Revista Cultura y Ocio

La rentrée o cómo hacer un mejunje que no entiendo ni yo

Publicado el 02 septiembre 2012 por Sylvietartan

Queridos lectores, ¡¡bienvenidos de nuevo a este rincón!! ¿Cómo ha ido la vuelta al cole? La mía un poco caótica. Se me han juntado las ganas de escribir y el deseo de volver a leer vuestros comentarios, con la vagancia más absoluta que se me ha pegado como una lapa de playa desde que terminó el período lúdico-estival.  Convencida de que sí, sí es posible mantener la mente en blanco sin necesidad de entrenamiento zen previo, tengo que confesaros que no he estado recabando información este verano para poder tener algo que contar a la vuelta. Me he dedicado a descansar, divertirme, sacudir y airear neuronas -dos, no más, pero conectadas-, desempolvar mis músculos atrofiados y no pensar en nada que no fuera meramente fútil e instrascendente. Y sí que he hecho cosas interesantes que podría relataros pero mi cámara de fotos, asociada al sindicato (¡qué poco nos parecemos!) también me pidió unos días; así que, so pena de denuncia ante juzgado laboral, no tuve más remedio que dárselos No todo son alegrías en las jefaturas del mundo empresarial. 

La rentrée o cómo hacer un mejunje que no entiendo ni yo.

"Pensando en el escaño", con zapatos de Prada, falda vintage de cuadros, blusa de Sister Jane, collar de H&M,  gafas Moscot, reloj Raymond Weil , pluma Montblanc y  precioso fácsimil Le Ménager de Paris. Fotografía de Amai Rodríguez. Estilismo: Sylvie Tartán.

Fruto de todas estas circunstancias es que a día de hoy os suplico clemencia y os pido disculpas por haber tardado tanto en volver a dar señales. Una no planifica sus reapariciones y así quedan, como un extraño batiburrillo sin orden ni concierto. Si a pesar de mis advertencias queréis seguir leyendo, no os perdáis lo que viene a continuación. 
1. Conducción y digestión: problemas al volante... y también, en reposo. La D.G.T. y yo os recomendamos no comer copiosamente cuando hay que coger el coche para conducir durante horas. A mi, con la digestión, como buena española, me entra frío polar en el cuerpo; pero además me invade una modorra que ya quisiera el Diazepam provocar algo similar entre sus acólitos adictos. Así que la cosa está complicada cuando haces un viaje de más de cinco horas y entre tus costumbres se encuentra la de comer con cierta frecuencia.

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Deliciosos pulpo al estilo sanabrés de la mamá de mi amiga Carmen: aceite, ajito, sal y pimentón. ¡Ojo! No coger coche después.


Por supuesto, en toda ruta existen buenos restaurantes a los que desviarse pero el problema es el que os decía. ¿Quién es el gallito que resiste a la tentación y se toma una ensalada mixta cuando la carta te ofrece delicias? ¡Yo no!

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Macarrones súper picantes de La Trattoría de Sant Arcángelo en Madrid.


Otra opción, por supuesto, es apearse en un restaurante de gasolinera donde ya no hay tantas tentaciones, ¡uf! Si no hay más remedio se hace, pero si puedo evitarlo, ¡mejor! Casi todo caro, mediocre y en un ambiente frío y triste.
Por todas estas razones, he vuelto a las costumbres de antaño: llevarme mi propia comida. Mi rico bocadillo de tortilla francesa con huevos caseros (de gallinas) o mi filete de ternera rebozado a la antigua usanza y cortado en pedacitos que tan buenos recuerdos de los grises días de playa ribadense, me trae. 

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Comer cochifrito y después conducir varias horas: ¡Error!


