Revista Ciencia

La tolerancia, pro una civilización planetaria futura.

Por Daniel Paniagua Díez

La tolerancia, pro una civilización planetaria futura.
La tolerancia
¿Cuánta tolerancia es capaz de admitir una comunidad o cultura? Pues depende su tamaño y amplitud de miras. Ejemplo: una tribu está formada por poca gente y su tolerancia hacia lo ajeno suele ser escasa, una nación ya suele estar formada por grandes grupos de gentes variadas y su tolerancia mucho mayor a no ser que se deje llevar por supersticiones exclusivistas. Siguiendo el razonamiento una comunidad planetaria necesitará un nivel muy superior de tolerancia a la de cualquier nación o agrupación de ellas.En este mundo tenemos los viejos cultos provenientes de los tiempos tribales y que han pervivido en naciones y conjuntos de ellas: hinduismo, judaísmo, cristianismo, Islam, etc. que son altamente intolerantes y de muy corto alcance; pueden servir y de hecho han servido para someter naciones e imperios pero son inaceptables para una comunidad planetaria y completamente absurdos si miramos hacia nuestro destino: las estrellas.La tolerancia, pro una civilización planetaria futura.

Las tolerancias¿Sabemos lo que son? Un sistema muy pequeño necesita tolerancias muy pequeñas para estar bien ajustado, de milímetros o menor aún. Un sistema mayor ya acepta tolerancias de centímetros y a mayores sistemas ya se trabaja con metros, e incluso kilómetros.Una cultura global, planetaria, ha de tener por fuerza una amplia tolerancia pero se le opone tanto las naciones y organizaciones estatales como los viejos cultos tribales a los que estas se sienten tan apegadas. La ciencia en cambio, bien entendida y mejor practicada, favorece con sus hallazgos una civilización planetaria pues las leyes de la física, por ejemplo, son las mismas en cualquier rincón del mundo, la exploración y colonización del Sistema Solar sería una iniciativa de futuro que uniría a la humanidad en un objetivo común y muy beneficioso. Probablemente dos o tres lenguas  se impondrán ante tamaño desafío cultural pero siempre se habrá de ser extremadamente tolerante y cuidadoso con todos las lenguas del mundo y que no se pierda alguna. Son nuestra riqueza. Lengua que desaparece es un tesoro maravilloso que hubiéramos tirado a un agujero negro por ello hay que fomentar la escritura y la autoedición de las obras de cualquier persona de cualquier lugar en su propia lengua pues será condición necesaria para dejar atrás la barbarie de siglos pasados. ¿Cómo es posible que tengamos líderes políticos y ejecutivos que no han sido capaces de escribir ni dos libros seguidos? Y que además no tienen conocimientos básicos de ciencia y matemáticas, ¿cómo se gobierna hoy día este carajal de mundo? Pues a base de gobernantes incompetentes que no pasarían un buen examen  a base de test sicológicos ni un examen de selectividad universitaria pues de conocimientos básicos están completamente pez. Seamos tolerantes y no mentemos a ninguno ni a su señora madre.La tolerancia, pro una civilización planetaria futura.La tolerancia de una civilización planetaria en estos días aciagos nos parecería descacharrante pero sería así tal cual, pues el sentido del humor debe estar entre nuestros genes más potentes y prolíficos, una civilización expurgada de las viejas ideologías y los cultos tribales, las sectas (todas son destructivas) y similares humanas asociaciones que pudieran surgir en este siglo llevarían a este mundo a un nuevo Renacimiento, esta vez global, que cambiaría esto como de la noche al día. Quedaría el problema de las drogas, pero eso es ya otro cantar; una debilidad genética que tenemos.La tolerancia, pro una civilización planetaria futura.La música, por ejemplo, alcanzaría cotas inexploradas; nos encanta bailar, también debe de ser algo genético, así pues el ballet y todas las danzas del mundo redivivas, las músicas tradicionales del mundo, por ejemplo: el flamenco, asombrarían por su extraordinaria capacidad para superarse y hacer buena mezcolanza. Las modas, vestido, peinado, calzado y todo lo demás a nuestros ojos actuales resultarían inagotables, fluctuantes, siempre cambiantes y no solo por temporadas, extraordinariamente productivas.La tolerancia, pro una civilización planetaria futura.La alimentación, ¡Uff! No hemos visto más que el principio, aún no se ha hecho la luz en este tema, las maravillosas tapas y pinchos del Barrio Viejo de San Sebastián parecerán chuscas en cuatro días ante la competencia mundial y no solo de los de Vitoria; todos los alimentos del mundo, todo el saber culinario y alimentario de la humanidad, la búsqueda incesante de nuevas cosas, hongos, algas, ¡de todo! ¿Unos entrantes con hormigas gigantes del Kalahari? ¿Y unos shiitakes con crema de queso de Valdeón? Hace, ¿un caldo oscuro de Nueva Zelanda de uva pinot noir? Habrá que probarlo. Y todo en ese plan pero puesto a la mano de cualquier persona de cualquier rincón del planeta.La tolerancia, pro una civilización planetaria futura.Una civilización planetaria sería lo mejor que podríamos conseguir pues los desafíos son monstruosos, ejemplo el Calentamiento Global y la desertificación no están al alcance de ningún estado ni unión de ellos, solo se podrá paliar e incluso superar con la acción combinada de toda la gente de todo el mundo, toda. ¿Quién puede enfrentarse al desierto del Sahara que no cesa de crecer año tras año? Es un ejemplo, haría falta el esfuerzo de toda la humanidad o antes de que termine este siglo se habrá tragado varios países más y España parecerá la Argelia actual; y podría poner muchos ejemplos más. Cada año hay menos terreno fértil para una población humana que no cesa de crecer.La tolerancia, pro una civilización planetaria futura.

Es necesario por tanto conseguir cuanto antes una civilización verdaderamente planetaria y unificada como nunca antes se vio. ¿La forma de gobierno? No me preocuparía mucho por ella, lo más probable, de conseguirlo, serían unas elecciones similares a las que se hacen para elegir a las bellezas del mundo y, por supuesto, todas ellas estarían a favor de ¡la paz mundial!¿Vosotros qué pensáis al respecto?Daniel Paniagua Díez

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