El duro enfrentamiento futbolístico entre el Real Madrid y el Barcelona, probablemente los dos mejores equipos del mundo, saldado estos días con despropósitos, odios, injusticias sangrantes y ciertas dosis de violencia desatada, es un capítulo más de la larga y tenebrosa historia de arbitrariedades y abusos de la UEFA, una organización dictatorial, parcial y sin sentido alguno de la democracia y la justicia, que no debería tener sitio dentro de la Europa moderna de los derechos y libertades cívicas.
La UEFA, el organismo que rige el fútbol europeo, es una organización autoritaria y con claros ribetes totalitarios, tan arbitraria y arrogante, que debería ser intervenida por las democracias europeas, antes de que sus actuaciones generen más frustración, violencia y dramas de convivencia en todo el continente.
Los abusos y desmanes de la UEFA generan muchas veces violencia y ponen en peligro la convivencia en las sociedades que lo padecen y que viven un deporte que no sólo mueve miles de millones de euros, sino también pasiones desproporcionadas. La Historia demuestra que el fútbol es capaz, incluso, de desatar un conflicto armado, como ocurrió entre Honduras y El Salvador en el pasado siglo XX.
Se rige la UEFA por una "justicia deportiva" que no debería existir, paralela e independiente de los tribunales, toda una irregularidad en un sistema democrático. La "justicia" que imparte la propia UEFA no garantiza la equidad, practica la revancha y la venganza, y está más cercana a los intereses de los grupos de poder que a la aplicación independiente y justa de las reglas y normas del fútbol.
Sus agentes principales, los árbitros, se equivocan con frecuencia y sus errores, a pesar de causan indignación y pérdidas de millones de euros a entidades y empresas, quedan impunes. Aquellos árbitros que actúan con injusticia y parcialidad nunca son sancionados.
Podrían utilizar recursos tecnológicos disponibles para que las decisiones arbitrales sean justas, como ya se hace en otros muchos otros deportes, pero la UEFA se niega a hacerlo, quizás para demostrar que sus dirigentes tienen todo el poder y que lo aplican de manera benévola con quien acata las reglas y con crueldad para los rebeldes.
La más sangrante prueba de que la UEFA es una isla de arbitrariedad y abuso, dentro de un sistema europeo regido por el derecho, es que quien se atreva a recurrir a la Justicia ordinaria, un derecho ciudadano indiscutible en democracia, tendrá que arrepentirse porque sufrirá represalias insorportables por parte de la UEFA.
La EUFA, una de las organizaciones más opacas del planeta, es un nido de tiranos que carece de sentido en una Europa que comparte la democracia y que tiene por bandera el Estado de Derecho.
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