Revista Sociedad

La musculatura de la ley

Publicado el 04 marzo 2014 por Interesproductivo @RoberttiGamarra
Frases Célebres IJean Siméon Chardin (1699-1779) Ramo de claveles, tuberosas y guisantes de olor en un jarrón de loza blanca con motivos azules, 1755 Óleo sobre lienzo, 44 x 36 cmNational Gallery of Scotland, Edimburgo El arte es una flor nacida en el camino de nuestra vida, que crece para endulzarla  
Arthur Schopenhauer (1788-1860)¡Felicidades a las Pilares, Pilis y Pilaritas!
¡Feliz día!
ón para defenderse.
Los derechos de un ciudadano de a pie no es equiparable a los de una persona pública o un político, ya que estos últimos gozan de todos los privilegios para administrar el tiempo de la justicia que le juzga, cuando una persona normal debe someterse de inmediato a los mandatos de la ley e, incluso, a la detención.
Otra apreciación importante radica en la culpabilidad. Los ciudadanos están obligados a demostrar su inocencia, cuando en realidad la persona denunciante es quien debería aportar los elementos que determinen la culpabilidad o no del incriminado. Pero en este país si alguien dice que una persona ha cometido un delito, es ésta quien debe demostrar que no lo ha hecho, una vez ha sido privado de su libertad, que le impide maniobrar libremente para defenderse.
La aplicación de la justicia va por delante de la demostración de culpabilidad, de tal manera que cuando alguien es acusado, lo primero que se le aplica es la detención, para luego preguntarle si los hechos son fundados o no. ¿Es esto normal?, ¿es normal que uno se resigne a las consecuencias de la ley antes incluso de que existan indicios para que ésta sea aplicada?
La gratuidad de la palabra perjudica enormemente a los inocentes. Está demostrado que cualquiera puede arrogarse el derecho de acusar, sin necesidad de sustentar su manifestación en hechos verosímiles. No es descartable que muchos lo hacen simplemente por causar daño, ya que esa aseveración gratuita se convierte en un calvario para el acusado, privándole de la presunción de inocencia, hasta que se demuestra que nunca se le debió someter a ese tratamiento.

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