Revista Opinión

La vieja democracia nació en Grecia ¿Nacerá también la nueva?

Publicado el 26 enero 2015 por Franky
Puede que la nueva democracia ciudadana, un modelo contrapuesto a la falsa democracia de los políticos, haya nacido también en Grecia, como también nació la democracia clásica en aquella Atenas que deslumbró al mundo, en tiempos de Pericles. Es posible que la victoria de Syriza en Grecia represente el nacimiento de una nueva democracia, un modelo mas cercano al pueblo y menos elitista y corrupto. Los resultados de las elecciones helenas abren una gran esperanza y una inmensa incognita porque pueden interpretarse en un doble sentido: O son el nacimiento de una nueva forma de hacer política, mas humana y decente, o un retorno al viejo comunismo derrotado y fracasado. Nos conviene apostar por la esperanza y ver en Grecia el principio de una nueva forma de hacer política, cercana al ciudadano, con vocación de construir un mundo mas justo y mejor, alejada de esas castas elitistas, tan ajenas al pueblo como a la misma democracia, que han dominado la política europea en los últimos años y que han frustrado aquella ilusionante unidad europea, ética, pacífica y ciudadana, que se forjó llena de esperanza al finalizar la II Guerra Mundial. --- La vieja democracia nació en Grecia ¿Nacerá también la nueva? Un cambio histórico vivió este domingo Grecia con la victoria del partido izquierdista Syriza, con el 36,3% de los votos y 149 escaños, rozando la mayoría absoluta, sobre la conservadora Nueva Democracia del primer ministro en funciones Andonis Samarás, que se quedó en el 27,8% de apoyos (76 diputados). Los resultados hacen que la vieja Europa de los políticos tiemble, mientras la Europa de los ciudadanos se debate entre el miedo al cambio y la esperanza de que esté naciendo una política alejada de la durísima austeridad vivida en los últimos años, mas justa, decente y cercana al ser humano.

La victoria de Syriza es ya una victoria del pueblo, alzado contra una forma perversa y bastarda de hacer política y de interpretar la democracia, un sistema que fue ideado como modelo de transparencia, verdad y controles ciudadanos al poder político y que los políticos profesionales y sus partidos han convertido en una dictadura encubierta, una oligocracia plagada de vicios, alejada del pueblo y convertida en un refugio para las élites y los privilegiados.

Ese enfrentamiento entre los ciudadanos y los viejos gobiernos será la espina dorsal del siglo XXI y esa lucha del pueblo por recuperar el protagonismo que los políticos le han arrebatado será la gran constante de este tiempo presente. Los políticos y sus viejos partidos están a la defensiva, atrincherados en sus privilegios y esa forma bastarda de hacer política, según la cual ganar unas elecciones significa disfrutar de un cheque en blanco para gobernar a placer y a capricho, incluso contra la voluntad popular, hasta la siguiente cita electoral, sin rendir cuentas a los ciudadanos, sin la obligación de cumplir las promesas electorales, practicando la mentira, marginando a los ciudadanos, apostando por las sombras y violando una y otra vez las reglas de una democracia que ya no se parece en nada a la que idearon los estadistas y sabios que derribaron el despotismo.

La victoria de Syriza tendrá repercusiones en toda Europa, donde partidos similares, que se proclaman defensores de una política distinta y nueva, están surgiendo y consolidándose, como ocurre en España con Podemos.

Algunos dicen que la victoria de Syriza es el retorno del viejo comunismo y que no tiene nada que ver con la esperanza de una nueva política, pero eso habrá que verlo. Quizás tengan razón y Syriza sea un nuevo cascarón de Stalin, pero también podría ser la alborada de una política mas ética, decente y ciudadana. Habrá que observar con atención y vigilar para que no sea una apuesta por las sombras, para cerrar el paso, si fuera necesario, a una reencarnación trucada de la casta, que querrá seguir en el poder a cualquier precio.



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