Revista Diario

La satisfacción de ser asesora de lactancia.

Por Gracitata @Lactandoamando
La satisfacción de ser asesora de lactancia.Seguimos con la Semana Mundial de la Lactancia Materna y sigo teniendo experiencias maravillosas al respecto.No me canso de hablar sobre la necesidad y la importancia de los grupos de apoyo a la lactancia, sobre la necesidad de implantar una formación obligatoria en lactancia para todos aquellos profesionales de la salud, funcionarios, cuidadores y maestros que vayan a estar en contacto directo con mujeres, madres y niños en edad de lactar. La importancia de que las madres que hemos conseguido amamantar con éxito frente a la adversidad, ayudemos en todo lo que podamos a toda mujer, embarazada y madre, que desee amamantar a sus hijos o que se lo esté planteando y no tenga suficiente información. Como madres también podemos hacer mucho, hoy yo misma he vivido uno de esos momentos maravillosos en los que he podido hacer un poquito más felices a dos familias, como asesora y sobre todo como madre.Gracias a que cada ves somos más las mujeres concienciadas en la importancia de la lactancia tanto para nuestros hijos como para nosotras mismas, creando asociaciones, grupos, foros, webs, blogs...son muchas las familias que optando por la lactancia materna.
Ayer estuvimos en urgencias pediátricas con la pequeña. Tenía la barriguita suelta, bocanadas, pipí oscuro y ha perdido algo de peso. Le hicieron análisis de orina y salió perfecto, ahora me toca vigilarla pero dicen que a simple vista está bien. Esperemos que así sea...
Mientras esperaba a que me dieran los resultados de los análisis han pasado varias familias con sus hijos enfermos por la sala de espera donde estaba sentada.
He visto de todo, aunque he de decir que casi todo bueno, a excepción de un niño de unos once años que se retorcía y se quejaba de dolor (lógico) porque iba con salmonelosis y su madre, de manera autoritaria le decía que se callara y no gritara. Y tú te callas porque cada uno “educa” y cría como quiere pero de buenas ganas le hubieras dicho algo, en fin…
Luego un padre con una niña de la edad de “Casato” que ha estado preguntando cosas a mi peque, pues otra cosa no, pero Casato sociable es un rato…a veces de más, jajaja. Ha dado por hecho que irá este año al cole de los “grandes” por tanto también dio por hecho que había ido a la guardería… pero bueno, aún sigue siendo lo “normal” así que tampoco me resulta raro que se lo pregunten.
Y entre otras personas han venido dos familias con las que he conectado muy bien.
Unos padres con su bebé de diez meses. Hablando de que no dormía bien desde hace días me ha dicho que es que de todos modos su hija se despierta mucho por la noche. -¿Cuánto es mucho?-, le he preguntado, me ha dicho que unas tres o cuatro veces y que le preocupaba porque sus amigas y allegadas todas aseguran que sus hijos duermen todos en su cuarto, en su cama, solitos y del tirón desde que son bebés….que debe ser ella la rara. Que amamanta a su bebé y que necesita pecho de día y de noche.
Yo la he felicitado por amamantar a su bebé y  le he explicado que es completamente normal, que todos los niños se despiertan varias veces por la noche, que nosotros también nos despertamos pero sabemos dormirnos y que la lactancia nocturna aún a esa edad es muy importante y en tono de humor le he dicho que no creo a sus amigas, que en todo caso no los escucharán despertarse al estar en otra habitación. Al escucharme he visto cómo cambiada su cara de angustia a paz y me ha dado la razón.Entonces los llamaron para la consulta.
Inmediatamente ha entrado otra familia, esta vez con un niño de 18 meses que iba con fiebre y estaba visiblemente malito.Se veía que eran unos padres entregados a su pequeño. El padre no dejaba de cogerlo en brazos, de jugar con él y de hacerlo reír, la madre lo mismo.
El niño lloraba por momentos, supongo que le molestaría o dolería algo…a veces con consuelo y a veces sin él. Ambos intentaban calmarlo, ofrecerle zumos, agua…pero nada le calmaba, hasta que la madre, ya desesperada le dijo -¿quieres tu “ta”?- Su “ta” era su teta. Así que la madre se sentó, le dio su teta y el niño se calmó en un segundo.
Esa escena me produjo tres sentimientos:Por un lado me alegró enormemente observar las maravillas de la lactancia. Su magia…como lo calmó en tan solo un segundo.Por otro lado me enterneció enormemente ver cómo amamantaba a su hijo mientras lo acariciaba. Es una imagen tan maravillosa…Y por último, me dio un poco de “pena”, ya que posiblemente esta madre no le dio el pecho antes solo porque yo estaba allí y porque su hijo tenía  18 meses y no tan solo unos meses que es cuando únicamente esta sociedad aprueba la lactancia materna… y como supe después, ya la habían juzgado al respecto. Además se quiso justificar sin que nadie la juzgara y eso me dio más pena aún porque sé por lo que debe pasar.
