Revista Sociedad

La salud en la izquierda

Publicado el 17 julio 2011 por Alejandropumarino

La salud en la izquierda

Hugo Chávez confiesa el origen maligno de su dolencia pélvica en televisión, lo hace con un aspecto más delgado, y con menos salero que en otros discursos precedentes, ajustándose a un guión escrupulosamente escrito. Se conoce que es más importante cualquier tema relacionado con su salud, que la política internacional de Venezuela, sobre la que el revolucionario bolivariano improvisa con facilidad y populismo.

Personalmente, lo que más me sorprende, es la escasa confianza que demuestra el Sr. Chávez con sus propios servicios médicos, acudiendo a Cuba para llevar a cabo una intervención que podría realizársele por parte de cualquier especialista cualificado, en la isla caribeña o en China, que tanto da,aunque los mejores facultativos tengan especial querencia por clínicas estadounidenses, lo que no dejaría de resultar gracioso: Que Hugo Chávez, después de defender el antiimperialismo más radical, fuese intervenido quirúrgicamente en una clínica americana, algo que seguramente pensó el dictador, y que no llevó a cabo por la escasa vergüenza torera que le resta. No descarten ustedes tampoco, que la cirugía se haya visto realizada por un afamado especialista norteamericano desplazado exprofeso a la isla a tal fin, o sorprenderse al conocer el verdadero lugar en el que fue operado el líder venezolano.

Es curiosa la tendencia de muchos defensores de ideas políticas de izquierdas, más o menos radicales, en confiar el cuidado de su propia anatomía a especialistas estadounidenses, después de cargar contra el país durante largos años en el curso de sus vidas. D. Carlos Cano, militante comunista, fue intervenido en el Hospital Monte Sinaí de Nueva York de su aneurisma de aorta, pese a contar en Córdoba con uno de los mejores servicios españoles de Cirugía Torácica y Vascular: Bardem y Pé, la pareja de moda, igualmente antiimperialistas, corrieron a la clínica más cara y más prestigiosa de Los Angeles, para atender el parto de la actriz, y de paso, que su retoño tuviese la nacionalidad estadounidense, todo con el beneplácito de mamá Bardem, demócrata especialista en llamar hijos de puta a los periodistas de Libertad Digital. Los comunes mortales no tenemos más remedio que hacer cola en las listas de espera de los servicios públicos de salud españoles, que son extraordinarios en cuanto a la calidad asistencial, pero defectuosos en lo referente a la gestión y administración de los recursos, generando esos retrasos tan criticados; la manera de saltarse esa espera, no es otra que ser antiimperialista y de izquierdas, para terminar siendo intervenido quirúrgicamente en los Estados Unidos, como no podía ser de otra manera.


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