¿Y dónde comer? Pues eso es complicado porque dentro del coche, ¡ni hablar! No puedo conducir con migas igual que las princesitas no pueden dormir con un guisante bajo sus colchones. Y a una, los merenderos tipo comunas de gran afluencia, como que no le van mucho, con lo cuál encontrar un sitio donde parar y estar a gusto es complicado. Os recomiendo, si queréis seguir esta tendencia, desviaros al tuntún, dejar a un lado las órdenes del tomtóm y abandonaros a la suerte para poder encontrar rincones interesantes de la geografía nacional (de la internacional no os digo nada que podéis acabar en Valpurgis). Sé que para los lectores masculinos esta tarea es harto complicada. Ya es difícil convencerles para parar en algún sitio aun cuando hay necesidades más perentorias que el comer, como para decirles que nos desviemos y que nos vayamos de aventura loca por carreteras comarcales. ¡Seguro que ponen el grito en el cielo!

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Si conducís de noche, no hay problema. No se come y listo.


Este verano yo no he tenido problemas de ese tipo y he encontrado uno de esos deseados rinconcitos por pura casualidad. Si hacéis la ruta Galicia-Madrid os puede venir de perlas auténticas. Con deciros que, en pleno agosto, final de quincena y hora de comer, estuve sola, os lo digo todo. ¡Un lujazo! 

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Sylvie tras la ingesta con vaqueros de H&M y top de Ted Baker. En los pies, Swedish Hasbeens.

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En este perdido lugar, el único ruido que se escuchaba era el de la fuente de agua potable (aunque como buena urbanita no bebí por si las moscas) y el motor de algún coche que se oía lejano pasar. Lo mejor, nadie mirando cómo devoras tu bocadillo en la clandestinidad. Eso no tiene precio.

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Este cómodo paraje lo tenéis yendo por la autovía A-52, hacia Madrid y desviándoos a la Nacional 525, P.K. 165 en Verín, (Orense) hacia una gasolinera que está a 7 kms del desvío. Y si no frecuentáis esta ruta, buscad  por esas carreteras de Dios que seguramente encontraréis lugares apetecibles donde parar, comer, estirar las piernas e incluso echar un sueñecito reparador aunque luego os despertéis con el coche a medio desmantelar.

2.  ¡Comiquízate! El maravilloso mundo del cómic nos invade, señores. No tanto como en la película "Cool Word" que os recomiendo y que no es en absoluto para niños, pero sí en una medida que ya empieza a percibirse como tendencia de las auténticas, de las que todavía no siguen las masas.

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Un joven Brad Pitt en muy buena compañía. La película en España se tituló "Una rubia entre dos mundos".

Sí, los frikis estamos de moda, oiga, y por fin hemos conseguido que las viñetas invadan otras facetas de la vida diaria distintas a la lectura. Y lo que es más importante, que esa invasión sea considerada cool, ¡ahí es nada!
Esta temporada parece que el cómic, denostado en países como el nuestro, pero considerado un arte (porque lo es) en otros como en Francia, se acerca a estamentos más formales para darles ese toque llamativo, divertido y alternativo tan propio del mundo de la ilustración. Vamos con algunos ejemplos.

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Algunos de los cómics de mi biblioteca.


De "Señorita Mala Uva", una vinoteca que tiene sedes en varias ciudades de España y de la que os hablaremos este otoño, nos llega el anuncio de una cata en Madrid para el jueves 6 de septiembre a las 21.00, de vinos de la bodega "Pago Los Balancines" entre los que se encuentra su vino joven "Crash". A las pruebas me remito.

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Los que paséis de la Vogue Fashion Night Out madrileña, puede ser una buena opción para divertirse este jueves y probar unos vinos que prometen ser originales cuando menos. Si queréis apuntaros llamad al 91 007 59 96 o enviad un correo electrónico a [email protected]. Tenéis las dos opciones: vino blanco o tinto. Además allí podréis comprar estas monísimas y joviales botellas. 
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También nos llega la noticia de que el diseñador Phillip Lim ha elegido el formato cómic para presentar su colección. Un formato poco habitual para estas lides pero que nos encanta. Su presentación oficial también se hará el 6 de septiembre en la Fashion's Night Out de Nueva York. Y si queréis comprar el cómic sin necesidad de ir a NY podréis hacerlo aquí.
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Si en lugar de leer cómics preferís vestiros con una de sus prendas, aparte de las tiendas que tienen esta firma en nuestro país -pocas, todo hay que decirlo-, podréis conseguirla en My Theresa y en Net-a-Porter.

