Revista América Latina

La Seguridad Alimentaria como Bien Público Global

Por Jose Luis Vivero Pol

La Seguridad Alimentaria como Bien Público Global
La privatización de la comida como construcción social[1]
Los seres humanos necesitamos solo tres elementos esenciales que nos proporciona el planeta Tierra: alimentos, agua y aire. Deberían ser gratuitos y garantizados para todos, al menos la parte necesaria para subsistir, y sin embargo solo el aire es gratis por ahora. El actual modelo de producción y consumo agro-industrial ha contribuido a la cosificación completa de la comida, vaciándola o minimizando sus dimensiones no-comerciales. Como los alimentos son considerados un bien exclusivamente privado, solo el acceso a través de la producción propia (usando insumos privados) o de la compra me garantiza ingerir los nutrientes que necesito. El poder adquisitivo determina la cantidad y calidad de alimentos que cada persona consume.
El valor de los alimentos en el mercado se ha disociado completamente de su valor de uso, impulsando a la baja el precio de los alimentos a pesar de que su valor en uso sigue constante para los seres humanos. Los bajos precios de los alimentos son la causa de que haya tanto desperdicio en los distintos eslabones de la cadena agro-alimentaria y también que se busque minimizar costes en su producción, lo que ha conllevado una tecnificación de la producción. Y como el precio de los alimentos no valora para nada su calidad nutricional, el sistema industrial ha primado el aspecto visual externo sobre la calidad nutricional y organoléptica. La mecanización de las actividades agrícolas, el transporte de los alimentos a través de grandes distancias (lo que rompe las conexiones locales y culturales) y la apropiación de la información genética a través de las patentes (lo que destruye el conocimiento compartido agrícola e impide la innovación) han contribuido a esa commodificacionde la comida.
Por otro lado, cada vez parece más evidente que el sistema alimentario industrial no cumple sus funciones básicas: alimentar a toda la población adecuadamente y producir alimentos de manera eficiente desde el punto de vista económico y sostenible con el medio ambiente Más de la mitad del mundo come en formas que dañan su salud, bien por exceso bien por defecto. El sistema alimentario industrial esta enormemente subvencionado, desperdicia un tercio de los alimentos producidos, y gasta más energía en producir alimentos que la energía que proporcionan esos mismos alimentos.
Sin embargo, la consideración de los alimentos como bien público o bien privado va cambiando con el tiempo, al ser un entendimiento común entre los miembros de una sociedad en un momento determinado. Dependiendo de nuestro sistema de valores, relación con los recursos, sistema de propiedad y modelo político, podemos considerar a los alimentos como un bien exclusivamente privado, exclusivamente público o un hibrido entre ambos[2].
Las diversas dimensiones de la comida: el valor de los alimentos
Para transitar hacia un modelo de producción y consumo de alimentos que sea más justo y sostenible, tenemos que revisar la narrativa moral y económica que impulsa este modelo industrial y reformularla en los términos que consideremos más adecuados. En ese sentido, tenemos que reconocer que comer no es solo nutrirse y que hay, al menos, seis dimensiones relevantes de los alimentos[3]:
  1. Una necesidad humana básica, pues nuestro cuerpo requiere la energía de los alimentos para mantener sus funciones vitales.
  2. Un pilar fundamental de la cultura y las civilizaciones
  3. Un recurso natural (plantas, animales o sal). Aunque también son producidos por los seres humanos imitando procesos de la naturaleza.
  4. Un derecho humano con la misma categoría e implicaciones legales que el derecho a que no te torturen o a la libertad de culto.
  5. Una mercancía, que se comercia en diversas formas, desde un puro commodity sin diferenciación hasta productos locales y ecológicos o ultra-procesados casi artificiales.
  6. Un bien común, producido por la Tierra, necesario para todos, del que nadie puede ser excluido (sin riesgo de muerte), y del cual todos deberíamos participar en su gobernanza.   

Los Bienes Públicos Globales y la Seguridad Alimentaria en la Cooperación Española
El actual Plan Director de la Cooperación Española (PDCE) 2013-2016[4]incluye entre las orientaciones la mejora de la provisión de los Bienes Públicos Globales (naturaleza, paz, estabilidad económica, salud y conocimiento), pero no la seguridad alimentaria ni la nutrición. En la orientación de “reducción de desigualdades” se incluyen dos líneas relevantes para el tema alimentario: los programas de protección social, donde se menciona explícitamente los “pisos de protección social”; y los programas por una alimentación adecuada que garantice un estándar mínimo de calidad de vida. Finalmente, en la orientación de “oportunidades económicas”, cuando hacen referencia a la importancia de agricultura, también mencionan los activos no-productivos de este sector, tales como el patrimonio histórico y cultural, paisajístico y ecológico.Finalmente, en la orientación de “cohesión social y servicios sociales básicos” se mencionan cinco áreas de intervención claves para las políticas públicas: salud, educación, saneamiento, agua y alimentación. Se enfatiza la cobertura universal de salud y los sistemas de educación gratuitos e inclusivos pero no se menciona ningún objetivo concreto de cobertura universal de sistemas alimentarios o de garantiza de mínimos alimentarios para toda la población. La naturaleza jurídica, moral, política y discursiva de la alimentación como derecho universal garantizado por el Estado no está todavía a la misma altura que la salud o la educación (ver tabla 1), como queda claro en su ausencia de la Constitución Española o la falta de un sistema de cobertura universal alimentaria para todos los ciudadanos, tanto en España como en su propuestas de acción exterior.  
Tabla 1: Características legales y políticas de ciertos derechos y necesidades básicas en España