Cuando puso al pecho a su hijo no pude evitar quedarme mirándolos con cara de boba, con una sonrisa de oreja a oreja que no podía borrar.Al verme e intentando justificarse me dijo –ya sé que tiene 18 meses pero yo le sigo dando pecho porque, a ver, me lo pide, qué voy a hacer-. A lo que yo le respondí que dárselo, ¡qué iba a hacer!, que era lo mejor que podía hacer por él y más estando malito. Que me alegraba comprobar como no era yo sola la que amamantaba mas allá de unos meses, que la lactancia era maravillosa.
Una vez más y en esta madre, noté ese cambio en su expresión de nervios y angustia a paz. Como si le hubiese quitado un peso de encima, me dijo que bueno, que la última vez que lo había llevado a urgencias le habían dicho que qué hacía dándole pecho todavía, que se lo quitara ya, si eso ya era solo agua… y que les dijo que como a él le gustaba pues que bebiera agua de su teta.Le he explicado que para nada es agua, que no tienen ni idea y que nunca se extrañe de ese tipo de comentarios tan comunes pero que nunca se deje llevar.
Ella, entonces, se ha sincerado, me ha contado toooda su lactancia, se notaba que realmente lo necesitaba, necesitaba encontrar ese apoyo, sentir que la escuchaban sin juzgarla, sin cuestionarla…Me ha explicado que ella como madre primeriza no tenía ni idea de dar el pecho ni nada pero que cuando nació su pequeño lo puso al pecho y como le gustaba siguió haciéndolo. Que todos les dicen que lo deje ya, que ya no le alimenta, que no le proporciona nada, que tiene que comer comida(como si ya no la tomara), en fin….un sin fin de tópicos con los que nos topamos las madres lactantes.Pero que ella siempre siguió su instinto, que ella hace lo que piensa que es mejor para él, que los pediatras y médicos están para curar y no para decirnos si debemos dar el pecho o no.
Yo también le he contado mi experiencia y les ha gustado mucho saber que no son los únicos que piensan así.
Mientras la escuchaba estaba maravillada. Esta chica, de no más de 26 o 27 años, tenía clarísimo lo que deseaba, seguía su instinto más básico a la hora de criar a su hijo. Le daba pecho dormían con él y lo cogían todo el tiempo que necesitaba.El chico era exactamente igual, me contó que el niño había tenido intolerancia a la lactosa, que se habían dado cuenta dándole un yogur pero que se le fue con el tiempo y ahora han visto que es alérgico al huevo. Me han consultado sobre si ella puede comer huevos y los he asesorado. 
En un momento dado, una de las tantas veces que le ha dado el pecho desde que se han sentido cómodos con mi presencia, la chica me ha preguntado que cuanto tiempo es lo “normal” que tome pecho, que cuando debería destetarlo. Le he hablado como asesora y como madre. Le he preguntado -¿tú eres feliz dándole el pecho a tu hijo?, ¿te sientes bien haciéndolo?- Y me ha dicho que si, que mucho. El padre asentía con la cabeza por lo que le pregunté también a él -¿Y tú, eres feliz viendo como le da pecho a tu hijo?. Enseguida contestó, me dijo que por supuesto que si, que es más, él sabe que es lo mejor para s hijo, que le proporciona todas las defensas que necesita, que si el no quiere no lo va a obligar pero que mientras su hijo quiera él va a estar ahí para apoyarlos y será feliz.
-Entonces, amamantarlo todo el tiempo que deseéis, tanto tú como tu hijo, vosotros quereis, contáis con el enorme apoyo del papá, no escuchéis a los de fuera y dejaos llevar por ese instinto que estáis usando desde que nació vuestro hijo, porque así seguro que nunca os equivocareis, siempre lo haréis bien. De hecho lo estáis haciendo genial- les he respondido.
Esos padres se veían claramente agradecidos, satisfechos, de haber podido hablar con libertad y sin miedo de su lactancia, de su hijo, de su modo de crianza, de haber encontrado apoyo, de escuchar una opinión positiva, de haber sentido que no están solos, que somos muchos los que decidimos hacerlo así.
Y yo me he sentido inmensamente satisfecha y feliz. Me siento genial ayudando a las familias, por eso escogí este oficio. A veces es duro, si, a veces las cosas no salen como esperabas o como ellos esperan pero siempre intentas hacer lo mejor por y para ellos.
Estoy feliz por mi trabajo, por haber escogido trabajar cuidando de las familias, de las madres y de sus hijos, de ayudarlos en su crianza y en sus lactancias, de poder darles confianza, de hacerles sentir que lo hacen bien, que hacen lo correcto. O simplemente de ofrecerles tiempo, tiempo para hablar, para desahogarse, para ser escuchados…y no pre juzgados, tiempo para ser ellos mismos y sentirse orgullosos de su paternidad y maternidad.

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