La ruta del poeta

“Empiezo a andar por el sendero. Empieza a circundarme la naturaleza...”

Primera etapa, su infancia y juventud entre naranjos y limoneros en Orihuela.
Eres tú el árbol de las manzanas de metal pálido del jardín de las Hespérides. Eres tú el árbol de los cien ojos: vegetal argos, parón real. Eres tú el árbol de la nieve caliente y la arena glacial cómo hiela la nieve caliente, y cómo quema la glacial arena. Eres tú el árbol oro y redondo: del Mediodía el molde exacto del Mediodía.



 Segunda etapa entre palmeras por caminos y huertos desde San Isidro hasta Elche.
Salta el cielo a la comba. Lleva la luna tirabuzones, sí, el horizonte borlas. (Pero nada más aquí) Tiene el río espolones andan columnas que se resuelven en grises surtidores. (Pero nada más aquí) La luz madura en dátiles. Bronces de cuellos de dromedarios se ondulan en los valles. (Pero nada más aquí) Arboles sin madera con corazones de pino blanco el chal del mar espuelas. (Pero nada más aquí) 




Campos de almendro en Alicante, última etapa del poeta que muere en una cárcel del lugar.
Del almendro Flor del almendro temprano: preliminar inocencia. Aún no ha hecho el frío cano discursiva su abstinencia. Aún la verde diligencia es ociosidad sutil; y ya, a pesar del hostil, en su detrimento, enero, por su testigo primero se propone blanco abril. 
   Miguel Hernández