Revista Psicología

La Vida y La Muerte

Por Yanquiel Barrios @her_barrios
La Vida y La Muerte

Hoy tocó otro día más en la Maternidad Meisner, de Pilar, disfruto de esta etapa nueva de neonatología en mi vida, me siento útil y aprendo algo nuevo a la vez, me cruzo con historias, nuevas historias... tantas!

Hoy durante el pase me encontré con uno de los papás de los bebés internados en neonatología. Mientras Víctor le daba el pase de cómo se encontraba su bebé, era como si no lo escuchara, como si su cabeza pensara en otra cosa.

Después de escuchar preguntó por su esposa, la mamá del bebé, de 20 años también, ¿qué le paso a Ella? preguntó...

Supe después que ingresaron hace 3 días, el Jueves, la mamá entró convulsivando, con una enfermedad del embarazo que se llama eclampsia, en un estado de contracción tónico clónica generalizada, en donde, hubo poco por hacer. El bebé nació, la neonatóloga lo llevó a terapia, y la madre falleció durante el parto de ese su primer hijo... había hecho todos los controles como corresponde, en realidad deja en evidencia un estado de vulnerabilidad por el que cursan la mujeres durante un embarazo, aunque hayan hecho todo lo que debían.

Ese fue el escenario de hoy, un papá, joven, con su primer hijo en brazos, y sin su madre presente, fallecida. Lucha entre La Vida y La Muerte.

Ese era su duelo, su conflicto, tenía vida en sus brazos y muerte en su corazón. Su pareja inexplicablemente para él, falleció de repente, esperando el mejor momento de sus vidas, ahora le tocaba seguir solo esa historia.

Me vino a la mente esta maratón de sensaciones que debía sentir, sus jóvenes 20 años también, y a que debía aferrarse. Cruzaba las dos realidades tan opuestas de la vida, en simultáneo, el nacimiento de un hijo y la muerte de su mujer. ¿Qué hacer? ¿Cómo seguir?

La vida nos es presente en nuestras vidas de esta misma forma, tal vez no tan rotundas, tan marcadas, tan diferenciadas como en las de este papá, pero siempre se nos cruzan momentos de sensación de vida, plenitud, con otros, de amargura, que simulan muerte, y la muerte hasta sería una calma a la agonía. Estas sensaciones encontradas, chocadas, cruzadas, se presentan todos los días de la vida, el convivir con ellas y el equilibrio de entender cada momento para poder vivirlo tiene que ver con sanidad mental y crecimiento.

Dios le de fuerzas a este papá a sufrir su duelo inexplicable, y la alegría de recibir a su hijo, hoy de tres días de vida. Y la vida nos enseñe con estos ejemplos tan extremos a caminarla cada día.


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