Revista Infancia

La sillita Bumbo (reseña)

Por Pingüicas

La sillita Bumbo (reseña)

Hace mucho que no escribo una reseña, así que ahí les va una: la sillita Bumbo.

Yo descubrí esta sillita cuando Pía era bebé. Chismeando un día por Facebook me encontré la foto del hijo de una amiga que estaba sentado en una cosa chistosa que parecía un elefante hecho de foamy. “Se llama Bumbo”, me dijo. Inmediatamente, yo dije que quería una. Inmediatamente, Beto dijo que no (no sé ustedes, pero yo aquí estoy empezando a notar un patrón recurrente, ¿no creen?).

En fin, Pía nunca supo lo que era sentarse en una sillita Bumbo, pero cuando me embaracé de Luca, ¿qué creen que me regalaron sus abuelos en mi babyshower? ¡Sí, adivinaron!

Luca finalmente sí le sacó mucho provecho a su Bumbo, ya que le permitía interactuar con sus hermanos desde muy pequeño. Con el simple hecho de estar sentado entre ellos mientras jugaban y encontrarse a su nivel (o sea, a nivel de piso) él ya se sentía integrado. Le encantaba y a sus hermanos, también.

Su diseño ergonómico y envolvente permite que sea utilizada por el bebé desde los 3 meses o a partir de que ya sostenga su cabecita. Es una silla súper ligera, por lo que te la puedes llevar sin problemas a cualquier lugar. Además, resulta muy práctica en el sentido de que no tienes que estar lidiando con ponerle y quitarle el cinturón de seguridad. Simplemente “plantas” a tu bebé en la sillita y listo (*pero ojo: no es recomendable utilizarla en superficies altas, ya que ha habido accidentes en los que el bebé logra salirse de la silla y cae desde lo alto. Se recomienda mejor utilizarla a nivel de piso).

La sillita Bumbo (reseña)

Luca ya no la utiliza, por lo que decidimos heredársela a esta bebé (a cambio de que accediera a modelar para el post de Pingüicas). ¿Se las recomiendo? Mucho. Y por lo visto, ella también. Vean nada más esa carita de felicidad…


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