Revista Cultura y Ocio

La patrona de la Armada Invencible

Por Armadain @lagranarmada
La patrona de la Armada Invencible

No, no fue la Virgen del Carmen a la que rezaron por el buen fin de la "empresa de Inglaterra", la patrona de la Armada Invencible era por aquel entonces otra pero, además, también hubieron otras imágenes con un relevante protagonismo en aquel año de 1588.

La victoria naval de Lepanto el 7 de octubre de 1571 se atribuyó a su intercesión, lo que hizo instituir a Nuestra Señora del Rosario como patrona de la Armada Española, patronato que, al parecer, ya ejercía de hecho pero que fue ratificado por el papa Pío V el 17 de diciembre de 1572.

Fue a partir de entonces cuando se desarrolla el concepto de "galeonas", para denominar a las imágenes de la virgen de Nuestra Señora del Rosario que se tallaron para ser embarcadas en la flota naval española y por supuesto, casi con toda probabilidad, para algunas de las naves capitanas de la Armada Invencible.

Una de las galeonas más famosas, creada para ser embarcada en la Flota de Indias es la llamada La Galeona, venerada en la iglesia de Santo Domingo (Cádiz) y que durante sus permanencias en tierra firme era depositada en la capilla del Tercio de Galeones de dicha iglesia dominica. De esta imagen, quemada en los disturbios de 1931, sólo se conservan la cara de la virgen y el niño, imágenes que fueron reintegradas en una nueva talla realizada en 1945.

Muy vinculada también a los sucesos de la Armada Invencible es Nuestra Señora de Valverde (en Fuencarral, Madrid). Esta imagen, aparecida según la tradición en 1242, es en realidad una talla de principios del XV y de la que Felipe II fue gran devoto.

Fue precisamente esta devoción la que llevó a Felipe II ordenar su traslado en procesión hasta Madrid para unirse a las novenas realizadas a la Virgen de Atocha, la Virgen de la Almudena y a ella misma para rogar por el buen fin de la Gran Armada.

El mismo rey acompañó en su regreso a Fuencarral a la imagen de Nuestra Señora de Valverde con la que la monarquía española forjó un estrecho vínculo desde entonces hasta épocas muy recientes.

Coincidiendo con las fechas próximas a la partida de la Armada Invencible hacia Inglaterra, los comisarios encargados de los actos "por el buen suceso de la Armada", gastaron 300 ducados entre monasterios y conventos para la celebración de un número de misas que, a 1 real y medio por misa, supusieron la celebración de más de dos mil cien oficios religiosos.

Se realizaron así mismo nueve procesiones generales en las que llegaron a coincidir el 25 de junio de 1588, las imágenes de la Virgen de Atocha, Nuestra señora de Valverde y la Almudena en la iglesia consagrada a esta última, donde se celebró una ceremonia cantada por la Capilla Real.

Después del fracaso de la empresa de Inglaterra, Felipe II no sólo no dudó de su fe, si no que, al contrario y refiriéndose a estos actos, agradecía la intervención divina en mitigar los daños que sufrió la Gran Armada en contraste a los que bien pudiera haber recibido.

La patrona de la Armada Invencible

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