Querían todas las letras
Que pudieran salir de su afonía.
Beber de cada ágora de cada gota
De su saliva.
Soliviantarse en su piel fría de nuez moscada
Oliendo el tacto de una mirada más extraña
Que cualquiera de las enfermedades mentales.
Querían cubrirse con su voz, crespón de cigüeñas
Ahuyentar el tácito devenir pululento del tiempo
Que pasó sin problemas de señal.
Confundieron la novena por la lacrymossa
Y cuando hubieron llegado al fondo
Ya no quedaba nada.
Querían comerse el mundo con ella sentada en sus rodillas.
Deseaban aposentarse en las celdillas acolchadas de sus labios,
Ubicarse en el extremo oriente de su pecho
Cual corazón que necesita transplantarse de cerebro
Para seguir conduciendo y llegar antes, de que se haga más de noche.
Ni confirmó ni desmiento solo dejo que pase todo.
Cuantas hubieran dejado todo por ti...
Quisieron enredarla en una boa y hacerle fotos musicales
a sus escamas de cashemir; Homenaje sintético a golpe de tambor auditivo
Para una gloria con penas de homínida en horas inciertas
De esas llamadas evolución