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A la venta en MyTheresa.

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Bolso de Phillip Lim a la venta en Net-a-Porter.


Pero no es la única firma de moda que apuesta por el cómic,  Markus Lupfer también nos ofrece un buen puñado de jerseis y tops en esta línea. WOW! 

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 Markus Lupfer

Y ya por último completamos esta oda al cómic con una noticia. Es en nuestro querido Madrid donde se ubica la considerada mejor tienda de cómics del mundo: "Akira Cómics" que también este mes de septiembre celebra su 19º aniversario. Así lo han creído los que deciden los Premios Eisner que, para que os hagáis una idea, son los "Oscars del cómic". ¡Larga vida a la viñeta!

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Foto extraída de Planeta Urbe.


3.  El azul, ¿eléctrico?
No, queridos, no estoy hablando del color de un cable de electricidad sino de una de las tendencias más "in" para este otoño invierno que nos merodea. Sé que para muchas esta aclaración sobra pero para otros tantos, no. Y como "una imagen vale más que mil palabras"  y  "no te acostarás sin saber una cosa más" aquí va un ejemplo de azul eléctrico.

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Moschino temporada 2012-13 en Vogue.


Ahora ya sabéis qué tonalidad tiene ese azul. Desde Moschino a Lacoste, pasando por Balenciaga, cientos de marcas se han unido a la tendencia. El caso es que de tanto verla, y eso que todavía no ha empezado el grueso del asunto, a mi ya me cansa. ¡No puedo evitarlo!
A pesar de ello, hace unos días me fui a Maje en busca de un vestido naranja que vi en el suplemento Mujer Hoy (¡Oh! sorpresa. Era de la temporada pasada. Gracias "Mujer Hoy" por informarnos así de bien) y terminé probándome uno en este tono. Exactamente éste:

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De neopreno, el vestido es una monada y sienta de maravilla. También en negro.


He de reconocer que el vestido me sentaba como un guante y nunca mejor dicho porque me ceñía hasta el alma, pero no me lo compré por eso, porque era azul eléctrico. Quien muy amablemente me atendió, al comentarle que no me lo iba a llevar por el color, se extrañó y me dijo que este color lo iba a ver mucho. A lo que respondí que precisamente por eso, ¡no lo quería! ¡Qué le voy a hacer! Con los colores "de moda" me pasa como con la comida en los bufés. Verla toda junta y en gran cantidad me quita el apetito.  Así que si este año me veis con algo azul eléctrico (que lo tengo) es porque es de otras temporadas. Os juro que ésta no pienso comprarme nada de este color y si lo hago, que me electrocute con él. 
4. Si no puedes comer, al menos, mirar y tocar.
Retomamos los problemas de ingesta. Una de mis pasiones son los Donuts, las galletas Oreo, las chuches,  las hamburguesas y todo tipo de grasámenes que adornan el mercado del comer. No os miento si os digo que me gusta hincharme a estas cosas pero sí os mentiría si os dijera que lo hago habitualmente.  El caso es que ese "yo" que llevo dentro, que se bañaría en una piscina de patatas fritas al exceso de sal y que hundiría su cabeza en una tarta de merengue sin ningún tipo de problema, sale a relucir cuando me topo con colecciones de bisutería que reproducen a la perfección mis iconos culinarios. Ése es el caso de la firma Abataba una marca de complementos curiosos que tiene muchas más cosas pero que yo he descubierto gracias al menú de su colección Sweet.

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Como veis, también tienen comida sana. Me refiero al mojito.


Tartas de todo tipo, cócteles, pizzas, bocadillos, cajas de bombones, pasteles, muffins de plátano, de fresas, de frutas rojas, croissants, nubes, helados... todas las tentaciones a un sólo click y sin engordar ni un gramo. Os invito a que merendéis hoy en su web y os sorprendáis como lo he hecho yo.

