Revista Cultura y Ocio

La Revolución Francesa

Por Joaquintoledo

La toma de la Bastilla y la Asamblea Constituyente

Dos días después,  el rey Luis XVI despidió al ministro Necker y ordena la reconstrucción del ministerio de finanzas. Esto hizo pensar al pueblo francés   que el rey tenía planeado formar un gobierno de coalición en contra de los avances burgueses. En las calles estallaron las protestas. Los militares no los aplacaron, manteniéndose neutrales. El 14 de julio el pueblo parisino no guardó más su enojo e impotencia y asaltan la fortaleza de la Bastilla, desde donde algunos cañones de Luis apuntaban a los barrios obreros, pudiendo hacer gran daño.

Fueron casi cuatro horas de lucha, entre los monárquicos y el pueblo que definió la historia del mundo. Al final se tomó la prisión y Europa entera se consternó ante tal hecho. Varias autoridades reales fueron asesinadas y decapitadas, convirtiéndose esta muerte en algo común y particular de esta revolución.
Así, poco a poco el sentimiento de sublevación contra la monarquía se fue esparciendo por toda Francia. Sin embargo,  el problema es que muchos de ellos no reconocían al rey y  tampoco a la Asamblea Nacional Constituyente. Los campesinos, considerados no burgueses estaban hartos de pagar altos impuestos, y destruían edificios gubernamentales, castillos y todo lo que hacía recordar al rey. Luis XVI, mientras tanto, tuvo que aceptar la realidad e inclusive terminó aceptando la bandera de tres colores. Las cosas no estaban nada bien tampoco para la Asamblea, y así, ante el avance y sendas protestas de los campesinos, en la llamada Noche de la locura, la Asamblea Nacional Constituyente elimina derechos nobles, el feudalismo y las prerrogativas del clero. Obviamente en la praxis esto no se llevó a cabo de inmediato y tardó varios  años. La Iglesia católica de por sí no encontraría paz sino hasta el Concordato de 1801, luego de que en más de una década cientos de eclesiásticos sean asesinados y torturados.
La Asamblea por dentro también se debatía en la anarquía. Por un lado, algunos eran demócratas realistas, sentados en la derecha y otros más inclinados por las reformas moderadas estaban en el centro izquierda. Robespierre, un abogado que haría historia, estaba entre los radicales que se hallaban en la izquierda. Ese mismo agosto se publicaron la Declaración de los Derechos del Hombre y del ciudadano, inspirados en lo acaecido ya en Estados Unidos y con los principios de igualdad, libertad y fraternidad tan conocidos. Así el siguiente paso era una Constitución. En la Asamblea el rey tenía la opción de posponer una ley pero no de eliminarla, y pese a todo, el entendimiento entre Luis y los pro-monárquicos se hizo difícil, y así el rey tuvo que marcharse a su palacio de las Tullerías.

La Asamblea Legislativa

Por toda Francia surgieron diferentes grupos políticos, entre ellos, los jacobinos, los cuales, quizá eran los más populares y hasta numerosos. Mientras tanto, la única preocupación en la que se debatía la Asamblea era promulgar la Constitución. Decidió esta entonces, con el fin de mantener el orden, negar el derecho a la huelga efectuándose algunas restricciones a las prácticas comerciales. Lo que intentó la Asamblea después de todo era algo coherente, si debemos tener en cuenta los problemas y la anomia en la que se hundía el país. Pero las medidas de este órgano se iban haciendo más draconianas que nunca, como aquella por ejemplo en la que se prohibió que los franceses salgan del país, por temor a una coalición internacional…por otro lado,  Luis XVI fue traído de vuelta desde Tullerías, pues a la Asamblea no le gustó nada el tenerlo lejos, ya que se temía una súbita traición del soberano.
Mientras tanto,  en las calles de París, el pueblo se inclinaba por una monarquía constitucional, lo que generó enfrentamientos con el Ejército, dejando varias víctimas. Hubo fugas de varios políticos y con el fin de mantener el orden la Asamblea determinó el cierre de varios grupos y clubes políticos. Finalmente,  se tuvo lista la Constitución y el rey la aceptó. La Asamblea Constituyente cesó sus funciones el 29 de septiembre de 1791. Esta carta magna sugería la creación de una monarquía constitucional en la cual el rey tendría poder sobre la Asamblea con la oportunidad de vetar a sus ministros.

