Revista Cultura y Ocio

La pequeña Dorrit. Charles Dickens

Por Mientrasleo @MientrasleoS
La pequeña Dorrit. Charles Dickens
     "Un día, hace años, un sol abrasador caía sobre Marsella.
     Un sol ardiente en un implacable día de agosto no era algo extraordinario en el sur de Francia; no lo había sido hasta la fecha ni lo sería después. Nada en Marsella ni alrededor de Marsella había dejado de mirar el fiero cielo que, a su vez, todo lo había mirado, hasta tal punto que el hábito de mirar había llegado a generalizarse."
     Ya es público el placer que encuentro en los clásicos, volver a ellos de forma periódica muchas veces para desintoxicarme de novedades, otras por releer algo ya conocido o por reconciliarme conmigo misma tras alguna lectura de esas que preferimos no confesar. Hoy traigo a mi estantería virtual uno de esos libros que sabes te van a dejar satisfecho incluso antes de comenzarlo, se trata de La pequeña Dorrit.
     Conocemos a la pequeña Dorrit, Amy, con 22 años, aunque pronto nos damos cuenta de que no es su edad sino su aspecto el que le ha deparado ese sobrenombre. Vive en Marshalsea, en una cárcel de deudores que la vio nacer, ya que no era extraño que los hombres que iban a estos lugares decidieran llevarse a su familia con ellos. Amy está allí con sus hermanos y además trabaja para la señora Clennam y es esto último lo que provoca que el hijo de la misma se comience a fijar en ella y decida ayudar a su familia.
     Dickens y sus grandes historias. Novelas que muchas veces son valoradas por sus lectores en función de su extensión sin tener en cuenta todo lo que nos deja dentro de cada historia. Porque una vez más Dickens no se limita a una buena historia y unos personajes dibujados a la perfección, sino que vuelve a tomar el término novelón y hacerlo suyo para hablar de familias, secretos, herencias, lazos, traiciones y todo lo que se nos pueda ocurrir bajo un marco que retrata a la perfección  la vida de época.
     Publicada en un primer momento por entregas mensuales entre 1855 y 1857, se concibió para llevar el título Culpa de Nadie aunque terminara siendo La pequeña Dorrit, y ya en 1857 vería la luz en un único tomo.
     Tengo que decir que si no nos dejamos asustar por un puñado (grande) de páginas, nos encontraremos ante una de las mejores novelas del autor. Lo primero que me llamó la atención fue el concepto de Cárcel de deudores que yo no conocía, pero al ir leyendo sus descripciones, sus rutinas plasmadas de forma minuciosa, decidí investigar para encontrarme conque el autor podía hablar muy bien de un lugar que había pisado su propio padre, primera sorpresa durante la lectura. Hay más, ya es sabido que el autor usa vivencias cercanas o propias a pequeños sorbos en muchos de sus libros.
      Sin embargo no es minucioso sólo en este punto sino que uno termina conociendo perfectamente cada personaje y lugar en los que se desarrolla la obra, como si nosotros mismos nos estuviéramos paseando, testigos de lo que allí sucede. Y esto en una novela corriente puede parecer incluso fácil, pero aquí hablamos de una trama principal alrededor de Amy y Arthur y un sinfín de subtramas que se van entrelazando hasta formar un tejido irrompible por el que subimos y bajamos entre la curiosidad, el interés y la sorpresa. Aún así, de todas ellas y de todos los personajes, me quedo con Amy y su forma de actuar y pensar. Es de esos inolvidables que por mucho tiempo que pase seguiré recordando con cariño.
     Se podrían decir mil cosas más de este libro, de los momentos que pasas con él y de las sensaciones que despierta. Es lo que tiene la buena literatura: uno se pone a hablar y siempre se le queda algo en el tintero. Por eso os recomiendo que aprovechando cualquier excusa os acerquéis a él para descubrirlo con vuestros propios ojos. Merece la pena, es Dickens.
     Ahora que miro mi última frase... Charles Dickens es un autor conocido por todos, de esos que se supone todo el mundo tiene que leer pero también de los que ya conocemos lo que sucede en muchas de sus obras sin haberlas leído, ¿eso os impide leerlas o en estos casos os acercáis a ellas sin que afecte a vuestra decisión?
     Gracias

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