Revista Religión

La reflexión semanal (presentación del proyecto).

Por Miguelangelgc @miguelangelgc

Nos enfocaremos a los que nos ayudan a reflexionar.

Como decía, la aplicación -que pertenece a Facebook- es una de las formas más habituales de comunicarse con otros. Incluso, pese a no ser segura, se emplea en los trabajos para comunicación jefe/contigo o por medio de grupos de compañeros de trabajo.

Tu número móvil hace mucho que dejo de ser privado u opcional de dar. Desde los servicios de correo electrónicos hasta los bancos te piden tu número para accesar a sus aplicaciones móviles. Facebook tiene tu teléfono, ya sea obtenido mediante Whatsapp o por vinculación con la app instalada en tu móvil de la red social o del Messenger, y tu imagen de perfil hace tiempo que todos tus contactos la ven.

Ya habíamos aprendido a convivir con ello. Y aunque por medio de las opciones de privacidad se podía decidir si tus contactos podían ver o no tu imagen... muy pocos hacían uso de ello y ya sea el meme de moda o una imagen graciosa era vista tanto por tu tía que le entró a " eso del Whazap" como por tu jefe o el contacto que agregaste y que ya no recuerdas por qué.

No obstante a ello la empresa del señor Zuckermberg vio como buena idea trasladar el concepto millenial de comunicación (de los mensajes efímeros y bobos) a una aplicación que, le gustara o no al dueño de Facebook, ha madurado hasta convertirse en un cierto tipo de sms universal. Y por ende, es usada por gente desde los 8 hasta los 70 o más años y para todo tipo de comunicación, formal o informal.

¿Y qué pasa cuando juntas la opción de babosear con subirlo a una app que la usa tu ex, tu novia, tu jefe, tus tíos, tu abuelo y hasta tu némesis? Creo que la pregunta es obvia.

Aunque existen configuraciones de privacidad, siendo sinceros, muy pocos las sabrán usar y casi nadie le moverá potencializando que lo que subas lo vea, literalmente, cualquiera que tenga tu numero de teléfono.

¿Que tal que avisas que estás enfermo al trabajo y horas después subes una foto en la playa, o crudo? Tu jefe entra casual al Whatsapp y te descubre... ya no es tan divertido, ¿no? Tu estado en Whatsapp te habrá dado problemas.

Independientemente de si es ético o no mentir en tu trabajo acá entra a la ecuación la privacidad, el derecho a ella y la cada vez más omnipresente Web que, con ciertas restricciones, puedes fácilmente configurar para determinar tu presencia en ella.

Es decir, una cosa es decidir a quién aceptas o no a Facebook (seleccionando al subir un contenido quién lo ve) aunque podría traerte consecuencias sociales (reclamos, sobretodo) y otra, muy diferente, es cuidar qué subes, supuestamente efímeramente y quizá bajo los efectos de vaya a usted saber qué cosa ( los estados en Whatsapp duran 24 horas) sin prever las consecuencias a ello porque ahora tu app para sms es una mezcla súper rara y homogénea de red social, en donde no puedes decidir con facilidad a quién sí o no aceptar.

Ten emos derecho a la privacidad. Y que, aunque tu número sea público, lo que subas por medio de el, y de la app con la que mandas " sms inteligentes" debe de seguir siéndolo. Ya, si quieres compartir algo, puedes irte a una "red social" como tal: Facebook, Instagram con sus Stories, Snapchat (quién inventó el concepto de mensajes autodestruíbles) o Twitter.

Así que ahora más que nunca ojo a lo que subes... Puedes suscribirte al newsletter dando y, más importante aún,precaución por medio de cuál app lo subes.
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