La princesa prometida, de William Goldman

“- Ahora te amo más que hace veinte minutos, tanto que no existe comparación posible. Te amo mucho más en este momento que cuando abriste de tu choza. En mi cuerpo no hay sitio más que para ti. Mis brazos te aman, mis orejas te adoran, mis rodillas tiemblan de ciego afecto. Mi mente te suplica que le pidas algo para que pueda obedecerte. (…), mi perfecto Westley, dime en un susurro que tendré la oportunidad de ganarme tu amor.

Dicho lo cual, se atrevió a hacer la cosa más valerosa que había hecho jamás: lo miró directamente a los ojos.

Y él le cerró la puerta en la cara”

La bella Buttercup jura amor eterno a Westley, que parte en busca de fortuna y es asesinado por unos piratas. La doncella, obligada, se promete al príncipe Humperdinck de Florin, un bellaco al cual sólo le interesa la caza.

El mejor esgrimista, el hombre más inteligente y el más fuerte del mundo son contratados por los enemigos de Florin para raptar a Buttercup. En la huida, sufren la incansable persecución de un hombre enmascarado que los retará uno a uno en su propio terreno.

Esgrima. Lucha. Torturas. Venenos. Amor verdadero. Odio. Venganzas. Gigantes. Cazadores. (…) Persecuciones. Fugas. Mentiras. Verdades. Pasión. Milagros. Así es como el padre de William Goldman le resumió el libro que cada cada noche le leía mientras él se reponía de una neumonía. De esta manera William descubrió La princesa prometida, la novela de S. Morgenstern.  ¿Pero William Goldman no es el escritor de la novela? ¿O es Morgernstern? Sea quién sea (os quiero dejar con la intriga) está claro que ha hecho un trabajo excepcional, para mí ha sido toda una sorpresa encontrar una novela tan original.

Antes de leerlo creía que sería un libro de muchas aventuras, de princesas y caballeros, de batallas y luchas. Y lo ha sido, pero también me he encontrado con algo completamente diferente, porque además de la divertida y entretenida historia de Buttercup y compañía, William narra cómo la conoció, lo importante que fue en su vida y entre el relato explica sus impresiones sobre lo que va sucediendo. Este tipo de anotaciones junto al estilo desenfadado y cercano del autor ha hecho que la novela sea diferente y especial, esto es lo que más me ha gustado porque ha sido como comentar lo que vas leyendo con un conocido/amigo.

Tampoco se queda atrás la propia historia, el autor reúne a muchos de los elementos clásicos de las novelas de fantasía medieval además del romanticismo y del humor con el que es imposible quitar la sonrisa de los labios. La historia comienza con Buttercup y su creciente amor por Westley, pero éste es asesinado y ella se da cuenta que ya volverá a amar. Será su compromiso con  el príncipe Humperdink, así como el anuncio al reino, cuando su vida cambie por completo al ser secuestrada por los mejores guerreros del mundo. Tanto Buttercup, Fezzik, Iñigo, como los demás son personajes divertidos, entrañables y con un punto de locura. El autor no  se centra sólo en la protagonista, Buttercup, sino que nos cuenta aspectos del pasado de los demás, importantísimos para el desarrollo de la trama.

Con La princesa prometida el autor ha querido homenajear no sólo a las grandes novelas de aventuras, esas que te mantienen pegado a sus páginas de principio a fin, sino también a los libros que más nos han marcado en nuestra vida y que han despertado sensaciones por las que los defenderemos con capa y espada. Ha sido una lectura muy gratificante, hace años que quería leerla pero ha sido ahora cuando he podido hacerlo y la verdad, lo tendría que haber hecho antes, porque libros como éste te renuevan la fe por las historias de siempre.

En 1987 se estrenó la versión cinematográfica de la novela cosechando un gran éxito y convirtiéndose en una película obligatoria para los amantes del cine de fantasía y aventuras. Protagonizada por Robin Wright Penn, Cary Elwes, Mandy Patinkin y Billy Crystal entre otros, tenemos la seguridad de que será una buena adaptación puesto que quien firma el guión es el propio autor. No la he visto, pero prometo hacerlo pronto, ganas no me faltan.

“Hola, me llamo Iñigo Montoya, tú mataste a mi padre, disponte a morir.”

William Goldman lleva más de cuarenta años escribiendo libros y guiones cinematográficos. Ha sido merecedor de dos Oscar al mejor guión (por Dos hombres y un destino y Por todos los hombres del presidente) y de dos premios al conjunto de su carrera como guionista. Su novela Marathon Man le hizo muy famoso en las consultas de dentistas de todo el mundo.