Revista Economía

La solución al desempleo está en las ovejas australianas

Publicado el 27 febrero 2012 por Uncafelitoalasonce

“Un aspecto central de la Teoría Monetaria Moderna (MMT) sugiere que el retorno al pleno empleo y la estabilidad de precios necesita de la reintroducción de un búfer de trabajo (garantía de empleo)” – Bill Mitchell

australian sheep farming country

¿Y si las ovejas tienen la clave contra el paro?

La idea se le ocurrió a Bill Mitchell cuando vio como el gobierno de Australia gestionaba los excedentes en la producción de lana.

Australia es uno de los grandes productores mundiales de lana, con una impresionante cabaña ganadera. De hecho, muchas de sus ovejas son descendientes directos de las famosas churras y merinas españolas. España, fue durante la edad media, el primer productor mundial de lana, y ésta era apreciada en todo el mundo. Luego, nos “robaron” la idea, y los ingleses se llevaron las ovejas a Australia, que era un lugar muy propicio para ellas, grandes extensiones, clima adecuado, y así se convirtieron en los grandes productores mundiales.

Hacer coincidir la producción de lana de miles de cabezas de ganado, con las necesidades del mercado en un momento concreto no es sencillo. Las ovejas son seres vivos, y a diferencia de una fábrica, no puedes (bueno puedes, pero no debes) matar ovejas cuando la demanda cae, y ponerlas de golpe cuando la demanda sube. Las ovejas, como buenos seres vivos que son, necesitan un tiempo para crecer y dar lana. Por tanto, te guste o no, necesitas esquilarlas todos los años, independientemente de si su producción va a ser consumida o no.

Claro está, eso es un problema para los productores de lana, que no tienen forma de saber si su producto se va vender o no. Algunos años, se pueden encontrar con la desagradable sorpresa de que su lana no se vende y se quedan con toneladas de ella en sus almacenes. Esto supone un coste enorme, y puede llevar a la ruina a muchos de ellos.

Consciente de esa situación, y sabiendo que la lana era una potente industria en su país, el gobierno Australiano, decidió crear un stock estatal de lana. Los que seáis informáticos lo llamaréis búfer. ¿En qué consiste? Muy sencillo, el gobierno se compromete siempre a comprar el excedente de lana, por un precio mínimo. Luego lo almacena. Esto garantiza que todos los productores serán capaces de vender su producción, indepedientemente de la demanda, al menos al precio por el que se lo compra el gobierno.

Vale, ¿y qué ganamos los no productores de lana con este gasto por parte del estado? Muy sencillo, estabilidad de precios. Cuando haya una gran demanda de lana, los productores estarán tentados a vender la lana cada vez más cara. Esto nos afectará directamente a nuestros bolsillos como consumidores. Es ahí donde entra en acción el búfer estatal de lana. En este momento el gobierno puede poner a la venta su stock de lana, a un precio inferior al que están demandando los productores. De esta forma, se hace que bajen los precios, porque los que nos hacen la ropa pueden optar por comprar la lana del stock. De esta forma los productores, si quieren seguir vendiendo su lana, tendrán que ajustar más sus precios. Obviamente habrá otros factores en juego, por ejemplo, puede que la lana de stock sea algo peor que la esquilada ese año, o que haya acuerdos bilaterales entre productores y manofacturas. Pero el stock estatal funciona bien para las dos partes. Por un lado, los ganaderos siempre tienen el colchón de saber que su producción siempre será comprada, por otra los consumidores saben que los precios de la lana nunca serán muy elevados, y finalmente el estado garantiza que una industria clave para el país, se mantiene a flote libre de vaivenes económicos inesperados.

Es decir, el stock de lana que reserva el estado, funciona como un mecanismo de control automático de precios del que todos se benefician.

La cuestión, claro está es cuándo debe entrar en juego el stock, que si no está bien regulado, se puede convertir en una poderosa arma política, ya que un gobierno podría decidir mantener el stock aun cuando los precios estuvieran subiendo demasiado, o podría decidir no comprar todo el excedente. Pero los gobiernos, deberían funcionar en función de los intereses de la ciudadanía, aunque todos conocemos la realidad. En el caso de Australia, parece claro que todos llegaron a la conclusión que el sistema les funcionaba y que todos se beneficiaban del mismo.

¿Y qué tiene todo esto que ver con el desempleo? Lo voy a tratar de explicar en una sola línea.

El gobierno debería crear y financiar un stock de empleo público para todo aquel dispuesto y capaz de trabajar cuya paga sería el salario mínimo interprofesional.

Ojo, digo crear y financiar, no necesariamente decidir en qué hay que emplear a cada uno.


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