Revista Medio Ambiente

La tragedia de los comunes y la pesca profesional

Por Davidalvarez
La "Tragedia de los Comunes" es una parábola que publicó en 1833 el matemático inglés William Foster Lloyd, que posteriormente popularizó el biólogo Garrett Hardin en un artículo que publicó en la revista Science en 1968. La historia original de Foster Lloid tenía lugar en una zona de pastos que usaba un grupo de pastores.  Un día, uno de los pastores pensó que podía añadir una oveja más a su rebaño, ya que el impacto de una sola oveja apenas afectaría a la capacidad de regeneración de los pastos comunes. Los demás pastores pensaron lo mismo, que podían añadir una oveja más, sin que los pastos se deteriorasen. Pero la suma del deterioro causado por cada animal arruinó los pastos y tanto los animales como los pastores murieron de hambre. 
Esta historia, desgraciadamente, se produce más frecuentemente de lo que pensamos, y un caso clásico es el de la pesca profesional, en la que las ovejas podrían cambiarse por más barcos o para ser más precisos, por un mayor esfuerzo pesquero individual.
La tragedia de los comunes y la pesca profesional
Como todos los atardeceres de verano cuando la mar lo permite, los barcos de Cuideiru salen de puerto al atardecer para pescar calamares. Cuando el sol se oculta tras el horizonte y la cae la noche sobre el Cantábrico, los barcos encienden sus potentes focos y empiezan su jornada de pesca.
La tragedia de los comunes y la pesca profesional
Pero tras estas bellas imágenes se esconde un lado oscuro, un lado que ya poco tiene que ver con la pesca tradicional aunque siga recibiendo este nombre. La pesca con focos de luz atrae a muchos peces pequeños y tras ellos llegan los calamares que caen fácilmente en los aparejos. El uso de estos focos como método de pesca es tan efectivo que en muchos países e incluso en varias comunidades autónomas está prohibido porque su uso continuado podría mermar gravemente las poblaciones de las especies objetivos.
Hace años no eran necesarios estos focos para pescar, había calamares para todos. Pero la demanda de calamares aumentó entre los consumidores y nuevos barcos llegaron a las zonas de pesca para satisfacer esa demanda. Pero con los métodos tradicionales ya no se conseguía capturar el número de animales de que demandaba el mercado.
Surgieron nuevos métodos de pesca y con las nuevas tecnologías aplicadas a la industria pesquera como sondas, gps, focos o nuevas fibras sintéticas, el número de capturas aumentó a costa de la reducción de los stocks de calamares. Cada nueva innovación tomada individualmente podría parecer que no afectaría demasiado a la población. Los pescadores seguían saliendo a pescar y pescaban su cupo de calamares. Pero cada vez costaba mas y para conseguir el cupo que satisfacía a creciente demanda de calamares fue necesario incrementar el esfuerzo, se necesitaron más medios, más potencia, mas recursos.
¿Qué pasará cuando el creciente esfuerzo pesquero no sea suficiente para satisfacer la demanda del mercado? ¿Será demasiado tarde para que "se recuperen los pastos"? 
ReferenciasHarding, G (1968) The Tragedy of the Commons. Science 162:1243-1248 

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