Revista Cultura y Ocio

La nueva era Trump, de los realities shows a la Casa Blanca

Por Lydi1892 @LydiaNatour

El controvertido Donald Trump ha superado las previsiones de todas las encuestas y ha logrado lo inesperado, conquistar los feudos democráticos. El misógino y xenófobo magnate inmobiliario dirigirá, a partir de enero, una de las grandes potencias como el 45o presidente de los Estados Unidos.

TrumpFoto: FP

Con el favor no sólo de los white trash sino de estados entremezclados por distintas etnias, Trump ha creado un movimiento de la clase obrera en contra del establishment. Y lo ha logrado. Con su actuación y su personaje, ha conseguido el beneplácito de los estados bisagra como Florida, Carolina del Norte y Ohio. Pero, como iba un sondeo a pronosticar que un estado como el de Florida, con una población de mayoría hispana, se rindiera ante el gran showman.

Aunque catalogado como un populista, ha sido la propia realidad del descontento estadounidense por las soluciones para paliar la crisis económica lo que ha potenciado su exagerado mensaje del odio en pro del proteccionismo estatal. Medidas que han sido implementadas por la administración de Barack Obama. Y por tanto, esta victoria ha dejado entrever por un lado que los estadounidenses no tienen nada más que perder y por otro lado, el malestar por el abandono gubernamental en la América profunda de ciudades de menos de un millón de habitantes.

A lo cual, un showman sin experiencia política lo ha aprovechado para dirigir la premisa de que los estadounidenses van primero. Y más cuando su rival a la candidatura, Hillary Clinton, proyectaba una mala imagen para liderar la vertiente política moderada del partido demócrata. Clinton ha descubierto que el distintivo de mujer no debe ser la única baza cuando uno está manchado por escándalos. En su caso, se le ha valorado más a ella que a los valores moderados del partido demócrata.

Una vez lograda la presidencia, Donald Trump debe recibir el Óscar al mejor actor. Después de sus continuas amenazas a los inmigrantes y desprecios a las mujeres, sorprendió el hecho de que sus primeras palabras como futuro inquilino de la Casa Blanca fueran las de unidad como un pueblo rico en culturas. <<Va a ser un movimiento integrado por personas de todas las razas, religiones, orígenes y creencias que desea y espera nuestro gobierno para servir al pueblo – y servir a la gen-
te que lo hará.>> Acabada la exageración, queda esperar descubrir al verdadero Trump y no a un personaje bien elaborada que ha convencido a más de 59 millones de votantes.

Ser mujer no basta

Hillary Clinton ha perdido la oportunidad de convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos. Los escándalos de los emails, la mala imagen de su marido, ligado a la poca capacidad de llegar a sus votantes, no ha calado en un electorado de mayoría femenina. Tras perder los Estados que Obama aseguró a los demócratas, Hillary sólo puede llevarse el premio de consolación de saber que la mayoría de los votantes la eligieron a ella, pero que el sistema electoral le falló. Tal vez, verse en la misma situación que Al Gore tuvo contra George Bush fuera el motivo que le hiciera decantarse por romper la tradición de no declarar en el Javits Center tras ver el resultado.

Clinton lo ha tenido todo el contra. Pero en las dos semanas previas a la votación quien se ha había encargado de hacer expolio de la información de sus emails había sido Wikileaks. Y para los estadounidenses, el saber que una de sus compatriotas está siendo financiada por Qatar, quién también ha sido señalado como uno de los inyectores de capital del autodenominado Estado Islámico, ha sido el despertar de una islamofobia ya generalizada.

Pero el pasado previo a la candidatura de Donald Trump en su etapa de copropietario de Miss Universo deja claro que el odio hacia el género femenino no le viene de ahora. Tanto es así, que el discurso de Hillary Clinton tras perder las elecciones ha sido dirigido a las mujeres y niñas de Estados Unidos. Más del 42% de las votantes eligieron a aquel que piensa que las mujeres deberían estar relegadas a las tareas del hogar, antes que a la que podía romper el estigma de ver a una de ellas en la dirección del sueño americano.

Estados Unidos plantea un nuevo mapa global

Con la mayoría absoluta en la Cámara de Representantes y el Senado, y en un futuro dirigir el balance ideológico del Tribunal Supremo hacia el bando republicano, Trump no tiene más limitación que la de su propio partido. Y ello, ha propiciado ambiciones en el exterior y miedo a un contagio populista en las próximas elecciones que tendrán lugar en Francia y Alemania. Para Vladimir Putin, tener como aliado al antiguo enemigo de la URSS durante la guerra fría, ha significado una capacidad de proyectar sus intereses en el conflicto con Ucrania o la guerra en Siria. Sin ir más lejos, los países que rodean Rusia llevan tiempo armándose por el temor a una posible invasión y ante la vuelta de un mapa soviético.

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