Revista Salud y Bienestar

La obsesión por el documento final

Por Saludconcosas @manyez
La obsesión por el documento final
Nos hemos malacostumbrado. Quizás esa pasión por presentar resultados finales, o por hacer exposiciones públicas o por tener un entregable que pueda enviarse por email. Siempre que se prepara un protocolo, se elabora un plan estratégico, se crea un grupo de mejora o se analiza un proceso, la obsesión es acabar un documento. 
Dedicar todo nuestro esfuerzo a dejar un documento "niquelado" y gastar nuestra energía en escribir, maquetar y editar un producto en fase de no retorno, puede ser perjudicial. Todo ese esfuerzo centrado en esa elaboración mata la pasión y la motivación por seguir, por implantar, por seguir mejorando día a día. La idea que llega el día siguiente al cierre definitivo del documento parece que no tiene vida. La riqueza de los debates y encuentros entre profesionales se queda en un punto muerto, ya que el deadline ya ha pasado. Y quizás por eso nos cuesta tanto implementar las guías, los planes o los nuevos procesos, ya que ese punto final parece que pone fin a la generación de ideas, y a la motivación.En el libro Lidertarios, se habla de cultura organizativa y del habitual decálogo de valores de una empresa. Como dicen en el libro, "Decidimos que la cultura no iba de publicar decálogos de valores y principios, sino de hablar y experimentar". Cuando escribes, parece que no existen otras opciones, y el debate sobre esos valores o principios muere hasta que vuelvan a cambiar.Quizás si todo estuviera en fase beta permanente, si presentar un documento no supusiera un punto y aparte, podríamos avanzar en ese gran reto: pasar de la organización sanitaria que piensa y genera conocimiento, a la organización que hace.

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