Revista Cultura y Ocio

La Revolución Mexicana

Por Joaquintoledo

El estallido de la revolución y la etapa maderista.

Hay que reconocer que México no era un país pobre por su escasez de ingresos o relaciones comerciales, sino que carecía de una buena distribución de la riqueza. La burguesía era pequeña y los campesinos u obreros vivían en condiciones paupérrimas. Por aquella época, un rico terrateniente del norte del país, llamado Madero, propone  a Díaz un cambio de gabinete, dirigido por él-o sea Madero-con el fin de que el país entre en un período de reformas. Le sugiere, además,  que abandone el poder, algo en lo que fue desoído, haciéndose evidentes sus falsas promesas a los medios. Es entonces cuando Madero decide postular a las elecciones de 1910 con la esperanza de cambiar al país. O al menos eso era lo que decía en teoría. Lamentablemente,  su partido anti reeleccionista pierde  las elecciones. Por supuesto, el fraude se hace evidente y Díaz hace  que se detenga a su opositor político para evitar recelo en la población. Madero escapa  de prisión y desde la ciudad de San Antonio, Texas, lanza su Plan de San Luis de Potosí, en el que solicitaba a México entero unirse a una sublevación contra el gobierno. Era 20 de noviembre de 1910, considerado el día de inicio de la revolución mexicana.

Si bien no hubo una acogida masiva, es cierto que en el norte, los contactos de Madero le habían valido que un personaje, considerado un bandolero (buscado, además por la justicia), se adhiera a su movimiento, incorporando las masas a la lucha. Estamos refiriéndonos a Pancho Villa. Las tropas del gobierno comenzaron a ser asaltadas y esto pronto significó el fin del gobierno. Desde el sur, alguien con antecedentes similares a los de Villa, pero con mayores convicciones acerca de una verdadera  reforma agraria  comenzó a agredir a las tropas federales desde Morelos, nos estamos refiriendo a Emiliano Zapata. El ejército de Porfirio Díaz fue desgastado y finalmente el anciano dictador se vio obligado a renunciar y entregar el poder a Madero.

Madero en el poder

Obviamente,  la victoria había sido rápida, y las cosas que de ese modo vienen, igual se van.  Electo Madero como presidente desde octubre de 1911 la situación empieza a cambiar y la división de los líderes de la revolución se hace evidente.

A Madero parecía  haberle quedado demasiado grande la responsabilidad de asumir el cargo, y así pronto falló en las principales promesas como llevar a cabo una reforma agraria. Esto por supuesto le granjeó muchos enemigos, algunos de ellos entre los mismos zapatistas, los que renegaron del nuevo gobierno y se declararon enemigos. Orozco desde el norte, en Chihuahua, optó también por rebelarse contra el presidente. México se tambaleaba, y los sectores estadounidenses o inversionistas extranjeros  estaban demasiado temerosos ante una nacionalización de la industria. Por aquellos momentos, Félix Díaz, sobrino de Porfirio, se levantó también contra el gobierno. Madero envía a Victoriano Huerta quien lo traiciona y junto con Díaz y el embajador de Estados Unidos en México planean derrocar a Madero. No se demoraron mucho en hacer tal cosa, y en efecto, el presidente  es  capturado y asesinado a los pocos días. A este hecho se le conoce como la Decena Trágica. Así entonces asumía Huerta.

Gobierno de Victoriano Huerta

Victoriano Huerta fue más de lo mismo. Se ganó el apoyo de los sectores aristocráticos  pues había conseguido eliminar la libertad de prensa, persiguió a los obreros y líderes campesinos  y no anunció reformas agrarias. Esto generó pronto el descontento de las masas y el caos volvió.  Zapata se declaró en contra del gobierno al igual que Pancho Villa desde el norte. Estos dos líderes populares, se habían reunido en diciembre de 1914 y mediante el Pacto de Xochimilco  acordaron la destitución de Huerta así como la ayuda mutua en cuanto a armas y el reparto de las tierras entre campesinos. Estos dos últimos puntos nunca se concretarían. Por cierto, para proteger sus intereses como potencia, Estados Unidos invadió Veracruz en abril de ese año, pero ante las protestas de la población  debieron marcharse en noviembre. La partida de los yanquis se debió al exilio al que se vio obligado marchar Huerta y la posterior designación de Carranza como presidente.

