Revista Cultura y Ocio

«La Revolución francesa contada para escépticos», de Juan Eslava Galán

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

"Una revolución que llevaba décadas gestándose y supuso un cambio de paradigma en la sociedad europea: la abolición de la monarquía en Francia y la primera declaración de los derechos del hombre y el ciudadano."

La tesis de que la violencia es la partera de la historia tiene un gran argumento a su favor en la Revolución francesa. Esta, que chorrea sangre por los cuatro costados, es, sin embargo, un episodio fundacional de la edad contemporánea; significa nada menos que el nacimiento de un nuevo mundo social y político; más o menos y a grandes rasgos, de la sociedad en que vivimos actualmente.

«La Revolución francesa contada para escépticos», de Juan Eslava Galán

Juan Eslava Galán nos da a conocer todos los acontecimientos que ocurrieron entre el 19 de septiembre de 1783 en que los hermanos Montgolfier ascendieron en un globo aerostático, hasta el 10 de noviembre de 1799, día en el que Napoleón Bonaparte da un golpe de estado que acaba con el directorio. Los hermanos Antonio y Gastón Roux primos y propietarios de la empresa de telas Rous et Frères serán nuestros ojos y oídos en estos dieciséis años de historia, y les acompañará Diego Martínez, criado de Antonio.

"Quien no ha vivido antes de la revolución no sabe lo que es la dulzura de la vida", dijo el camaleónico y superviviente Talleyrand. Una frase aplicable solo a una muy pequeña parte de la población de Francia, ya que para la inmensa mayoría la vida no era precisamente dulce.

«La Revolución francesa contada para escépticos», de Juan Eslava GalánEl libro comienza con un vistazo a esa Francia prerrevolucionaria, tomando como ejemplo un episodio muy significativo: el experimento científico de la ascensión de un globo aerostático por los hermanos Montgolfier. Aquella demostración puso de relieve aspectos relevantes del momento histórico, especialmente el contraste entre el progreso técnico, las arcaicas normas sociales imperantes y la pobreza generalizada. De hecho, fue la oportunidad para algo que no ocurría nunca: la mezcla de los estamentos sociales; o mejor, el acercamiento del pueblo, el llamado tercer estado, a los otros dos estados, las clases pudientes, que eran el clero y la nobleza.

Porque la Francia del siglo XVIII se dividía en tres grandes estamentos: el clero, la nobleza y el tercer estado, que agrupaba a la inmensa mayoría de la población, compuesta por campesinos, artesanos y una incipiente burguesía. Si el campesinado y los artesanos malvivían, a la burguesía le oprimían las estrechas costuras de la sociedad que impedían la promoción social. De modo que todo el tercer estado tenía interés en que las cosas cambiaran. Además, aquella Francia era un mosaico de lenguas, leyes, monedas, pesos y medidas, demarcaciones administrativas, legales, fiscales. Como ha dicho un prestigioso historiador, los habitantes de Francia pasaron, durante el siglo XIX, de campesinos a franceses.

Había una situación social y material que empujaba al cambio, había unas ideas (las de la Ilustración) que habían calado en mucha gente y empujaban en el mismo sentido. A eso se añadió una crisis financiera por los gastos del país en diversas guerras (singularmente, el apoyo a las colonias americanas en su lucha contra Gran Bretaña) y alimentaria por las malas cosechas de esos años. Estos eran los nubarrones que oscurecían el cielo de Francia en vísperas de 1789 y que dieron origen a la tormenta que estalló ese año.
La chispa que inflamó la Revolución fue la escasez de pan, la hambruna que aquejaba a los desheredados de París". Y el primer paso lo dieron -como ocurriría casi ciento treinta años después en Rusia- las mujeres. (No son pocos los aspectos de la Revolución francesa que prefiguran los de la rusa de 1917).

El pueblo tiene hambre y el Estado necesita llenar unas arcas exhaustas. El rey, aconsejado por un ministro eficaz y tecnócrata, Necker, se dirige a quienes pueden aportar dinero, los nobles. La esperable resistencia de estos a rascarse el bolsillo obliga al rey a convocar una institución que llevaba tiempo sin reunirse, los Estados Generales. Esa convocatoria va a tener efectos inesperados, va a abrir la caja de los truenos, el camino a la revolución.

Injusticia social, nuevas ideas, crisis financiera y alimentaria:
todo se conjugó para el estallido de la revolución.

