñera cabeza cuadrada”, frente al cual nuestras niñas y niños pasan muchas horas, donde no sólo oyen sino que ven escenas de violencia verbal y física, escena de sexo no acorde a su edad, escenas que contribuyen al desmembramiento de las familias, a los malos hábitos, a la valoración del tener y no del ser, al consumismo, a la banalización y mercantilización de la vida. Como si todo esto fuera poco, ahora aparecieron las redes sociales que se dedican a multiplicar rumores y mentiras, y los aparaticos de video, que mantienen por horas a nuestros hijos y nietos fuera de su mundo real, ya que están sumergidos en un mundo virtual, y generalmente violento.
Con las ideas anteriores en mente, el Gobierno Bolivariano de Venezuela presidido por el Comandante Chávez durante 14 años y ahora con Maduro a la cabeza desde el 19 de abril de 2013, ha dedicado ingentes recursos financieros, mucha energía y tiempo a: promover la alfabetización de 1.5 millones de venezolanos, la lectura de miles de libros al alcance de todas y todos, el estudio en todos los estratos económicos, la alfabetización tecnológica de todos los grupos etarios, la politización del pueblo para que identificara al imperio norteamericano como el verdadero enemigo de la independencia de Venezuela. En este contexto, me permito recordarles a todas y todos los ciudadanos bien intencionados, pero ingenuos políticamente hablando, por lo que a veces no entendieron los largos Aló Presidente y los constantes programas del Comandante Chávez para explicar cada decisión gubernamental, que el objetivo era de información, de formación y de politización del pueblo venezolano. Téngase presente que politización no es sinónimo de partidización.
El Comandante Chávez, era un gran Pedagogo Político, y tuvo claro que quien maneja la información, sobre todo si es de primera mano, tiene el poder, porque con la información adquiere conocimiento, y en consecuencia, aumenta su nivel de conciencia; lo cual permite que el pueblo organizado y consciente se ponga de pie y participe activamente en la construcción de la Patria que queremos y a la cual tenemos derecho. Hemos avanzado en este camino, pero no hemos llegado a la meta porque el mismo es largo y tortuoso. Parafraseando al Comandante “Carache”, Argimiro Gabaldón, el camino de la organización y concientización del pueblo” es duro, muy duro, pero es el camino”. Sin embargo, el pueblo de Venezuela ha aprendido lo suficiente para entender que el candidato perdedor de la derecha, como todo fascista basa en tergiversaciones y mentiras, el desconocimiento de los resultados del 14A y su posterior llamado a la violencia, al odio, al enfrentamiento entre hermanos, a la división, a la destrucción y a la muerte.
¡Dios libre a Venezuela de la derecha y de sus diablos encarnados! Sin tolerar la impunidad ni mostrar debilidad, los revolucionarios no responderemos con sus armas. Nuestros estandartes tienen que ser: la verdad, la justicia, el respeto, la tolerancia (No alcahuetería), el amor… para poder tener paz!

 

La mentira como arma política.


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