Revista En Femenino

La mutilación genital femenina

Por Dean
¿Por qué no existe la mutilación genital masculina?
¿Es acaso nuestro mundo, un mundo machista?
¿Tienen algo que ver las religiones en todo esto?
¿Son machistas las religiones?
Deberíamos premiarle, pero en lugar de ello le damos un castigo por nacer mujer, y esos millones de niñas no tienen la culpa de haber nacido en estos paises. La globalización les lleva hamburguesas y cocacola, pero no les lleva luz respecto a este tema. ¿Por qué será?
La mutilación genital femenina
La mutilación genital femenina, conocida a menudo como "circuncisión femenina", abarca todos los procedimientos que entrañan la ablación parcial o total de los genitales externos femeninos u otras lesiones de esos órganos provocadas por motivos culturales o religiosos o por otras razones no terapéuticas. Hoy día se practican diferentes tipos de mutilación genital femenina, entre los que cabe destacar los siguientes:
  • Tipo I (MGF I): escisión del prepucio, con o sin escisión parcial o total del clítoris;
  • Tipo II (MGF II): escisión del clítoris con escisión total o parcial de los labios menores;
  • Tipo III: escisión total o parcial de los genitales externos y sutura/estrechamiento de la apertura vaginal (infibulación)

Por primera vez la comunidad internacional dispone de datos que demuestran que las mujeres que han sufrido MGF (mutilación genital) presentan una probabilidad significativamente mayor de tener un parto peligroso y con complicaciones. La MGF es una práctica anclada en la cultura y las tradiciones, pero a la que habría que poner término. Debemos apoyar a las comunidades que intenten abandonar esa práctica y mejorar la atención dispensada a sus víctimas.
Un estudio reciente ha revelado que la MGF pone al niño en una situación de peligro considerable durante el parto. Los investigadores detectaron una mayor necesidad de reanimar a los bebés cuya madre había sufrido MGF (aumento del 66% en las mujeres con MGF III). La tasa de mortalidad entre los bebés durante e inmediatamente después del parto es también mucho mayor entre los nacidos de madres con MGF: un 15% superior en los casos de MGF I, 32% en caso de MGF II, y 55% en caso de MGF III. Se estima que en el continente africano la práctica ocasiona entre 10 y 20 muertes adicionales de bebés por cada 1000 partos.
Se ha hecho una investigación en hospitales, entorno en el que las mujeres que han sufrido MGF son atendidas por personal de obstetricia, pero las consecuencias para las innumerables mujeres que dan a luz en el hogar sin la ayuda de personal con experiencia, así como para sus hijos, son probablemente aún peores.
La MGF es una práctica corriente en varios países, sobre todo de África. Entraña la ablación parcial o total u otras lesiones deliberadas de los genitales externos de la mujer, por razones culturales o no terapéuticas. Se estima que hay en todo el mundo más de 100 millones de mujeres y niñas que han sufrido MGF.
Aunque la práctica varía de un país a otro, la MGF se realiza en general en niñas menores de 10 años y provoca cicatrices en diverso grado. No se sabe exactamente por qué la MGF acarrea mayores complicaciones durante el parto, pero una posible explicación es que el tejido cicatrizal es relativamente inelástico y puede provocar la obstrucción y el desgarro de los tejidos que circundan la vagina durante el parto. La obstrucción puede ser causa de un parto prolongado, y ello aumenta el riesgo de cesárea, hemorragia profusa, sufrimiento del niño y muerte prenatal. Las mujeres con MGF tienen también más probabilidades de requerir una episiotomía (incisión quirúrgica durante el parto para prevenir desgarros vaginales).
La mutilación genital femenina sigue planteando un problema acuciante de derechos humanos, y la existencia de pruebas científicas fiables sobre sus efectos perjudiciales, tanto para las madres como para sus bebés, debería acelerar la desaparición de esa práctica. La OMS se ha comprometido a colaborar con los asociados internacionales y los países para eliminar la MGF. Ésta constituye una violación directa de los derechos de las muchachas jóvenes, tiene efectos adversos para la salud tanto a corto como a largo plazo, y es un procedimiento innecesario.
La mutilación genital femenina

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