La última reforma laboral (y van ...)

Andaba yo ayer pendiente de conocer el resultado de los acuerdos tomados del Consejo de Ministros en relación a la tan cacareada "reforma laboral". Bien pensado, no sé porque tanta expectación, pues la experiencia que tenemos en este país es que estas reformas sirven para bien poco. Quizás alguien debería ir pensando en intentar una "reforma empresarial" o "mercantil", pues a lo mejor obteníamos mejores resultados.
Lo cierto es que a las pocas horas de publicarse el resultado de las deliberaciones del Consejo de Ministros, Twitter ya andaba llenándose de todo tipo de mensajes, como lo prueba la imagen superior, obtenida sobre las 18 horas aproximadamente de ayer, cuando el hashtag #reformalaboral ya era trending topic. Tres mensajes seguidos reflejan tres opiniones bien distintas sobre la reforma.
Cogiendo los titulares de prensa calentitos, encontré los siguientes:

• El Gobierno abarata el despido y permite cobrar paro y sueldo
• El Gobierno facilita a las empresas que se acojan al despido de 20 días
• El Gobierno rebaja la indemnización por despido de 45 a 33 días por año trabajado
• Los parados que estén cobrando prestación tendrán que realizar "un trabajo social" 
• La reforma impedirá encadenar dos años de contratos temporales
• El Ejecutivo crea "un contrato indefinido" con un periodo de prueba de un año
• Se deducirán 3.000 euros en la contratación del primer trabajador menor de 30 años

Personalmente, nunca he encontrado el sentido al empeño que algunos tienen de luchar contra el desempleo bajando la indemnización por despido. Aunque es difícil que el paro siga creciendo al ritmo que lo ha hecho estos últimos años, no dudo en que esta reforma generará nuevos parados, pues los despidos son más baratos. Dudo que un incentivo de 3.000 Euros, en especie (quiero decir, en rebaja de impuestos, que es lo que se ha decidido por el Gobierno), sea suficiente como para que las empresas se lancen a la contratación.
Lo más peligroso, sin duda alguna, aunque muchos no lo quieran o no lo sepan, es la reforma de la negociación colectiva. Hasta ahora, los convenios colectivos, por su categoría de pactos entre empresarios y trabajadores, a medio camino entre el contrato y la ley, han constituido una forma muy eficaz de velar por los derechos de los trabajadores, sobre todo en las empresas pequeñas. Permitir que, con el argumento de la crisis (que es incuestionable), las empresas puedan descolgarse de estos pactos, constituye, en mi opinión, el varapalo más grande al Estatuto de los Trabajadores desde su aprobación.

Tiempo habrá para analizar las opiniones, las reacciones y los efectos de esta reforma. De momento, os dejo con la presentación que la resume:
Reforma Laboral - Presentación del Consejo de Ministros 10/02/20112