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La misma ley.

Publicado el 23 noviembre 2010 por ArÍstides

LA MISMA LEY.
LA ÚLTIMA Y DEFINITIVA JUSTICIA ES EL PERDÓN. M. de Unamuno

Hagamos un ejercicio de moral y a su vez de legalidad. Supongamos que una persona de esas miles que se pasean por el País Vasco con todos sus derechos civiles intactos dijera a un medio de comunicación afín: “tuve que decidir si se volaba la cúpula del Ministerio del Interior. Dije no. Y no sé si hice lo correcto. No estoy planteando el problema de que yo nunca lo haría por razones morales. No, no es verdad”. Podemos cambiar “la cúpula del Ministerio del Interior” por Guardias Civiles, políticos o lo que se desee.

Ante estas declaraciones que hacen un elogio público de sus posibilidades de matar a terceros en defensa de una ideología no sería de extrañar que jueces, políticos y fuerzas de seguridad del estado hubieran corrido a reclamar para el sujeto la aplicación del Código Penal por apología del terrorismo; puesto que aprueba el acto de matar y además lo publicita. El hecho se resume en que el sujeto conoce el lugar en el que se encuentran los posibles asesinados y además tiene posibilidades de hacerlos volar por los aires. Ante esta declaración pública, seguro que jueces estrella o Asociaciónes de Víctimas del Terrorismo y sociedad en general emitirían una condena unánime por la arrogancia y prepotencia de quien hace las manifestaciones.

Ahora cambiemos la frase. En vez de ser un miembro, por ejemplo de una mezquita o el ciudadano del País Vasco, fuera como de hecho ha sido, el ex-presidente Felipe González quien dice a un medio de comunicación: “… llegó hasta mí una información, que tenía que llegar hasta mí por las implicaciones que tenía. No se trataba de unas operaciones ordinarias de la lucha contra el terrorismo: nuestra gente había detectado -no digo quiénes- el lugar y el día de una reunión de la cúpula de ETA en el sur de Francia (…) En aquel momento sólo cabía la posibilidad de volarlos a todos juntos en la casa en la que se iban a reunir. (…) El hecho descarnado era: existe la posibilidad de volarlos a todos y descabezarlos. La decisión es sí o no. Lo simplifico, dije: no. Y añado a esto: todavía no sé si hice lo correcto. No te estoy planteando el problema de que yo nunca lo haría por razones morales. No, no es verdad”.

El ex-presidente duda si hizo lo correcto pero parece no recordar que el general Rodríguez Galindo, así como el ex secretario de Estado Rafael Vera y el ex ministro de Interior, José Barrionuevo fueron condenados por su implicación en asesinatos y secuestros. Desde luego, los enjuiciamientos, las condenas y la predisposición de la justicia no es la misma para todos. De esta forma, mientras al ciudadano del País Vasco o el musulmán que hubiera realizado esas declaraciones estaría detenido por apología del terrorismo e incomunicado por aplicación de la Ley Antiterrorista; el ciudadano Felipe González y los condenados por su implicación en los GAL parecen contar con un crédito distinto por parte de la Audiencia Nacional y la aplicación de la Ley.


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