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Si estáis a régimen, colgaos vuestro menú favorito del cuello para acariciarlo mientras coméis una triste lechuga. ¿Para qué? Para no perder vuestra identidad y para que os recuerde lo que realmente os gusta en esta vida.
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Además hacen pedidos personalizados así que si tenéis algún tipo de capricho no dudéis en preguntar aquí: [email protected]. Más info en Abataba.
5.   Espíritu23. ¿Os suena de algo el portal de la calle Espíritu Santo, número 23 de Madrid? Este portal se hizo famoso el 17 de noviembre de 1999 por un motivo desgraciado. Enrique Urquijo integrante del grupo "Los Secretos" fue hallado muerto aquí. Todavía se pueden leer fragmentos de sus bellísimas canciones escritos en estas pintarrajeadas puertas y de vez en cuando alguien deposita un ramo de flores en su memoria.
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Pero no nos pongamos tristes. Precisamente en el bajo de este número hay un motivo de alegría. Un grupo de emprendedores ha abierto "Espíritu23", un espacio que funciona como centro de trabajo para profesionales independientes y pequeñas empresas. Lo que ahora se denomina coworking. Una forma de abaratar costes y de establecer sinergias entre distintos profesionales.
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Hablando en plata, se trata de un lugar en el que los autónomos o pequeños empresarios que no tienen oficina pueden irse con su portátil o usar uno de los ordenadores de allí para trabajar, recibir clientes y organizar reuniones pagando una pequeña cuota al mes. Compartiendo gastos sale muy rentable y lo mejor es que podéis relacionaros con otros profesionales e interconectar clientes o información interesante para vuestro negocio.  

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La decoración de Espíritu23 está llena de curiosidades. En la foto silla antigua de  barbero.

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Esta lámina, acompañada de una buena pistola + foto tipo carné del jefe, debería ser obligatoria en todos los lugares de trabajo.

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Este mueble de joyería lleno de matasellos procede del Palacio de Gaviria.


Pero no es el coworking el único servicio que ofrece Espíritu23. La parte de abajo de este curioso y amplio local se dedica a obras de teatro, outlets, catas de vino, presentaciones de libros, mercadillos, reportajes de moda y una infinidad de cosas limitadas sólo por la imaginación de sus clientes y las posibilidades, que no son pocas, del espacio. 

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Otro de los muebles de Palacio.


Vosotros sólo tenéis que proponer vuestro proyecto y ellos los estudiarán en menos de lo que canta un gallo, os dirán si es factible y os ofrecerán una tarifa más que adaptada a los tiempos que corren. 

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Famosos son sus "Adelita Market", mercadillos que organizan para comprar, vender e intercambiar ropa, discos, complementos, cómics, juguetes, plantas y otros enseres. El próximo será el último domingo de septiembre. Todavía podéis apuntaros para venir a comprar o para ser vosotros mismos los que vendáis. 
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Si queréis seguir estas actividades y tener conocimiento de ellas con cierta antelación, tienen página en facebook donde van informando de todo lo que acontece y acontecerá por estos lares. 

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¡Glups! Vestida de azul eléctrico y negro en mi rincón favorito de Espíritu23.

Si queréis organizar una actividad de vuestra empresa, venir a trabajar o se os ocurre cualquier otra cosa para lo que necesitéis espacios diáfanos y amplios, no dudéis en consultar a estos chicos que estarán encantadísimos de atenderos.

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Sylvie con Juan Antonio Sánchez, uno de los entusiastas cofundadores de Espíritu23.


Su contacto: [email protected] y 915 321 849. Y su dirección, calle Espíritu Santo, 23, en pleno barrio madrileño de Malasaña.
Y por hoy no os robo más tiempo. ¡Ánimo con la rentrée! Tomaos los problemas con sentido del humor si es posible, disfrutad de volver a ver a vuestros amigos, a vuestro jefe, divertíos con todo lo que se avecina en la nueva temporada, con las sorpresas de Rajoy y con esos kilitos de más que traéis de las vacaciones. Ni se os ocurra deshaceros de ellos porque ellos jamás os abandonarían. ¡¡Besos y buen humor para esta semana!! ¡Bienvenidos de nuevo! Y gracias por esperarme...
Sylvie Tartán.


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