Revista Cultura y Ocio

La odisea de cuatro libros autógrafos de santa Teresa en la Guerra Civil

Por Maria Jose Pérez González @BlogTeresa

La biblioteca de El Escorial  (Madrid) atesora, desde finales del siglo XVI, cuatro códices escritos de puño y letra de santa Teresa de Jesús: el Libro de la Vida (1565), Camino de Perfección (1566, primera redacción), Las Fundaciones (1573-1582) y el Modo de visitar los conventos (1576).

Estas joyas bibliográficas vivieron, junto a otros muchos libros de incalculable valor, una odisea apenas conocida en su integridad. Durante los primeros compases de la Guerra Civil (1936-1939), fueron incautados con el fin de protegerlos de una posible destrucción. Lo mismo sucedería con infinidad de obras de arte, de lo mejor de nuestras pinacotecas, puestas a salvo por la Junta del Tesoro Artístico, organismo creado por el Gobierno de la II República para proteger el patrimonio cultural. Iniciarían así un periplo por distintos lugares de España, acompañando al Gobierno en sus distintos emplazamientos, acosado por el avance del ejército del bando nacional.

Hasta ahora, se creía que los libros de la Santa de Ávila no habían salido de nuestro país, sino que se habían quedado cerca de la frontera con Francia, en el castillo de Peralada (Gerona), donde hubo un gran depósito de obras de arte.

Ahora, se ha sabido que no fue así, gracias a un estudio basado en documentos de archivo, que ha permitido arrojar luz sobre este tema.

Los cuatro libros autógrafos teresianos, junto con el resto de obras protegidas, vivieron un episodio de enorme riesgo. En los primeros días de febrero de 1939, ante el bombardeo del ejército franquista, las obras teresianas, almacenadas en ese momento en Peralada, junto a la mayor parte del resto del Tesoro Artístico que había sido incautado, fueron cargadas en camiones y trasladadas al otro lado de la frontera con Francia, desde donde, días después, serían conducidas en tren hasta Ginebra, en lo que quizás fue el cargamento más valioso de la historia. En esa ciudad suiza, quedarían bajo la custodia del secretario general de la Sociedad de Naciones. Posteriormente, una cuidada selección de obras pictóricas y tapices serían expuestos en una muestra titulada “Obras maestras del Museo del Prado”, que alcanzaría un éxito sin precedentes.

Ya con la guerra acabada, los libros y las obras que no participaron en la exposición regresaron a nuestro país en dos expediciones (mayo y junio de 1939). Las obras expuestas fueron devueltas más tarde, en septiembre de ese año, cuando se iniciaba ya la Segunda Guerra Mundial.

Los libros de santa Teresa de Jesús regresaron en la primera expedición, sin sufrir ningún desperfecto, y fueron devueltos a su lugar de origen, donde siguen hasta el día de hoy.

Para ampliar información, puedes leer el artículo completo:

María José Pérez González, carmelita descalza de Puçol, “Los autógrafos teresianos de El Escorial durante la Guerra Civil”,  Revista de Espiritualidad, nº 318 (2021), 107-134.


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