Revista Salud y Bienestar

La rebeldía de los médicos residentes

Por Miguel @MiguelJaraBlog

“La primera generación de mártires sanitarios“. Impresionantes, muy duras las palabras del comentario del médico Roberto Sánchez en el post que hemos publicado sobre su carta a la ministra Pajín en torno a los sobornos médicos. El caso es que esta mañana me escribió otro compañero de profesión de Roberto:

“Yo también soy médico residente y también tengo la misma opinión acerca de las farmacéuticas. Le he escrito un email a Roberto. Te lo copio debajo por si quieres publicarlo en tu blog. No tengo inconveniente en que aparezcan mis datos en la publicación. De hecho creo que tenemos que empezar a hacer que estos asuntos turbios se vayan haciendo cada vez más transparentes para ayudar al cambio de conciencia global“.

Así que ahí va el texto pero por favor mártires no más que ya hemos tenido suficientes en nombre de algunas religiones como para continuar en pleno tercer milenio con mártires de la ciencia sometida por el poder del dinero:

Hola Roberto!

Soy Iago Garreta, médico residente de primer año de traumatología en el Hospital de Bellvitge de Barcelona.

He leído la carta que le enviaste a la ministra y que Miguel Jara ha publicado en su blog.

Estoy completamente de acuerdo con lo que dices. Yo estoy en la misma lucha.

Traumatología es una especialidad donde los sobornos por parte de las farmacéuticas se exageran más que en otras especialidades y desde que empecé, he tenido que aprender a rechazar sus turbias ofertas. Creo en una actitud digna, humana y científica a la hora de ejercer la medicina (y, evidentemente, a la hora de vivir) y creo que la labor de las farmacéuticas la dificulta.

Ya no acepto bolis, regalos ni cenas, ni tan solo libros. Aún no he tenido que ir a ningún congreso pero cuando esto ocurra, le pediré a mi jefe de servicio que el hospital me lo pague y si me lo niega, le escribiré al gerente del hospital y si me lo niega, le escribiré a la ministra, tal como tú has hecho.

Me alegro de ver que otros médicos se dan cuenta de este juego perverso y que luchan por intentar ejercer la medicina y formarse como científicos sin tener que perder su dignidad vendiéndose a las farmacéuticas.

Un abrazo,

Iago.

Más info: En los libros Traficantes de salud y La salud que viene.


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