Revista España
En el presbiterio de la Iglesia de Omnium Sanctorum podemos admirar este templete dedicado a la Virgen de Todos los Santos, una advocación que tiene su origen en el siglo XVI y que es cultivada por una hermandad arraigada en esta misma parroquia, la Hermandad Sacramental de Nuestra Señora Reina de Todos los Santos.
La escultura fue encargada por la propia parroquia al escultor flamenco Roque Balduque en 1554 y fue realizada por éste en madera de cedro estofada y policromada. Dos siglos más tarde, en el XVIII, Cristóbal Ramos realizó algunas modificaciones, entre ellas introdujo seis nuevas figuras de barro alrededor de la Virgen. Eran Santa Catalina de Alejandría, San Lorenzo, San Basilio, Santo Domingo de Guzmán, San José y San Pedro.
La talla virginal fue restaurada por Enrique Gutiérrez Carrasquilla y Fernando Soto Benavente en 1989.
La Virgen María aparece de pie, con el niño en el brazo izquierdo. Su cuerpo está ligeramente girado hacia la izquierda acunando a Jesús con su postura y presentándonos a su hijo como muestra del camino de la salvación de los cristianos.
Alrededor de ella lleva unos paños de colores que envuelven su figura muy del estilo renacentista de la época
Sobre la Viregn descansa una corona como "Reina de Todos los Santos". También tiene cetro (en su mano derecha) y manto real, un manto de misericordia como símbolo de recogimiento que hace la Virgen de todos los hombres como hijos.
Curioso resulta que la Virgen lleve indumentaria con un manto oro y azul (símbolos de la santidad) y un vestido color jacinto (pureza), los colores inmaculistas precedentes a los que Pacheco impone posteriormente, o sea vestido blanco (pureza) y manto azul.
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