Revista Cine

La Tia Tula, de Miguel de Unamuno.

Publicado el 11 junio 2012 por Meg @CazaEstrellas

 Este es uno de los títulos que hoy os traigo y que forman parte del reto propuesto por Kayena este año "Recordando a Unamuno".  Miguel de Unamuno (1864-1936) perteneció a la generación del 98. Escritor, filósofo y político, sus obras abarcan desde de la novela a la poesía, pasando por el ensayo y teatro.
La Tía Tula es, según su autor, «la historia de una joven que, rechazando novios, se queda soltera para cuidar a unos sobrinos, hijos de una hermana (Rosa) que se le muere. Vive con el cuñado (Ramiro), a quien rechaza para marido, pues no quiere manchar con el débito conyugal el recinto en que respiran aire de castidad sus hijos. Satisfecho el instinto de maternidad, ¿para qué perder su virginidad? Es virgen madre».
La Tia Tula, de Miguel de Unamuno.Gertrudis (Tula) es esa mujer que decide dedicar su vida a satisfacer sus ansias de ser madre, para ello no dudará en manipular a los que le rodean, aunque sean sus seres queridos, porque el autor califica esta novela como "historia de amor y de muerte". No dudo que Tula ame a su hermana y sobrinos, e incluso a su cuñado, con quien se niega a casarse (estando enamorada de él) inluso una vez viudo por el qué dirán, pero por encima de todo, creo que predomina su egoísmo, el satisfacer sus deseos de ser madre y cuidar a los niños.
En este sentido, lo que más me ha gustado es la maestría y capacidad del autor, como narrador omnisciente, de cargar a la protagonista de connotaciones ideológicas, religiosas y morales, haciendo de ella una mujer excesivamente recta y exigente, con un alto y particular concepto de la moral. Como se dice coloquialmente, es más papista que el papa, pues ni D. Primitivo (el cura y director espiritual de Tula) es tan severo en sus planteamientos morales y religiosos.
Todo la historia se desarrolla en un mismo escenario, en el interior de una vivienda. Esto, unido al hecho de que es imposible simpatizar con la protagonista, hace que tenga más mérito esta novela, pues el ritmo de la historia no decae y mantiene el interés hasta el final, haciéndonos llegar hasta el alma de cada uno de los personajes.
En definitiva, un clásico que hay que leer.

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