La noche

LA NOCHE
La noche en penumbra se cubría,
mis activos ojos a ti descubrían,
en la calle que yo tanto recorría,
mis brazos y tu cuello se fundían.Cuantioso lo que en mí despiertas,
logras que la sangre en mi fluya,
transita con rapidez en mis venas,
todo tu amor con bendita locura.Es como un fuego que me devora,
que de amor mis ansias no sacia,
seguido me atraes a esa esquina,
ahí donde la oscuridad me oculta.Parado me quedo en tu espera,
observo en ella que nadie llega,
tanto ya mi corazón se acelera,
pródigo de amor ya desespera.Cuando la luna ya salió entera,
de pie me quedo en la esquina,
esperando ver si tu cara asoma,
que llegue ese día que ya te vea.Afloran en mi mente los recuerdos,
como me miraban ese día tus ojos,
muy inquieta y nerviosa te hallabas,
creo que convencida te enamorabas.Retengo en mi cabeza la despedida,
de ese beso fugaz que me robabas,
sin tiempo para devolver una caricia,
abrazar tu cuerpo mucho lo anhelaba.En la oscuridad la noche te ocultaba,
sin poder dar rienda a nuestra ansia,
deseos de amor repletos por lujuria,
esa noche sí se quebró mi garganta.Llenar nuestras mentes de añoranza,
poder verte en mi lado cada alborada,
ser el hálito que te replete de energía,
poder llenar con caricias cada mañana.Romper mi afonía en tus amaneceres,
como concha que se abre tomo tu cara,
arrullo tu boca llenando con mis besos,
mientras tu cuerpo mis manos acaricia.Mi sangre ardiente despierta tu magia,
evocar anhelo en tu cuerpo ya percibía,
al plasma en mis venas vas dando vida,
el calor del cuerpo junto al mío sentía.Bellos recuerdos que a mi alma reaviva,
pero es eso solo, recuerdos de una vida,
de un pasado que murió, nada ya existía,
tal vez fue ensueño que igual lo desearía.Hoy solo percibo el vagar de los tiempos,
como morir envuelto en sus esplendores,
que fijos ven el pasar de los crepúsculos,
emergiendo van en mis ojos las lágrimas.Tal caminar en tu demanda yo deambulo,
solo soy un espectro que se enmascara,
con ese matiz tan inseguro de su tintura,
me disipo por los senderos como un rayo.Has adherido en mi corazón un tormento,
con tu amor toda mi piel ya has devorado,
tu pasión en ella esculpida yo persevero,
que estás junto a mí de percibir no ceso.En tu espíritu mi alma la has convertido,
que marchando anda en perpetuo sollozo,
la firmeza del amor con cuajo moldeado,
tal el verde puro en tus ojos de impoluto.

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de su autor Francisco Pelufo Martínez – Kokoro, está
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