Revista Ciencia

La piel del árbol

Por Ppelias2000
          A veces he cambiado la vista por el tacto. 
       Me gusta mirar el beso de la luz en la piel del árbol y tocar la rugosa corteza de una encina trazada por estrías centenarias, rozar con mis dedos la roja y húmeda desnudez de los troncos recién descorchados del alcornoque. 
         Muchas veces he recorrido con la yema de mis dedos las sinuosas líneas de los olivos viejos, he sentido la mullida epidermis de las secoyas y las estriadas ramas del drago. 
        Antes de hacerles fotos he disfrutado de la textura que la luz provoca entre los líquenes que recubren al haya maquillándola de verde. Acaricié también la paleta tonal de los eucaliptos y la torsión milenaria de castaños en el frescor de la umbría otoñal.

La piel del árbol

Hayas en La Selva de Irati


La piel del árbol

Olivo en Tierra de Barros


La piel del árbol

Encina en Las Dehesas de Jerez de los Caballeros


La piel del árbol

Alcornoques en Salvatierra de los Barros


La piel del árbol

Castaños en Las Villuercas


La piel del árbol

Eucalipto


La piel del árbol

Eucalipto


La piel del árbol

Bosque de secuoyas en Cantabria


La piel del árbol

Haya en Picos de Europa


La piel del árbol

Tronco seco de encina

La piel del árbol

Alcornoque descorchado


La piel del árbol

Castaño en el Valle del Ambroz


La piel del árbol

Corteza sangrante de encina


La piel del árbol

Drago en Tenerife



Volver a la Portada de Logo Paperblog