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La muerte súbita en deportistas

Por Blogdefarmacia.com

deportista 300x192 La muerte súbita en deportistas

En las retinas de nuestros lectores aún estarán las tristes imágenes del fallecimiento súbito de deportistas de alto nivel como Miklos Feher o Dani Jarque, por citar a dos futbolistas conocidos. Pero, ¿por qué sucede eso en gente deportista y con salud?

Este tipo de muerte súbita se produce, como bien indica su nombre, de forma brusca e inesperada, en menos de una hora desde que se producen los primeros síntomas, como mareos, palpitaciones o desmayos, por citar tres ejemplos (evidentemente, que si algún día se sienten estos síntomas no significa que sea sinónimo de estar a punto de morir, como es evidente).

Mucho se ha estudiado acerca de las causas de este terrible acontecimiento, y todavía más falta aún por investigar, pero los científicos están de acuerdo en que el primer factor de riesgo es el genético, más concretamente algún tipo de patología cardiovascular, y que hasta el momento fatal no había sido descubierta en el cuerpo del deportista. También se puede deber a otras causas aún desconocidas.

La muerte de algún deportista joven y con buena salud produce un gran impacto social, especialmente si se trata de algún deportista conocido. Se calcula que, de forma aproximada, fallecen por este suceso alrededor de entre 15 y 20 deportistas al año, por lo que se podría afirmar que por cada 200.000 deportistas apenas uno muere de esta forma, así que la posibilidad es muy escasa.

De todas formas, los médicos recomiendan pasar un control de revisión periódico a todos aquellos deportistas habituales, o someternos a uno de más exhaustivo si tenemos antecedentes familiares o retomamos el deporte tras mucho tiempo sin practicar actividad alguna.

Por último, y para que no queden malentendidos, se debe considerar que el deporte en ningún caso es malo (excepto que así lo comunique nuestro médico), y que si no tenemos ninguno de los factores de riesgo (especialmente genéticos u otros problemas cardiovasculares), es muy improbable que padezcamos uno de estos episodios, y por eso no nos debemos obsesionar con ello.


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