El 1 de octubre se reunió la Asamblea Legislativa, con sus respectivas facciones políticas. Situados a la derecha estaban los feuillant y girondinos (estos últimos querían una monarquía constitucional y representaban quizá el grupo más moderado). En el centro figuraban algunos independientes y a la izquierda los del club de los jacobinos (representantes de la pequeña burguesía y dominados por Robespierre), de los cordeliers (representantes del pueblo llano dirigidos por Danton y pretendían la instauración de una república) o algunos otros de tendencia un tanto más radical. Claro también estaban los oportunistas que se inclinaban por uno y otro bando según su conveniencia.
Las cosas no estaban para nada bien y a partir de aquí los hechos se suceden uno tras otro. Antes que nada Prusia y sobre todo Austria quisieron intervenir en Francia para restaurar la monarquía, ya que no veían con buenos ojos los aires de libertad que por allí se anunciaban. Para colmo María Antonieta, la esposa de Luis XVI, era hija del emperador de Austria, y debido a las dificultades de proceder que imponía el rey francés a la Asamblea se empezó a generar sospechas de que la reina estaba a favor de una coalición para retornar al poder con ayuda extranjera. En agosto de 1792 la Asamblea se ve obligada a suspender sus funciones y se convocó a uno nuevo, el cual finalmente declaró la República y abolió la monarquía. Se creó también un nuevo calendario para conmemorar tal hecho. Así el gobierno pasó a depender de una Comuna. Sin embargo,  los asesinatos que este órgano perpetró en contra de disidentes políticos, generó que se le reemplace por la Convención.

La Convención

El poder legislativo recayó entonces sobre la Convención, la cual reemplazó a la Asamblea Constituyente. Como este órgano tenía el poder legislativo, el ejecutivo cayó sobre un comité de salvación nacional. Cuando Prusia intentó invadir Francia para instaurar la monarquía, la Convención condenó a muerte a Luis XVI por intentar conspirar contra Francia. Fue ejecutado el 21 de enero de 1793, lo cual fue el detonante contra las otras potencias extranjeras. María Antonieta fue muerta el 16 de octubre del mismo año. Entonces Austria se manifestó enemiga acérrima de Francia. Los franceses entraron en guerra con los prusianos desde el día en que se formó la Convención y los derrotaron.

De todas maneras, el descontento era generalizado en Francia y las autoridades de la Convención instauraron un verdadero régimen radical, como en la Guerra de Vandea, donde se repartió muerte a diestra y siniestra. Otro grupo político, lo sans culottes, favorables a las clases más bajas, se unió  con los jacobinos para llevar a cabo grandes reformas.
En 1793 se volvió a declarar otra Constitución la cual reconoció el sufragio universal. El comité de Salvación Pública cayó en manos de Robespierre quién decidió instaurar el Reinado del Terror   y  se cree que al menos entre 80 a 110 mil personas (las cifras varían bastante) fueron muertas en la guillotina, a menudo contrarrevolucionarios. Pasó poco más de un año antes de que Robespierre sea quitado del poder y la Convención volvió a promulgar otra Constitución. Asimismo se formó el Directorio, que reemplazaría a la Convención.

El Directorio y Napoleón

La constitución generó que los monárquicos y republicanos se enfrenten en él hasta el hartazgo. Por otro lado,  estaba la amenaza de Francia en Italia y en Austria. Finalmente,  se llama a Napoleón Bonaparte, un reconocido militar en ascenso para que ponga orden. Consiguió derrotar a los austriacos y se le concede permiso para ir hacia Egipto con el fin de someter el Imperio Británico en la India. Fracasó y a su regreso, debido a que los enfrentamientos entre diversos grupos políticos parecían nunca acabar, da un golpe de estado conocido como el 18 Brumario y se instala como cónsul principal. Obviamente,  esto le dio poderes dictatoriales con los cuales el corso pudo hacer y deshacer en Europa. Con la consagración de Napoleón como dictador y más tarde como emperador, prácticamente se puso fin a la Revolución Francesa, aunque no se puede establecer una fecha concreta.
El Imperio Napoleónico fue derrotado luego de varias coaliciones, y el corso no pudo llevar a cabo el fin de la monarquía en Europa. Por  otra parte,  se vio contagiado del gusto de un ilimitado poder, lo que  lo convirtió, prácticamente, en un noble nacido en cuna de plebeyo. Sea como sea,  con la Restauración y el Congreso de Viena, Francia volvería a una monarquía, y no sería una República otra vez sino hasta 1848. De todas maneras, al igual que con la Independencia de Estados Unidos, la Revolución Francesa y sus ideales se importaron a todo el orbe y sirvieron para configurar la democracia del mundo moderno, aunque el nombre de esta sea en ocasiones utilizado en vano.


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