Revista Opinión

La renuncia del Papa

Publicado el 13 febrero 2013 por Colombatto

La noticia está muy fresca pues ocurrió este lunes y se hará efectiva recién el día 28 de este mes.

Las opiniones vertidas tanto en CNN como en TelesurTV, Televisión Nacional de Chile y varios canales porteños, entrevistando tanto a miembros de las respectivas curias como a transeúntes, sólo muestran sorpresa y agregan adjetivos elogiosos a la “humildad” que lo decidió a renunciar por el bien de la Iglesia.

Ninguno de los entrevistados tomó el cargo de papa como puesto político semejante al de cualquier otro mandatario, ni discriminó en cuanto a que es una monarquía no hereditable pero sí perpetua (hasta su muerte).

Apenas se sorprendieron que en el último medio milenio ningún papa haya renunciado y en la historia del catolicismo apenas hubo 7 casos, ahora 8: Clemente I en el año 97, Ponciano en 235, Silverio 537, Benedicto IX en 1045, Gregorio VI el mismo año, Celestino V en 1294 y Gregorio XII en 1415, todos estos en medio de profundas conmociones dentro de la cúpula de la Iglesia.

El cargo de papa (se escribe con minúscula pues no es nombre propio) ha sido comparado con el castigo de prisión perpetua pues casi siempre lo han ejercido hasta la muerte del elegido.

Durante este pontificado del alemán Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) ocurrieron sucesos y transformaciones impensadas hace apenas unas décadas atrás: arreciaron las denuncias contra sacerdotes que abusaron de niños, se descubrió lavado de dólares dentro de la administración vaticana y últimamente se aceptó la unión entre personas de igual género. ¿Algunos de estos “problemitas” colmaron la tolerancia de cardenales?

El Vaticano es un país que maneja su política exterior, su economía y obviamente sus relaciones diplomáticas, razón por la cual tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI viajaron a muchos países para firmar acuerdos, entre ellos el viaje de este último a Cuba. Anteriormente esos acuerdos los firmaban sus representantes directos (cardenales) en los países de residencia.

Para los católicos rasos, cada papa es elegido por designio de Dios, pero sin cardenales votantes parece que Dios no ha sido capaz de elegir a uno solo de los más de 260 papas que gobernaron la Iglesia terrenal. Por ello, dejando el idilio religioso, sólo debe abordarse este tema desde el punto de vista político.

Es necesario hacer una mínima recordación a los últimos antecesores en el podio papal: Juan Pablo I asumió, informó que iba a hacer cambios profundos y apenas duró 33 días pues misteriosamente murió, sin que el Vaticano aceptara que desde fuera de sus muros ingresaran médicos para hacerle la autopsia. Desde entonces se mantiene la versión de que lo mataron por pretender implementar un transformismo que los cardenales de la época no estuvieron dispuestos a aceptar.

Juan Pablo II asumió con similar temperamento (de ahí el nombre que eligió como réplica a su antecesor) y obviamente ya no había forma de repetir la, llamemos, eutanasia vaticana.

Con el nombramiento de Ratzinger, el ala derecha se vengó de los cambios hechos por Juan Pablo II, pues Ratzinger venía del nazismo alemán.

En base a esta puja de poderes dentro del país -geográficamente- más chico del mundo, pero una de las potencias más importantes en cuanto a economía y peso político, es impensable creer que el actual mandatario haya renunciado porque “por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”.

Sin dudas, las direcciones de los principales medios de prensa del mundo, a medida que transcurren las primeras horas post comunicado, estarán acaloradamente tratando de informarse sobre las razones verdaderas que provocaron su renuncia.

Este lunes 11, a las 22,20 horas, el periodista Chiche Gelbrun consultó al experto periodista Mariano Grondona sobre su parecer. Grondona estaba veraneando en Punta del Este y seguramente bastante confundido por la noticia. El dato es importante pues no preparó una respuesta decorosa y se animó a decirle: “casi te diría que es una revolución”, y ahí está el meollo de esta “voluntaria” renuncia.

Sin dudas que en el seno del Vaticano hay posiciones enfrentadas y radicales. ¿Fueron las medidas que tomó o los acuerdos que hizo con otros mandatarios?

Como en estos años lo que difunden los medios internacionales generalmente están en las antípodas de la información cierta, pues habrá que escuchar a docenas y docenas de periodistas a la espera de que alguno “sin querer queriendo” brinde algún dato verdadero, que en una república democrática cualquiera una dimisión así recibiría el rótulo de “Golpe de Estado”.

¿Presionaron los antiguos seguidores del Juan Pablo II?

Como de costumbre, apenas escribo según mi propio criterio y sin fuentes que me respalden, pero aventuro que el sucesor de Benedicto XVI será copia de Juan Pablo II, es decir un miembro opuesto al derechista que acaba de dimitir.

Durante estas semanas se cruzarán las razones de la renuncia con las folklóricas “Profecías de Nostradamus” (en mi juventud leí varios libros al respecto y nada encontré que pronostique algo cierto), las características del que sea ungido y su temor a que sea el antipapa profetizado, etc., etc.

Como siempre ocurrió, también esta vez habrá que esperar a que el tiempo confirme o deseche pronósticos.

Luis Colombatto


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