La violencia pasó por Lanús y dejó un nuevo muerto en el fútbol

Si algo hay que destacar de Lanús como institución es que lleva una línea coherente desde años y que su buen trabajo lo ubico entre los clubes protagonistas del fútbol argentino. Lejos de la polémica y con una seriedad dirigencial digna de imitar. Pero ni todo eso evitó que el sábado antes de la victoria del equipo de Schurrer ante All Boys por 1 a 0 el Granate fuera protagonista de una nueva muerte por violencia entre las barrasbravas.

Lo primero que aclaran fuentes que saben cada movimiento en el club es que los protagonistas del lamentable asesinato no son concurrentes ni a los entrenamientos, ni a merodear por las instalaciones del predio granate. También cuentan que desde hace un tiempo se habla de una ruptura en el seno de ‘la 14′, la barrabrava de Lanús, en dos facciones que se disputan el poder: Villa Sapito y Monte Chingolo. En el clásico con Banfield ya hubo alguna muestra de que la cosa no estaba bien y ante Arsenal el problema fue más grave, lo que hacía preveer que se venían momentos negros en el Sur…

En los pasillos del estadio se comenta que el destinatario de todas las balas de los barrabravas de Villa Sapito era Diego Goncebate. El ‘Fanfi’, como lo conocen, era el líder de esa facción (viajó al Mundial con Hinchadas Unidas Argentinas) hasta que empezó a alejarse del paravalancha para manejar otros asuntos. Pero los de Chingolo (que con él al frente tenían prohibida la entrada y aprovecharon su ausencia para empezar a fogonear su regreso al poder.

Lo curioso es que cuando Goncebate decidió volver al paravalancha se alió con los de Chingolo (por eso no sorprendió ver el trapo colgado ante All Boys que decía “Monte Chingolo a pleno”) y además de unir a otros barrios al nuevo mando dividió a Villa Sapito en los que querían estar con él y los que iban a combatir para regresar a manejar la tribuna. Por eso el sábado se percibía un clima hostil y raro en las adyacencias del estadio. Los hinchas genuinos preveían algo al ver que el grueso de la barra no estaba en el centro de la tribuna cuando el partido ya estaba en marcha.

Eso que percibía la gente fue el ataque en la esquina de Arias y Guidi que terminó con la vida de Daniel Sosa, de apenas 21 años. Otra víctima más de una lucha de poderes que se va a terminar comiendo al fútbol. ¿De fútbol se trata? Nada de eso, para ellos lo más importante son los billetes…