Revista Gente

La última canción de Whitney Houston: "Sí, Jesús me ama"

Publicado el 12 febrero 2012 por Amendiz @alfonso_mendiz
Este sábado Whitney Houston fue encontrada muerta en un hotel de Bevely Hills (Los Ángeles), según parece a consecuencia de sus problemas con las drogas.
La cantante más premiada de todos los tiempos y una de las que más discos ha vendido en la historia de la música, nacida en Newark en 1963, inició su cuesta abajo a raíz de su tormentoso matrimonio con Bobby Brown en 1992, con quien tuvo una hija al año siguiente. Su boda implicó una paulatina separación de Whitney respecto a su madre, a la que hasta el momento se había sentido muy unida. Ambos se divorciaron en 2007, tras historias muy duras que incluyeron malos tratos y estancias de Bobby Brown en la cárcel. De aquel trance y de su conversión al cristianismo, hablamos en este blog.
Whitney fue la hija menor del productor John Russell Houston y la cantante de gospel Cissy Houston, y también la ahijada de Aretha Franklin, así que parecía destinada al camino con el que empezó en el mundo de la música: el coro de la iglesia. Su voz, verdaderamente única en los últimos treinta años, puso todo lo demás.
Educada como baptista, durante su juventud estudió en un instituto católico, una época que recordaría siempre con afecto. Actriz además de cantante, rodó El guardaespaldas con Kevin Costner y La mujer del predicador con Denzel Washington, cuya banda sonora se convirtió en el álbum de gospel más vendido de la historia.
Nunca ocultó sus profundas convicciones cristianas: "Los cambios por los que pasamos, las transiciones que atravesamos, las pruebas que se nos presentan, como madre, luego como madre sola... todo tuvo sus altibajos, pero siempre mantuve mi fe".
La última canción que interpretó Whitney en público antes de morir fue precisamente un gospel: "Sí, Jesús me ama". Fue el viernes, en un concierto de Kelly Price & Friends previo a la entrega de los Grammy, que estaba prevista para este domingo y que tendrá necesariamente a Whitney Huston como protagonista. Se subió al estrado espontáneamente y entonó la canción a capela, en una última demostración de quién era y cuál era su música. Fue, sin saberlo, su íntima despedida a Dios y a su público.
(vía: Religión en Libertad):

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