El ambiente, como queda dicho, estaba caldeado. Las ideas de la Ilustración estaban en el aire. La burguesía quería una sociedad en la que se valorara el mérito por encima de los privilegios de cuna, y las clases humildes veían con rabia y desesperación cómo la corte despilfarraba sin medida mientras ellos pasaban hambre. Del despilfarro de la corte dan idea algunos datos: la reina contaba con 496 sirvientes; las tías del rey, con 210; su cuñada, con 239; el rey "tenía funcionarios para traer el mazo y las bolas del juego de mallo, para tenerle la capa y el bastón, para cuidar los galgos de su recámara, para plegarle, ponerle y anudarle la corbata [...] poseía 1.857 caballos, 217 carruajes y 1.458 servidores encargados del cuidado y mantenimiento de los animales y los coches".

Lo cierto es que el pueblo francés, sobre todo el de París, espoleado por el hambre y por las nuevas aspiraciones que están en el ambiente está concienciado y movilizado. La mayor expresión de esa movilización es la toma de la Bastilla, que aún se conmemora con la fiesta nacional francesa. ElLa
14 de julio de 1789, el pueblo toma la Bastilla en busca de armas para defenderse de las tropas que reprimen las manifestaciones de protesta por el cese del ministro Necker, al que el pueblo ve como un aliado. Este episodio está narrado en el libro con la tensión, el detalle y la agilidad de una gran crónica periodística. El suceso muestra ya uno de los rasgos característicos de la Revolución: la violencia ejercida por unas masas aficionadas a cortar cabezas y ensartarlas en picas.
toma de la Bastilla supone un salto cualitativo en el proceso revolucionario. Se suceden desórdenes, motines, saqueos. Los campesinos dejan de acatar las leyes feudales. Movidos por el hambre y un resentimiento de siglos, incendian residencias de nobles, oficinas y archivos en los que se guardan documentos legales, títulos de propiedad, listados de deudas. Se producen asesinatos, violaciones. "Francia arde". "El país se pierde por el sumidero de la anarquía [...] castillos y abadías en llamas, carrozas
lanzadas al río con sus ocupantes dentro, encopetadas damas socializadas en un pajar por los antiguos criados de la casa...".

Eslava Galán ha escrito, como es costumbre en él, un magnífico libro para aprender historia de un modo ameno. Un libro descriptivo y narrativo, en el que brilla el mejor La Revolución francesa contada para escépticos rebosa de detalles eruditos o pintorescos sobre la indumentaria, las armas (la complicada forma de cargar y disparar), la guillotina (de la que da datos técnicos muy precisos), la vida cotidiana (el detalle de clavar los platos al tablero en las tabernas para evitar que se los lleven, igual que hoy se aseguran las perchas en los hoteles). También anota frecuentes referencias a la España del momento y la repercusión que tuvo aquí la revolución.
El tono es, como siempre, bienhumorado, irónico y sarcástico: las turbas enarbolando cabezas cortadas ensartadas en picas, una de las imágenes recurrentes de la revolución, constituyen "una alegre manifestación cívica" de "afables ciudadanos ávidos de pasear cabezas en el extremo de un palo". La moda de llevar pendientes y colgantes en forma de guillotina muestra "el refinado gusto revolucionario".
Eslava Galán narrador.

Aquellos acontecimientos, que auparon al poder a Napoleón Bonaparte, fueron un revulsivo que hizo caer a muchas monarquías en el mayor proceso transformador de los últimos siglos.

El libro incluye treinta y dos páginas con fotografías a todo color, los apéndices, una cronología, una amplia bibliografía y un índice alfabético muy útil.

Lee y disfruta de las primeras páginas del libro.

Es autor de las novelas El autor:«La Revolución francesa contada para escépticos», de Juan Eslava Galán
Juan Eslava Galán es doctor en Letras. Entre sus ensayos destacan Historia de España contada para escépticos (2010), En busca del unicornio ( Premio Planeta 1987), El comedido hidalgo ( Premio Ateneo de Sevilla 1991), Señorita ( Premio de Novela Fernando Lara 1998) y Últimas pasiones del caballero Almafiera (2011), entre otras. Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie (2005), Historia del mundo contada para escépticos (2012), La primera guerra mundial contada para escépticos (2014), La segunda guerra mundial contada para escépticos (2015), La familia del Prado (2018), La conquista de América contada para escépticos (2019), La tentación del caudillo (2020) y la Enciclopedia nazi (2021).

El libro:
La Revolución francesa contada para escépticos ha sido publicado por la Editorial Planeta en su Colección No Ficción. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta, tiene 484 páginas.

Como complemento pongo un vídeo en el que Juan Eslava Galán nos habla de su libro La Revolución francesa contada para escépticos.


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