Derecho Humano Derecho Constitucional Cobertura Universal Dominio Público (gestión mixta) Bien común

Salud SI SI SI SI SI

Educación SI SI SI SI SI

Saneamiento SI ¿? SI ¿? SI

Agua SI SI SI SI SI

Alimentación SI No No No No


La consideración de la Seguridad Alimentaria (y Nutricional) como un Bien Público Global por parte de las autoridades españolas tendría importantes implicaciones teóricas, políticas y prácticas, articulando varias de las propuestas ya contenidas en el PDCE y sentando las bases para una transición hacia sistemas alimentarios justos y sostenibles, diferente del modelo dominante actual, que es un modelo productivista, apoyado en tecnologías patentadas, altamente basado en maquinaria industrial y ultra-procesamiento de los alimentos cada vez más globalizados y desprovistos de sus características no-comerciables.  
Los alimentos como bien común: una narrativa para desafiar al paradigma dominante
Debemos reconsiderar la naturaleza de los alimentos como un bien exclusivamente privado y reconstruirla como un bien común, que sea a la vez una necesidad, un derecho humano, un factor cultural y un producto comercializable. Numerosos aspectos relacionados con los alimentos son ya considerados como bienes comunes, por ejemplo los bancos de atunes en aguas internacionales, los frutos silvestres como las setas o los espárragos trigueros, las recetas de cocina, los conocimientos agrícolas tradicionales de los campesinos, las normas de inocuidad alimentaria o las semillas de variedades criollas no patentadas[5].
Si los alimentos fueran considerados bienes comunes, las implicaciones para la gobernanza del sistema alimentario mundial serían enormes: 
  • La seguridad alimentaria y nutricional debería ser considerada como un Bien Público Global que beneficia a toda la humanidad y que todo el mundo debe disfrutar, tanto los que contribuyen a ella como los que no contribuyen[6]. Además, no podemos excluir a nadie sin forzarlo a morir y la gestión del mismo no puede recaer sobre un solo estado o las empresas.
  • La negociación del comercio de alimentos fuera del marco de la OMC(organización que trabaja exclusivamente con bienes privados) y la creación de un Tratado Internacional Alimentario vinculante.
  • La prohibición de la especulación financiera con los alimentosbasado en justificaciones morales (no se debe hacer, como tampoco se debe comerciar con seres humanos) y económicas (la especulación no beneficia a productores ni a consumidores).
  • La revisión de algunas reglas de comercio alimentario, más adaptadas a la producción de alimentos industriales y homogéneos que a la producción de alimentos naturales y diversos.
  • El establecimiento de una Cobertura Alimentaria Universal, garantizando un piso mínimo alimentario a todo el mundo (por ejemplo, dos barras de pan por ciudadano al día). Otros elementos de esta cobertura serían las compras focalizadas por parte del Estado o la inclusión de productores de comida como funcionarios públicos.
  • Prohibición de patentes sobre organismos vivos ni material genético, puesto que estas patentes limitan la innovación en la agricultura y además son un bien común.  
  • La promoción (financiera y legal) de nichos locales donde se desarrollen acciones colectivas de producción y consumo de alimentos, combinando reglas de mercado, regulaciones públicas y acciones colectivas voluntarias (por ejemplo, Tribunal de Aguas de Valencia). Esta gobernanza tri-céntrica ya se está desarrollando en muchos países, tomando forma de Community-Supported Agriculture en Estados Unidos, Groupes Alimentaires en Bélgica o Grupos de Consumo Ecológico en España. Estos movimientos alimentarios alternativos están empezando a re-construir sistemas alimentarios locales, que materializan en diversos arreglos institucionales esta consideración multidimensional de los alimentos como un bien común y público.  
En un plano más filosófico, hay que reconectar el campo con la cocina. La gastronomía como ciencia de la alimentación, con la agricultura como la ciencia de la producción de alimentos. Hay que poner el sistema alimentario al servicio del ser humano, de su felicidad y de su salud. Debemos cambiar la idea de que el alimento es un bien exclusivamente privado, como un auto o un televisor, y considerarlo como un bien público (gobernado por un sistema poli-céntrico) y esencial (necesario en cantidades adecuadas para todos los seres humanos). Podemos vivir sin autos, pero no sin comer, beber ni respirar.


[1] Jose Luis Vivero Pol es Doctorando del Centro de Filosofía del Derecho, Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Email: [email protected] [2] Vivero Pol, J.L. (2013). Why food should be a commons and not a commodity? UNU Blog: Our World 2.0http://ourworld.unu.edu/en/why-food-should-be-a-commons-not-a-commodity/ [3] Vivero Pol, J.L. (2013). Food as a commons. Reframing the narrative of the global food system. SSRN Working Paper. http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2255447 [4]http://www.aecid.es/ES/Paginas/La%20AECID/Publicaciones%20y%20documentos/Coop_Espanola/Plan_director/Plan%20Director.aspx [5] Vivero Pol, J.L. (2014). The food commons transition. Collective actions for food and nutrition security. Conference paper #89. Food Sovereignty: A Critical Dialogue. 24 January 2014. ISS, The Hague, The Netherlandshttp://www.iss.nl/fileadmin/ASSETS/iss/Research_and_projects/Research_networks/ICAS/89_Pol.pdf [6] Page, H. (2013). Global Governance and Food Security as Global Public Good. Center on International Cooperation, New York University.http://cic.nyu.edu/sites/default/files/page_global_governance_public_good.pdf  

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