Revista En Femenino

¿La siesta en niños a partir de dos años no es tan beneficiosa?

Por Pequelia @pequelia

Dormir a medio día

Un grupo de investigadores de la Universidad de Queensland (Australia) ha llevado a cabo un estudio en el que se concluye que quizá no es tan beneficioso que los niños a partir de dos años de edad duerman la siesta. Hasta la fecha se ha dado por sentado que las siestas en la niñez temprana ofrecen beneficios, pero según los autores se trata de una suposición que hasta la fecha no había sido cuestionada, de ahí la razón de llevar a cabo esta investigación.

Los expertos han revisado 26 estudios relacionados con la siesta en menores de 5 años, en esta revisión se analizaron los patrones de sueño nocturno de los niños, la conducta, la capacidad intelectual, el estrés, la obesidad y todos aquellos parámetros que pudieran tener relación con los beneficios o problemas por dormir la siesta. Una de las primeras conclusiones que han obtenido indica que los niños de más de dos años que duermen la siesta, tienden a irse a dormir por la noche más tarde, además duermen menos que aquellos niños que no duermen la siesta a medio día.
Los expertos no comprenden que este tema que es tan importante para el bienestar de los niños no se haya estudiado con más profundidad, aseguran que han encontrado pocos estudios de rigor científico sobre los beneficios de la siesta. Las pocas investigaciones realizadas no respaldan que sea beneficioso obligar a los niños de edad preescolar a que duerman la siesta para mejorar el bienestar o la salud, es más, según la revisión realizada, se sugiere que quizá las siestas no son tan importantes como se cree y que incluso podrían tener consecuencias adversas para los niños. En este sentido hay que recordar otros estudios que apuntan que no es beneficioso evitar que los niños duerman la siesta.

Los expertos matizan que la edad de dos años no debe considerarse como un punto de partida para las siestas, consideran que es un error determinar una edad para dormir o dejar de dormir la siesta, lo mejor es que los padres respondan a las necesidades individuales de sueño de cada niño, el que tiene sueño que duerma, el que no, en teoría no pasaría nada. También se apunta que los resultados de esta revisión no indican que necesariamente las siestas sean perjudiciales, lo que sí se demuestra es que no existen evidencias de los beneficios de fomentar la siesta entre los pequeños que han superado los dos años de edad y no quieren dormir.

Según lo que sabemos por otras investigaciones, la siesta es una necesidad fisiológica y es necesario prestarle atención para que los niños gocen de buena salud, recordemos que la explicación biológica de la siesta es que el sueño que hace acto de presencia después de la comida, es fruto del descenso y la concentración de la sangre hacia el sistema digestivo. Por tanto, quizá lo que hay que matizar es que no hay que obligar a que se duerma la siesta inmediatamente, sino dejar que los niños se duerman solos creándoles un ambiente apacible y agradable.

Los investigadores explican que los años de la etapa preescolar son importantes en lo que se refiere a la transición y evolución del sueño, dado que cada niño tiene un ritmo de desarrollo, probablemente la siesta pueda beneficiar a unos niños y ser contraproducente para otros. Con respecto a los datos obtenidos de la revisión de los estudios, parece ser que la mayoría de los niños que participaron dejan de dormir la siesta antes de cumplir los 5 años de edad, generalmente a los 3 o 4 años.

Algunos pediatras apuntan que los padres de niños de edad preescolar deben animar a sus hijos a dormir la siesta, pero sólo si están seguros de que les beneficiará, nunca deben imponer la siesta diaria, sobre todo si el niño no parece necesitarla, pudiendo afectar a la calidad y cantidad del sueño nocturno. En el artículo que ha sido publicado en la revista científica Archives of Disease in Childhood, los investigadores concluyen que es necesario llevar a cabo nuevos estudios que arrojen más luz al tema.

De todos modos, sería interesante saber qué estudios han revisado, ya que podemos citar investigaciones que demuestran el valor de la siesta, como por ejemplo la llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Massachusetts (Estados Unidos). En esta investigación se concluía que los niños menores de tres años mejoraban la memoria y el aprendizaje si dormían la siesta.

Foto | Lars Plougmann

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