Revista Salud y Bienestar

La polémica de la gestación subrogada o vientre de alquiler

Por Miguel @MiguelJaraBlog

La gestación subrogada o vientre de alquiler es una técnica de reproducción asistida en la que una mujer gesta un bebé para otra persona o pareja. Está en el «candelabro» porque la presentadora y bióloga Ana Obregón ha sido madre de una niña así.

En la gestación subrogada la gestante no será la madre del bebé, ya que los padres que contratan el servicio serán quienes lo críen.

A sus 68 años de edad Obregón ha reavivado la polémica sobre la contratación de mujeres para que gesten y den a luz bebés que luego entregan a sus clientes. Según cuentan desde eldiario.es la práctica es ilegal en España y legal en Estados Unidos y otros países y para gente con mucho dinero.

De hecho, en España hay más de 2.500 niños nacidos por gestación subrogada en otros países y luego inscritos en nuestro registro por familias que habían contratado el proceso en el extranjero.

La gestación subrogada es ilegal en España debido a la Ley 14/2006. Además, el Tribunal Supremo falló en 2022 que los contratos de gestación subrogada son nulos de pleno derecho porque vulneran los derechos fundamentales de la mujer gestante y del niño gestado.

Desde el punto de vista ético, algunos argumentan que la gestación subrogada es éticamente problemática porque puede explotar a las mujeres gestantes y convertir a los niños en objetos de compra y venta.

La polémica de la gestación subrogada o vientre de alquiler
Foto de Janko Ferlic.

Otros argumentan que la gestación subrogada es éticamente aceptable siempre y cuando se realice de manera voluntaria y se protejan los derechos de todas las partes involucradas.

No hay problemas de salud directamente implicados en la gestación subrogada, ya que se trata de una técnica de reproducción asistida que se realiza en un entorno médico controlado. Es como escribo un asunto, ético y legal.

Sin embargo, en muchos de los trabajos científicos favorables a la legalización de esta gestación se omiten o se minimizan los riesgos para la salud de madres y bebés que conlleva dicha práctica.

Y habrá que ver las consecuencias psicológicas para el bebé cuando sepa cómo ha sido la cosa. E incluso, el impacto emocional que puede suponer «el servicio» para la mujer que ha «prestado» su vientre.


Volver a la Portada de Logo Paperblog