¿Sabíais que la pantera es el único animal que tiene un olor natural agradable? En efecto, según Teofrasto, filósofo griego, la pantera exhala un olor muy cautivador que seduce al resto de animales, y de ello se aprovecha cuando caza, se esconde y atrae con su perfume a su presa. Y Mathilde Laurent, perfumista de Cartier, opina que todas las mujeres esconden una parte felina, y toda flor encierra notas animales en su corazón.
Como os decía en el título del post, la pantera es el símbolo de la femineidad Cartier, es divina, exquisita e insumisa, es decir, la pantera es un animal libre, tanto al amar como al realizarse, actúa siempre con pasión y mirando de frente. La pantera ya inspiró en los años 80 un perfume de Cartier, y ahora esta interpretación modera, denota un acorde floral felino, inédito y casi paradójico.
El perfume La Panthère nace de una flor fresca, de una gardenia, una flor viva que se cubre de notas aterciopeladas y de chipre. Una gardenia tocada en pleno corazón, donde surge la animalidad como si de una caricia felina se tratase, desvelada por la creación de un almizcle moderno y a la vez tradicional, corporal y al mismo tiempo abstracto. Su secreto, el acorde de las tres notas de chipre, flor y almizcle, un trío que proporciona a la fragancia suavidad y delicadeza. En este perfume, La Panthère, se unen la felinidad y la flor encarnando el perfume con un poder de seducción total.
¿Os habéis fijado en el frasco? ¡¡Una verdadera obra de arte!! Dentro del mismo podemos observar la escultura de una pantera, efectivamente, por fuera el frasco es liso, la pantera que podéis observar en las imágenes está esculpida en el interior del envase, una cabeza esculpida trazo a trazo, en perfectos ángulos rectos, presenta una mandíbula cuadrada y unos preciosos ojos biselados. Pero si el frasco lo miramos por el lateral, podemos observar la forma de una piedra preciosa, un frasco inédito, insólito, una primicia dentro del mundo de la perfumería, una verdadera proeza cuya fabricación incremente el enigma. Un diseño puro, apariencia tallada y cuya delicadeza emana de un juego de luz solar. La Panthère es una esencia flora felina plasmada dentro de una geometría perfecta en las paredes de vidrio del envase que mitifican a la pantera, su sensual feminidad y su huella hipnótica. Este frasco soberbio lo encontramos coronado por un tocado metálico que presionándolo volatiliza el perfume.
Me sedujo a primera vista, no solo la elegancia y la sobriedad del frasco consiguieron conquistarme, su fragancia, fue la que me enamoró por completo, y desde entonces que la estoy usando, casi me he olvidado del resto de los perfumes que tengo en mi armario, La Panthère me hace sentir más viva, me eleva la autoestima, me hace más decidida, más persuasiva, desde que la uso, me siento incluso más femenina.
Se comercializa en formato vaporizador en tres tamaños, de 30ml, de 50ml y de 75ml.
Otros de los productos de la línea La Panthère que pudimos conocer en la Boutique de Cartier fueron una leche corporal, un gel de ducha y un desodorante.
Para la realización de la campaña, Cartier propuso a Sean Ellis, conocido por su cortometraje Cashback, con el que obtuvo una nominación a los Oscars en el año 2006. Ambientada en una noche en París, sobre el puente Bir-Hakeim. Todo se desarrolla a través de un travelling tras los pasos de Erin Wasson, un rastro que desvela amor y libertad. Erin Wasson posee una mirada directa, sensual y cautivadora.
Gardenia, almizcle, chipre, tres notas delicadamente combinadas que dan lugar a una fragancia femenina y tremendamente seductora, encerrada en un frasco sobrio en cuyo interior se esculpe la cara de una pantera. ¡¡Absolutamente hermoso!!
Y vosotras, ¿Estáis dispuestas a dejaros seducir por el aroma cautivador de La Panthère?
By Raqueleita
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