Revista Cultura y Ocio

La transformación. Franz Kafka

Por Mientrasleo @MientrasleoS

La transformación. Franz Kafka
     "Una mañana, cuando Gregor Samsa despertó, de un sueño intranquilo, se encontró en su cama transformado en un monstruoso insecto. Estaba tumbado sobre su dura espalda con forma de caparazón y vio, al levantar un poco la cabeza, su vientre abultado, negro, hendido por franjas duras y abombadas, y sobre el cual apenas podía mantenerse en equilibrio el cobertor que, desde lo alto, empezaba a deslizarse hacia el suelo."
     Die Verwandlung
     La Transformación
     Así comienza La transformación de Kafka, más veces traducido como La metamorfosis pese a que su traducción literal sería precisamente la que hoy nos ocupa. No suelo reseñar los libros más que una vez, pero en este caso, y precisamente por las dudas que han surgido tras el título de esta edición de Navona (y porque colecciono, lo confieso, ediciones de algunos títulos que son importantes por lo que me hicieron sentir), traigo a mi estantería virtual, La transformación.
     Gregor se despierta una mañana convertido en un insecto. Un cambio que parece no aceptar al seguir pensando en su vida normal, de hecho  incluso valora que se trate de un sueño. Sin embargo no lo es, y tiene que aceptar en lo que se ha convertido. Hasta ese momento la vida de Gregor había sido algo gris y rutinario, hasta que este cambio sucedido sin previo aviso explota en su vida cotidiana trastocando todo su universo.
     La lectura es pausada, de esas con el terror subyacente de reconocer lo escrito, el reflejo, la sombra. La transformación que se produce en Gregor provoca que su exclusión acabe por ser total, el universo lo aísla condenándolo a una habitación y desperdicios. Poco más. Pero eso no es lo terrorífico, sino la facilidad con la que vemos la insignificancia de un ser humano en la sociedad, lo poco importante que es la vida de una persona cualquiera ( descubrimos con terror, que incluso la nuestra carece de importancia en realidad) y cómo se puede llegar a aceptar esa condición hasta el punto de desaparecer. Y si nos revolvemos contra eso, si nos centramos en el insecto en que se transforma, lo que percibimos es el rechazo a lo diferente, el mismo aislamiento como muestra de ello que acaba provocando incluso la sombra de la culpa sobre la víctima. No deja consuelo, porque parece que nadie lo necesita en su entorno tampoco.
     Y así cerramos el libro, sintiendo el corazón encogido y preguntándonos qué es lo que nos ha sucedido realmente.
     A Kafka en realidad no le interesa siquiera la causa final, sino el proceso, los cambios que se van produciendo en el cuerpo como símbolo de los que se producen en el espíritu. Por eso al autor no le interesaba si Gregor se convierte en escarabajo, hormiga o cucaracha, de hecho es conocido que intervino para evitar que se dibujase en la cubierta una cucaracha, para evitar que nos quedásemos con la simple identificación. Lo importante es la transformación, la deshumanización del individuo que no encaja en la sociedad, que en este caso se refleja en la familia del protagonista, y plasma esa deshumanización como el proceso hasta convertirse en un insignificante insecto, la toma de conciencia de lo que es. Evidentemente esto es sólo una interpretación y hay tantas como lectores.
Cada libro depende de quién lo lee y también del momento en que se lee, y más en las historias de Kafka. Sin embargo es difícil que ante una primera lectura no se encuentre al lector casi sobrecogido en su asiento, con la mirada fija en esa puerta que se abre para que miremos dentro, para que nos respondamos a esa pregunta que martillea. Una pregunta que puede variar según la lectura, pero la respuesta no lo hace. La transformación como signo del diferente, del que estorba, del parásito social; la transformación como símbolo de la parte más oculta de las personas que poco a poco asoma en sus vidas; la transformación como muestra de la toma de conciencia de nuestra propia insignificancia en el mundo que nos rodea.
     Una primera lectura, una segunda, una quinta... ni sé las que llevo. Pero os digo una cosa, a mi no me importa en qué insecto se convierte Gregor, porque antes de exteriorizarlo... ya lo era, y lo único que estaba esperando, acechando, es el momento para emerger del mundo de las sombras. Y es eso precisamente lo que hace que sea terriblemente humano, aunque pueda parecer una contradicción.
Confieso que me hubiera gustado es preguntar al autor en qué se transformaría la terrible familia de Gregor, a la que terminamos de conocer al final de la historia, dejándonos un final que invita a la reflexión y que me resultó tan impactante como el comienzo. Porque lo que no quiero preguntarme es, en este mundo en el que vivimos, que da muestras cada día de una mayor deshumanización, en qué podría despertarme convertida, tras una noche de sueño intranquilo...
     He comentado antes que hay libros en particular de los que incluso colecciono ediciones. En este caso la labor editorial, el diseño, la traducción, el texto que es lo que en realidad forma un libro, es impecable. Un tesoro en formato pequeño, imprescindible.
     Y vosotros, ¿me podéis decir un título imprescindible en vuestra biblioteca ideal?
     Gracias

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