La revolución en todas partes

Pronto,  la posibilidad de que los líderes populares como Zapata y Villa triunfen se terminó por la sencilla razón de que ambos, debido a la geografía, nunca pudieron entablar un contacto coherente. El hecho es que el Ejército Constitucionalista se sintió fuerte y luego de que Zapata se muestre resentido con Villa  firma un pacto con el gobierno para establecer un período de paz, por el que Carranza tiene tiempo de descargar su ira contra Villa, con quien no se llevaba nada bien. Así,  el líder norteño fue diezmado en distintas batallas siendo la más importante la de Celaya. De ahí en más, organizando su ejército en Chihuahua, Villa se dedicaría a las guerrillas. Intentó comprar armas a Estados Unidos, pero fue víctima de estafa  y sumado al apoyo de Washington hacia Carranza, terminó por inclinar al líder norteño a una invasión a Estados Unidos.

Las hordas de Villa se centraron en el pueblo de Columbus donde se asesinó a varios miembros de una guarnición estadounidense, civiles y se arrasaron los edificios. Esto obviamente tuvo respuesta, generando la Tercera Intervención estadounidense en México, dirigida por el general Pershing cuyo  misión fue también buscar  a Pancho Villa en el norte de México, sin éxito alguno. Encontraron hostilidad en la población y en el mismo gobierno por lo que deciden retirarse. Además,  la Primera Guerra Mundial estaba a punto de empezar para ellos, y podía ser peligroso mantener un conflicto en dos frentes.

Pero luego de la batalla de Celaya y con  Pancho Villa débil, Carranza traiciona aquella especie de paz momentánea que tenía con Zapata. Así entonces salió al frente de los zapatistas a los cuales derrota  en varias  batallas. El líder sureño estaba escaso de armas y tuvo que evitar cualquier enfrentamiento a campo abierto, dirigiéndose a las zonas altas del sur, desde donde podría iniciar una guerra de guerrillas.

Mientras las tropas de Obregón se encargaban de limpiar los focos de sublevación, Carranza promulgó la Constitución de Querétaro en 1917, la cual era bastante aceptable en teoría, pues hablaba de confiscar las tierras  a los grandes terratenientes, limitar el tamaño de las mismas, ajustar los salarios,  además, exigía mejores condiciones de trabajo, hacía el llamado a formar un estado laico, dejando de lado las prerrogativas que tenía la Iglesia Católica.

Zapata fue finalmente asesinado en una emboscada tramada por los federales en 1919, y sus seguidores prácticamente desarticulados, y aunque quedaron sobrevivientes, no tuvieron la misma fuerza de antes hasta pasados algunos años.

Si bien las mejoras en el gobierno le granjearon simpatía, Carranza cometió el error de reprimir una huelga en el estado de Sonora. Obregón lo abandonó al igual que muchos de sus seguidores. Intentó escapar pero fue asesinado en mayo de 1920. Adolfo de la Huerta fue elegido presidente interregno hasta la llegada de Obregón en las elecciones también de ese año. Para la mayoría de investigadores, aquí termina la Revolución Mexicana. Fue este gobierno el que también sugirió a Villa deponer las armas por la paz a lo que  el líder norteño aceptó con lágrimas en los ojos. Se retiró al campo y parecía que tendría un buen fin, pero lo que ni estadounidenses y federales pudieron lograr, lo consiguieron un grupo de mercenarios bajo las órdenes del gobierno: matarlo, acto perpetrado el 20 de julio de 1923. En aquella época estaba en el poder Obregón, y ante la sublevación de De la Huerta  decidió acabar con Villa, pues no se quería que los conflictos internos que desangraban al país se prolongasen por más tiempo. Pese a todo, la Revolución Mexicana, quedó tras esto, seriamente estancada aunque sus ideales sirvieron de ejemplo para modernizar y motivar a la América pos-colombina hacia un gran cambio.


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